104

7 2 0
                                    

Ese había sido el fin de la historia. Lo demás, ya lo sabían: los dos hermanos habían luchado hasta la muerte y Lu Qingyu se había convertido en un general fantasma del inframundo.

—Pero, papá —dijo Gu Zi luego de asimilar todo lo que había pasado—. ¿Qué pasó con Lu Linghe?

Qi Rong abrió la boca para decir algo, pero un carraspeo llamó su atención. Ambos voltearon hacia el origen del sonido y vieron a un joven de largo cabello rojo, suelto, que caía libremente sobre sus hombros. Sus ropas eran sencillas, pero con una elegancia subjetiva, con bordados en rojo y dorado trazando patrones que eran agradables a la vista. Su piel era bronceada, con la tonalidad del trigo, y sus ojos eran completamente naranjas. El joven alzó la mano, agitándola en un saludo, y dijo:

—¿Qué tal, señores? Yo soy Lu Linghe —el joven miró a Gu Zi y sonrió, diciendo—. Tú debes ser el nuevo maestro fénix. Y tú...

—Yo soy su padre —dijo Qi Rong, con el pecho inflado de orgullo.

—¡Qué bien! —exclamó Lu Linghe con alegría—. Padre e hijo juntos, qué bonito.

Había cierto rastro de melancolía en su rostro, pero por respeto ni Qi Rong ni Gu Zi dijeron nada. En su lugar, Gu Zi dijo:

—No quiero ser grosero, pero... ¿de dónde salió?

—Ah, de ahí —dijo Lu Linghe señalando a Diyu—. Mi espíritu está dentro de la alabarda.

—¿Qué?

Lu Linghe se echó a reír con las expresiones de Qi Rong y Gu Zi, y explicó:

—Creé a Diyu como un arma espiritual, pero no había ningún espíritu dentro. Esperaba poder vencer a mi hermano para así encerrar su espíritu en el arma... pero no funcionó. No quería convertirme en un fantasma vicioso, pero aún había mucho que hacer así que Jun Wu encerró mi espíritu en Diyu. Fue muy triste lo que pasó con él

—Espera, espera, espera, ¿cómo que había mucho que hacer? —dijo Qi Rong.

—Bueno... como yo había muerto, mi secta estaría en peligro —dijo Lu Linghe—. Si Qingyu volvía como un fantasma vicioso, lo primero que haría sería terminar lo que empezó y el clan Lu se extinguiría. Así que pude comunicarme con uno de los oficiales de WuYong... creo que su nombre era Mei Nian Qing... y él escribió un manual con todo lo que se debía hacer para convertirse en un maestro fénix. Después separaron ambas cosas: supe que Qing Ming le entregó el manual a alguien de Chonghua; un sujeto llamado Murong Chuyi.

—Y de ahí llegó a Chu WanNing —dijo Qi Rong—. Vaya.

Gu Zi ladeó la cabeza, pensando en algo, y preguntó:

—¿Por qué era importante que hubiera un maestro fénix?

—Porque aún hay un maestro serpiente —dijo Lu Linghe—. Se supone que ambos fueron concebidos como un Ying y Yang, iguales, como las Impermanencias. Solo un maestro fénix puede vencer a un maestro serpiente, y solo un maestro serpiente puede vencer a un maestro fénix.

—¿¡Qué!? —gritó Qi Rong, recordando lo que Fan Wushe le había dicho años atrás—. Ese bastardo me mintió.

—Me he alimentado de energía pura —dijo Lu Linghe—. El arma debe ser usada por un Supremo Rey Fantasma para que mi espíritu pueda alimentarse con energía demoníaca y así Diyu pueda ser usada por mi sucesor. Cuando Lu Qingyu muera, yo podré descansar en paz.

El espíritu de Lu Linghe se desvaneció en cientos de destellos naranjas que se adhirieron a la alabarda siendo absorbidos por ésta rápidamente. Qi Rong tomó la alabarda, haciéndola girar entre sus manos, y miró a su hijo.

—Voy a patearle el trasero al viejo cerdo de Zhang Fei con esto y después te la devuelvo —dijo, lo que hizo reír a Gu Zi.

Ambos salieron del recinto, y les sorprendió ver el sitio desierto. Bueno, casi: Lang QianQiu seguía allí. El dios marcial se acercó a ellos con gesto adusto y dijo lo que menos se esperaban:

—El sitio está bajo ataque.

❁❁❁❁❁

Preparen las palomitas, se viene el final de este tercer arco, muajaja (?)

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: 2 days ago ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Criando un fénixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora