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Lo primero que Su Ziming vio cuando despertó fue a su hermano gemelo. Su Jinwei volteó a verlo con enojo y le dio un puñetazo en el brazo cuando lo vio despierto.

—Eres un idiota —le dijo con molestia.
—Perdón —dijo Su Ziming bajando la mirada.
—¡Qué perdón ni que nada! ¿Qué crees que diría mamá si lo supiera? ¡Tendrías suerte si no te hubiera perseguido con una sartén!

Su Ziming se encogió en su lugar con las palabras de Su Jinwei, al punto que era una bolita sobre la cama cuando Qi Rong entró con una bandeja de comida.

—Gege, ¿estás enojado? —preguntó Su Ziming, temeroso.
—¡Claro que estoy enojado! —exclamó Qi Rong—. ¿Cómo se te ocurre recurrir al imbécil de Hua Cheng cuando tienes cerca al imbécil de Mo Ran? Por lo menos sus jodidas técnicas demoníacas sí son compatibles con los vivos. Te daría un golpe ahora mismo de no ser porque eso terminaría siendo contraproducente. Ahora siéntate como se debe y come.

La comida constó de una papilla nutritiva hecha con hierbas medicinales que Chu WanNing había juntado con ayuda de Mo Xi y Gu Mang, un tónico revitalizante y píldoras refinadas para calmar desviaciones de Qi.

—Te lo comes todo —indicó Qi Rong—. Sin reclamar.

Su Ziming estaba confundido, así que preguntó:

—¿No están molestos por qué estoy a un paso de convertirme en un cultivador demoníaco?
—A mamá no le habría gustado, pero luego de saber la razón detrás de ello lo habría aceptado —dijo Su Jinwei.
—Además, los cultivadores demoníacos son las personas más honestas que existen —dijo Qi Rong, dirigiendo la mirada a Su Jinwei—. Así que si tú piensas ser un cultivador del lado justo, ni se te ocurra copiar sus hipocresías.
—Ziming y yo seremos cultivadores errantes —dijo Su Jinwei con orgullo—. Nadie más que Xiao Jing-gege tiene derecho a decirnos qué hacer.
—Así se habla.

Los tres se echaron a reír, y Su Ziming comió más tranquilo. En ese momento tocaron a la puerta, y Qi Rong frunció el ceño pensando en quién podría ser. Xie Lian no era, ya que le habría avisado de antemano que iría a verlo; y tanto Mo Xi como Gu Mang estaban demasiado ocupados para venir. Lang QianQiu había ido a la capital celestial llevando a Gu Zi consigo, por lo que no estaban esperando visitas… y automáticamente Qi Rong asumió que estarían en problemas por lo que dijo:

—Quédense aquí. Pase lo que pase, no salgan. No hagan ruido.

Tras decir esto, el Supremo salió de la habitación, cerró la puerta y fue a ver quién era. Al abrir la puerta principal, vio a un hombre con túnicas azules, un cultivador de alguna secta de mierda que le dio mala espina a Qi Rong. El tipo lo miró de arriba abajo y preguntó:

—¿Esta es la casa de Ye HuangFei?

Oh no. Mala señal si preguntaba por su madre adoptiva. Qi Rong asintió y dijo:

—Lo es, pero ella murió hace dos años. ¿Quién es usted y para qué la busca?

El tipo suspiró, diciendo:

—Me llamo Su SiChuan, líder de la secta Moling Su. Estoy buscando a mis sobrinos.

πππππ

¿Quién diría que Ye HuangFei terminaría por llevarse un secreto a la tumba?

Qi Rong sabía que ella había huido de una familia tirana que pensaba quitarle a sus hijos, pero se había negado a decirle nada sobre esa familia por temor a que alguien dijera algo de más y esas personas pudieran dar con su ubicación. Claramente, Qi Rong había respetado su deseo y no insistió más al respecto. Y cuando su madre murió, no pensó en ello por todo lo que sucedió después. ¿Quién diría que ese secreto vendría por él cuando menos lo esperaba?

—¿Qué voy a hacer ahora?

El Supremo estaba desparramado sobre un asiento, una de sus manos jugaba con una llamadada mientras la otra tenía colgando a Gu Zi, que se balanceaba adelante y atrás feliz y quitado de la pena. Todavía podía recordar la cara del tipo cuando explicó que Ye HuangFei era la esposa de uno de los hermanos del antiguo líder de la secta, un idiota llamado Su Jiang; y que tras morir su hermano Su She, que era el consabido líder, había intentado casarse con ella para mantener a los niños dentro de la secta. El asunto ahora era que Su She había muerto, y había dejado alguna mierda milenaria que solo podía abrirse por medio de Ziming y Jinwei.

Qué mierda. Qué maldita mierda.

Gu Zi se soltó, y Qi Rong logró sujetarlo antes de que cayera al suelo y se lastimara. Esto era una maldita porquería: no terminaba de salir de un problema cuando otro aparecía inmediatamente después. ¿Esto era alguna especie de karma por su larga lista de pecados?

—Papá, puré —dijo Gu Zi.
—No estoy enojado —dijo Qi Rong—. Y tú estás demasiado pequeño como para comer puré. No, espera… ¿Estas jugando conmigo?
—Sí.

Qué pequeño descarado. Qi Rong se echó a reír y su hijo lo siguió al poco tiempo, gateando por encima de su pecho para abrazarlo, quedándose dormido al poco tiempo; babeando un mechón de su pelo que mordisqueaba en sueños, claro que sí. Cuando Lang QianQiu llegó a la casa luego de un patrullaje nocturno en su territorio, encontró a Qi Rong rodeando a Gu Zi con un brazo, ambos completamente dormidos; y se sintió en casa. La rabia que le producía ver al causante de la muerte de los suyos se había diluido poco a poco, convirtiéndose en una especie de tolerancia que podía aguantar.

Por primera vez pensó en dejar el rencor y perdonar la vida del fantasma. ¿Qué sentido tenía traer las cosas del pasado al presente? Su familia había sido vengada y sus familiares descansaban en paz. Tal vez debería empezar a preocuparse por las cosas del presente y dejar de pensar en el pasado. Lang QianQiu se acercó a Qi Rong pensando en una forma de llevarlos a los dos en la cama cuando vio al fantasma agitarse en sueños. Lo oyó suplicar, y luego balbuceó en sueños:

—Los… recordaré… Yong An.

Lang QianQiu tragó saliva al escucharlo. Qi Rong había comenzado suplicando que no le hicieran… ¿Qué? ¿Qué le habrían hecho para hacerle despertar un odio tan grande contra su pueblo?

❁❁❁❁❁

Miren, necesito un final boss que deba ser derrotado al final de esta segunda temporada, me acordé que el clan de Su She existe y pensé "cagaron". Igual nadie quiere a Moling Su (?)

Criando un fénixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora