Capítulo 38 Consultorio amoroso de Christopher Van Vlad.

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-¿Piensas estar así todo el día? Es muy incómodo.

-Lo siento...-Theo muerde la manzana y la traga.

-No deberías sentirlo, deberíais hablar, lleváis así años, antes podíais pasaros horas hablando y ahora apenas podéis estar en la misma habitación.-Chris bebe de un brik negro, sangre animal, cortesía del instituto.

-Es que es todo muy raro, me trata de forma extraña, me evita, ¿qué quieres que haga? Creo que se ha dado cuenta de todo.

-Seguramente, se te da de pena disimular.

Theo se rasca la cabeza, molesto.

-Gracias, eres un gran apoyo.

-De nada, espero tenerte de nuevo en el Consultorio amoroso de Christopher Van Vlad.

-Eres idiota.

El vampiro sonríe al desolado dragón, que no para de darle vueltas al tema sin encontrar respuesta.

-Deberíais hablar, si se ha dado cuenta igual está bien, que te guste alguien no es nada malo T.

-Sí que lo es si se trata de un licántropo y sobre todo un CHICO.

-Y vuelta al drama, ¿tus padres te dijeron algo cuando se dieron cuenta de que te gustaban los chicos? No, tu madre leyó libros sobre el tema y tu padre pensó en abrirse Tinder contigo porque pensaba que era una app como facebook pero en gay. No te comas más la cabeza, como mucho te puede rechazar. No sería nada raro.

-¿Raro? Sería horrible.

-Dramas. Los brujos sois unos dramas.

-¿Y si me dice que no? Ali, no puedo.

-Pues no lo hagas, pero no te lamentes el resto del curso porque no le has pedido salir.

-No lo haré.

-Ya.

Llegamos a la enfermería, Ismael da vueltas delante de la puerta mientras dentro se escucha a la enfermera hablar.

-¿Alguna novedad?

-Le están restaurando los huesos rotos.

Un alarido sale del interior, junto a una maldición. Jamás había escuchado algo parecido de Em.

-Dios, eso tiene que doler...-Max pone la mano en el pomo, pero el líder de manada lo detiene.

-Prohíben la entrada, no quieren que veamos lo que pasa dentro

Hago un mohín, sé que hay que cumplir las normas, pero es horrible escuchar a una de tus mejores amigas gritar de dolor tras una puerta. Ismael parece que se va a volver loco, no para de dar vueltas. Me está poniendo de los nervios.

-Silentium.

Se deja caer al suelo, sentado, con las manos entrelazadas.

-Gracias.

-Nada.

Al menos podrá descansar un poco, le hace falta, se le ve muy angustiado y es comprensible. Tras unos agonizantes veinte minutos, la enfermera sale.

-Estará bien, he podido restaurar las roturas, pero va a necesitar reposo, está exhausta, así que traedle algo de comer en cuanto podáis.

Ismael asiente y se va, nosotros entramos.

-Hey...-Me acerco corriendo a la camilla, se ve horrible.-Te ves

-Horrible, lo sé.-Susurra.-Los conjuros de restauración son los más dolorosos.

-¿Te duele mucho?

-Pues claro que duele idiota, me he roto las costillas.-Intenta reírse, pero hasta eso le duele.

Ismael regresa como un vendaval, cargado de comida y bebida.

-¿Le vas a dar de comer a Em o a todos los licántropos del colegio?

-Esto no llegaría ni para el primero, listillo.-Se sienta en la camilla con ella y nos damos cuenta que empezamos a sobrar.

-Como vemos que estás bien cuidada, es mejor que nos marchemos.

-No hace falta...-Emily está muy colorada, sí que hace falta que nos marchemos.

-Nos vemos luego Em.-La abrazamos y salimos antes de que empiece el show del coqueteo bruja-licántropo. Todo un mar de hormonas en pleno apogeo.

Mortem (1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora