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Lo primero que hicieron Qi Rong y Xiè Lian para comenzar a reparar su fragmentada relación fue intercambiar sus contraseñas para hablar por medio de sus matrices privadas de comunicación. De ese modo Xiè Lian podría avisar a Qi Rong de sus visitas y podrían hablar de cualquier cosa que tuvieran en mente.

Por supuesto, Qi Rong había terminado por contarle a su primo que había comenzado a practicar artes marciales, y como esperaba Xiè Lian se sorprendió bastante pero se alegró por él. Y como no podía ser de otra manera, Qi Rong se tragó su orgullo y le pidió ayuda a Xiè Lian para que le ayudara con el asunto de la cosa desconocida que iría a perseguir a Gu Zi. Tenía que empezar a hacer preparaciones desde ahora por si volvía a separarse de su hijo, y ahora tenía una madre adoptiva y dos hermanos a quién cuidar además de Gu Zi. Tenía que estar seguro de que todos estarían a salvo si él debía ausentarse obligadamente.

Ambos primos decidieron caminar por el pueblo. Xiè Lian observó los amuletos que adornaban las casas y dijo:

— Has hecho un buen trabajo como deidad.

— Sí…— dijo Qi Rong con el mismo tomo amable de antes, pero con un poco de incomodidad.

Hubo un breve silencio y al final Qi Rong escupió en el piso.

— Qué mierda— dijo—. ¡Qué jodida mierda! ¿Por qué guardar la compostura resulta tan difícil?

Xiè Lian se echó a reír sin poder evitarlo.

— Olvídalo— dijo—. Ya no hay necesidad de esas etiquetas.

— Le prometí a HuangFei que me comportaría.

— Puedes gritarme todo lo que quieras, te juro que no me molesta.

— Jódete. Ah no, espera, ese tuerto de Hua Cheng ya lo hace por tí.

Xiè Lian le dirigió una mirada molesta que a Qi Rong no le importó. Debería agradecer que no ha insultado a esa serpiente tuerta como suele hacerlo. El dios cerró los ojos, respiró hondo y luego dijo:

— Iré al inframundo en dos días. Buscaré a Bai Wuchang y a Hei Wuchang para ver si puedo averiguar algo. Ling Wen está buscando información, pero pensé que sería buena idea preguntar directamente a ellos.

— No veas a Fan Wushe, es un cretino arrogante— dijo Qi Rong arrugando la nariz.

Repentinamente, el tema de conversación cambió.

— ¿Has visto a Lang QianQiu?— preguntó Xiè Lian.

— ¿Qué si lo vi?— replicó Qi Rong con enojo—. ¡El muy cabrón tiró la puerta de un golpe! ¿Tienes idea de lo que me costó repararla? Ese discípulo tuyo es un desastre.

— Él ya no me reconoce como maestro. No esperaba menos. 

Qi Rong puso los ojos en blanco.

— Llegué a un acuerdo con él— dijo.

— ¿Qué clase de acuerdo?— preguntó Xiè Lian.

— Va a volver en 10 años a tratar de asesinarme.

— Oh…

— Pero creo que las espadas no son lo mío. ¡Son terribles! Tendré que buscar otra arma cuando sea el momento.

Xiè Lian dudó un momento, pero luego preguntó:

— ¿Quieres que te ayude con eso?

— Ay, ¿cómo voy a molestar a mi primo el emperador del cielo?

— Quiero cuidar que estés bien ahora que tengo la oportunidad.

Qi Rong miró a Xiè Lian con incredulidad. El propio Xiè Lian se llevó una mano a la boca con la misma incredulidad y ambos permanecieron en silencio. Era como si en ese momento los siglos transcurridos se hubieran desvanecido y fueran los mismos chicos que habían pintado linternas juntos. Antes de la desgracia. Antes de que todo se fuera al carajo.

Entonces Qi Rong gritó.

— ¡Estúpido primo, deja de tomarme por sorpresa así!

Y salió corriendo antes de que Xiè Lian dijera algo más.

❁❁❁❁❁

Qi Rong.exe dejó de funcionar  🤣🤣

Criando un fénixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora