Capítulo 30 Aperitivo de media noche, a las diez.

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Bajé las escaleras intentando no hacer ruido, era muy probable que la gran mayoría estuvieran durmiendo, así que no quería ser yo quien les privara del sueño.

Llegué al pasillo, a lo lejos vi la luz de la cafetería, me sentí aliviada, tenía una suerte bárbara. Enfilé sin mirar a mi alrededor, quería comer algo, lo que fuera. Hasta que a lo lejos les vi pasar, ninguno levantó la vista para mirarme, La Realeza.

Olivia parecía preocupada, Christopher angustiado, Theo iba ¿armado?, ¿pero qué estaba sucediendo allí? Cambio de planes, tenía que saber qué estaba pasando, así que adiós a mi aperitivo a media noche, bueno, a las diez.

Les seguí desde la cafetería, tras pillarme algo rápido para comer (un bocadillo y una coca cola), caminaba y comía, caminaba un poco más y un trago de coca cola; pasamos por delante de la biblioteca y de la puerta trasera, salieron, así que salí. Se encaminaban hacia el edificio de ciencias, raro, porque tendría que estar cerrado, ¿no? Además de que para qué necesitarían armas para ir al edificio de ciencias, no lo entiendo.

Theo abrió la puerta, entraron ordenadamente, en fila. Esto no parecía una reunión normal de La Realeza, para nada. Sonaba más bien a un capítulo de Buffy Caza-vampiros. Me apresuré a entrar antes de que se cerrara la puerta, todos se giraron para verme.

-¿Qué haces aquí?-Christopher estaba a medio paso entre la ira y el berrinche.

Es buena pregunta.

-Ahora no hay tiem

Se escuchó un grito desde la planta superior, ¿qué pasaba en aquel instituto? Corrieron hacia las escaleras, les seguí, quería saber qué estaba pasando. Cuanto más avanzábamos más fuerte se escuchaban los gritos y se me ponía la piel de gallina. Nadie decía nada, por lo que entender lo que estaba pasando era cada vez más difícil.

Veía siluetas en una de las puertas batientes de laboratorio, parecía una pelea, pero ¿por qué venir armado a una pelea de instituto? Todo era muy confuso. Christopher estaba cada vez más enfadado, juraría que podía ver cómo unas venas oscuras se marcaban al rededor de sus ojos, estos se tornaban rojos, madre mía, daba hasta miedo. Ellas tenían conjuros preparados, podía ver la energía flotar en sus dedos. Theo y Elías murmuraban cosas por lo bajo, podía ver como una gran cola de dragón comenzaba a salir por el trasero del segundo. Vale, esto se pondría muy feo.

-Estad atentos.

-¿Me podéis decir que pasa aquí?-Pregunté al fin.

Olivia se giró y me miró con preocupación.

-Uno de

-Olivia, no deberías contarle, no es una de los nuestros.

-Elías ya está. Está aquí, lo mínimo es informarla.

Mortem (1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora