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Gu Zi decidió hablar con Lang QianQiu del único modo en que sabía: practicando la espada.

—¿Qué sientes exactamente por mi papá? —preguntó el joven directamente mientras lanzaba un golpe horizontal al dios.

Lan QianQiu bloqueó el ataque, retrocediendo por lo intempestivo de la pregunta. Gu Zi aprovechó su repentina ventaja para saltar sobre él y ambos cayeron al suelo soltando las espadas al unísono. La sonrisa de Gu Zi se amplió y ladeó la cabeza, diciendo:

—En serio, ¿ni un "te amo" le has dicho?

—¿Quién te enseñó cosas como esa? —increpó Lang QianQiu.

—Mo-zonghzhi —dijo Gu Zi como si nada.

En realidad, toda la gente a su alrededor le había enseñado una o dos cosas sobre el amor: Mo Ran y Chu WanNing enfatizaron la importancia de la comunicación entre los dos para evitar malentendidos, Xie Bian y Fan Wushe señalaban la confianza de uno en el otro, Xie Lian y Hua Cheng eran el ejemplo de la devoción entre ambos, Mo Xi y Gu Mang eran los que más resaltaban la importancia de la confianza y la comunicación. Incluso Murong Chuyi y Ye WangXi le enseñaron cosas al chico, mostrándole lo importante que era compartir ideales y estar abiertos a llegar a un acuerdo si sus posturas llegaban a ser contrarias.

Así que Gu Zi, armado con todo ese conocimiento, estaba decidido a hacer que sus padres definieran su situación de una buena vez. Ambos estaban demasiado viejos para seguir con tontos bamboleos de estira y afloja.

—Entonces...

—No hay nada que arreglar en eso —dijo Lang QianQiu, evadiendo la cuestión.

—Yo no diría lo mismo. Vamos, Baba, tienes que...

—Gu Zi.

Qi Rong había salido de su residencia y había observado en silencio todo el intercambio. Su mente comenzó a hacer una lista mental de toda la gente a la que iba a patearle el trasero por pudrirle la mente a su niño con tonterías románticas que no valían una mierda. ¡Su chiquito no tiene por qué saber eso! ¡Es su bebé, no tiene por qué pensar en buscar pareja!

—Ven aquí y deja de molestar a tu baba —dijo el Supremo con calma.

Por alguna extraña razón, Gu Zi sintió que su vida peligraba al escuchar a su padre tan calmado. Sin embargo, la costumbre fue más fuerte que cualquier instinto de autoconservación que hubiera desarrollado y fue hacia el fantasma, avanzando con lentitud hasta estar frente a su padre, agachando la cabeza como si fuera un niño regañado.

—Mierda, cómo has crecido.

Qi Rong tuvo que levantar el rostro para poder ver a su hijo, que seguía con la cabeza gacha. Fácilmente su hijo le sacaba medio metro de altura... pero eso no impidió que el fantasma levantara un puño y lo golpeara en la coronilla. El golpe no había sido demasiado fuerte, pero Gu Zi se tiró al suelo gimoteando.

—¿Quién te dijo que era buena idea preguntar esas cosas a los mayores?

—Voy a portarme bien, seré bueno —dijo Gu Zi, haciendo drama.

—No convences a este ancestro, niño, así que no te vas a escapar del castigo.

Qi Rong se agachó y comenzó a hacerle cosquillas, con lo que el joven comenzó a reír estrepitosamente, todo ante los ojos azorados de Lang QianQiu, que se estaba preguntando cómo había terminado allí. Tal parecía que se estaba cuestionando su propia existencia viendo el intercambio entre padre e hijo.

Se preguntó si había un lugar para él en esa dinámica familiar.

❁❁❁❁❁

Sí, gente, shippeo a Murong Chuyi y a Ye WangXi. Me gusta sufrir (?)

Va a haber un poco de relleno divertido en unos cuantos capítulos. Las cosas en el trabajo se van a poner estresantes y quiero escribir algo un poco más chill antes de pasar a las cosas serias.

Criando un fénixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora