Capítulo 77 Brujas y vampiros

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Emily bajó las escaleras dando saltitos, la navidad era su época favorita, además había nevado e Ismael le había prometido salir a hacer muñecos de nieve, eso le entusiasmaba. Llegó al último escalón y patinó, pero alguien la sujetó antes de estamparse contra el suelo.

-Ay gracias

-De nada.-Christopher estaba más serio que nunca, al principio pensó en seguir su camino y dejarle en paz, nunca le había hablado porque le infundía bastante miedo, pero últimamente había visto que no era tan malo, sino que era simplemente serio.

-¿A dónde ibas?

-A la cafetería, aún es temprano.

-¿Te importa si te acompaño?

Dio un respingo y Emily pensó que la mandaría a paseo.

-Sí, por supuesto.

Se le notaba nervioso y eso le hizo gracia, ¿Chirstopher van Vlad nervioso? Quien lo diría. Entraron y fueron directos a la barra, donde la cocinera hacía tiempo mirando novelas en su móvil.

-Buenos días, ¿me podrías dar un café solo y una manzana?

-Por supuesto.

-¡Yo quiero un batido de fresa y una cajita de ¿arándanos te quedan?!

-Claro, me quedan un montón, como os quedasteis solo unos pocos tengo demasiada comida. El director pidió en exceso estas navidades.-Era una mujer alegre y sonriente.

Desapareció tras la puerta de la cocina y regresó al cabo de unos minutos con todo lo pedido.

-Tu café solo, la manzana verde como siempre.

-Muchas gracias.

-Y para ti un batido con extra de fresa y una cajita de arándanos frescos.

-¡Muchisimas gracias!-Emily se puso de puntillas para coger su comanda.- Rosita eres maravillosa.

-Ay mi niña, qué cosas tienes.

Se dirigieron a la mesa de siempre, la que estaba al fondo de todo, al principio solo se sentaban los miembros de su extraño club, pero poco a poco Max, Emily e incluso Alice comenzaron a formar parte de la mesa.

-Qué hambre tengo.-Él no dijo nada.-¿Tú solo tomas café y manzana todas las mañanas?

-Prácticamente, aunque no necesito tampoco muchos nutrientes de los alimentos.

-Es verdad, los vampiros tenéis una dieta casi exclusivamente de sangre, ¿no?

-Sí. Eso es correcto.

Era la primera vez que hablaba con alguien de una forma tan tranquila y natural, ¿cuando había sido la última vez que un compañero de clase le había hablado así? Todo el mundo parecía apartarse de él, con miedo salvo Alice, no, ella no le tenía miedo en absoluto. Incluso los propios miembros de lo que el instituto denominaba La Realeza (porque los había escuchado más de una vez ese nombre) no tenían tanta soltura a la hora de relacionarse con él. Ni en sueños.

-Mmmm ¿y por qué no desayunas sangre?

-Me gusta más alimentarme antes de dormir, duermo mejor y tengo más fuerzas para ir a clase por las mañanas. Además de que cuando consumo sangre me pongo bastante agresivo durante un rato y no me apetece estar así en clase.

-Es comprensible.-Se llevó un arándano a la boca y saltó de alegría.-¡Están buenísimos!

Christopher la miraba con curiosidad.

-Es raro, todo el mundo me tiene miedo, en cambio ni Max, ni Alice ni tú parecéis ceder ante la presión.-Emily le miró en silencio.-Antes de que llegara Alice, apenas hablaba con nadie, los otros miembros del grupo me trataban como si fuera a matarles a la mínima, pero desde que ella nos plantó cara se muestran distintos, no sé si es que creen que soy débil o

-Ven tu humanidad al fin, Chris.-Él la miró, en silencio.- Llevo muchos años compartiendo clase contigo, casi siempre estabas serio y furibundo, parecía que ibas a matar a cualquiera que te hablara, pero desde que os enfocasteis en Alice y ella os plantó cara, te golpeaste con la realidad. Ni todo el mundo te tiene miedo ni tienes que estar solo.

-No estaba solo.

-No, pero casi, aunque estuvieras con los demás, apenas hablabais, ¿o me vas a decir que salíais por las tardes a jugar juntos a los dardos?

-No.

-Pues eso, sí que estabais juntos pero no erais amigos, simplemente que los alumnos os trataran distinto hizo que os juntarais, pero no que fuerais amigos.-

Se quedó pensativo un buen rato, las palabras de aquella bruja le habían llegado a lo más profundo, era cierto que se llevaba bien con sus compañeros, pero no pasaba la línea de ser compañeros, al menos no hasta que llego Alice, hasta que ella se metió en medio; hizo, sin darse cuenta, que todo el mundo se llevara bien, incluso la gente que la miraba con recelo al principio. El móvil de Emily vibró.

-Vaya, aunque me alegro de estar desayunando contigo, amigo vampiro, me tengo que ir. Un licántropo está furibundo porque aún no he ido a la biblioteca.-Recogió todo en la bandeja, a pesar de ser tan diminuta había comido todo a una velocidad vertiginosa.-Espero que volvamos a hablar pronto, dientitos. Byee.

-Hasta luego.-¿Le había dicho a alguien hasta luego? ¿Había mantenido una conversación con alguien durante más de un minuto, sin enfadarse ni enfadar a otra persona? Aquello era nuevo y le resultaba gratificante. Descubrir que podía encontrar en Emily una amiga y que esta le consideraba su igual le había abierto un mundo nuevo de posibilidades.

Mortem (1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora