19

183 41 17
                                    

Luego de escarbar en las carnes de Qi Rong por unos minutos, Mo Ran sacó la pieza de ajedrez Zhenlong que le había implantado. La pieza que una vez fue negra tenía un tono parduzco ahora, el cual se volvió más brillante luego de ser limpiada. Obtener el veneno de la pieza sería sencillo y a partir de allí podrían trabajar en un antídoto.

Gu Zi seguía enfermo pero mejoraba constantemente. Ahora que sabía la causa de su primera muerte, Qi Rong temía que el veneno en el cuerpo del joven terminará por empeorar su estado y acabará hecho una pira nuevamente a la que tendría que criar de nuevo. Pensando en eso Qi Rong pensó que no estaría tan mal tomando en cuenta que ahora sabía más acerca de cuidar bebés y aún tenía a Ye HuangFei. Si necesitaba algo podía contar con ella para guiarle.

— ¿Qué edad tenía Gu Zi la primera vez que murió?

Qi Rong volteó hacia Chu WanNing, que tenía las manos ligeramente manchadas de sangre. Por sugerencia de Fan Wushe, habían comenzado a drenarle sangre a Gu Zi, la cual era restaurada por medio de talismanes de sangre con lo cual su mejoría iba en aumento. El fantasma miró a otro lado y dijo:

— Sesenta y ocho. Estaba realmente viejo. Creí que cuando muriera, sería más viejo. Pero no importa, mientras lo siga teniendo a mi lado. ¿Cómo está?

— Está mejor. En unos días se habrá reestablecido por completo. Pero ahora necesito hablar contigo de otra cosa.

— ¿Ah?

Por un momento, Qi Rong creyó ver a TianWen aparecer y estaba listo para salir corriendo cuando Chu WanNing dijo con calma:

— Todavía no tienes un arma.

— Ah, eso— dijo Qi Rong con alivio—. Mi primo se está ocupando de eso.

Xiè Lian había querido hacerlo de buena voluntad y Qi Rong decidió dejarle darse el gusto, como si nada. No le gustaban las espadas así que el príncipe heredero traería otras diversas opciones para él; el fantasma observó al maestro y preguntó:

— ¿Cuál cree Chu-zongzhi que es el arma más adecuada para mí?

Chu WanNing sopesó las opciones que se le ocurrían.

— Una espada corta— dijo, comenzando a enumerar—. Un látigo, una lanza. Algo que sea de fácil manejo y no estorbe tu movimiento. 

— Que pena que ya no haya armas sagradas.

— Los fantasmas no pueden tener armas sagradas.

— Carajo. 

Era algo de mal gusto, pero aún así Chu WanNing sintió alivio al escucharlo maldecir.

— ¿No has pensado forjar un instrumento musical como arma?— preguntó.

— Ni siquiera recuerdo si sé tocar un instrumento— replicó Qi Rong—. Aunque podría intentar. 

Un dolor de cabeza hizo que el fantasma se llevara las manos a las sienes con molestia. Chu WanNing se limitó a observarlo y luego dijo:

— Ve. Gu Zi estará a salvo.

— No olvide a Ziming, Jinwei y HuangFei— dijo Qi Rong—. Son mi madre y mis hermanos.

Dicho esto, Qi Rong se alejó para responder las plegarias que tenía acumuladas. Y cuando se dio cuenta de lo que había dicho se fue a una colina lejana y gritó. ¿¡Por qué había dicho eso!? ¡Ah, qué vergüenza! Su vergüenza fue mayor cuando los gemelos Su corrieron hacia él cuando volvió por la noche y lo rodearon exclamando:

— ¡Gege!

Resultó ser que Ye HuangFei lo alcanzó a escuchar mientras cambiaba los vendajes de Gu Zi y a los gemelos les encantó la idea de ver a Qi Rong como su hermano mayor. Ya lo querían como parte de su familia, solo les faltaba un título oficial para llamarlo. Y cuando a Gu Zi se le consultó al respecto, quedó encantado con tener una abuela y dos tíos. Su familia estaba casi completa. 

Solo faltaba Lang-yifu, pero todavía no podía pedir milagros.

❁❁❁❁❁

Si esto fuera hecho con insultos mexicanos, en vez de decir "carajo", Qi Rong habría dicho "chingada madre" JAJAJAJAJAJA

Admito que la idea de Qi Rong con látigo me puede un chingo, y lo voy a hacer una calamidad tan pro que va a tener un instrumento musical y un arma marcial, porque el ancestro tiene potencial para repartir mandarinas y así todos se las sigan pelando. Aunque si encuentro alguna otra cosa que le quede mejor lo vamos a tener sin látigo (?)

Criando un fénixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora