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La ciudad de QingDeng estaba completamente vacía para cuando la secta Moling Su y sus aliados llegaron al lugar. La evacuación ordenada en sueños por Qi Rong había sido todo un éxito, y los habitantes de la ciudad se encontraban a salvo en otros poblados, lo suficientemente lejanos como para evitar que los relacionaran con este lugar.

Su SiChuan miró de un lado a otro, liderando la tropa, con los sentidos en alerta a la espera de un ataque; pero por más que avanzaban no pasaba nada. La tensión entre las personas era palpable y notoria con cada paso dado. Uno de los discípulos más jóvenes dijo:

—Señor, ¿está seguro de esto? Llevamos más de media hora caminando y no ha pasado nada.

Apenas había terminado de pronunciar la última palabra, otro discípulo dijo:

—¡Allí hay alguien!

Todas las miradas se dirigieron hacia el techo de una de las casas a una distancia considerable, desde la cual podía verse una figura sobre la construcción. Sus túnicas largas y su cabello suelto se ondeaban al viento mientras extendía un brazo, señalando directamente hacia el grupo de cultivadores apiñados en el lugar.

—¡Cuidado!

Un destello rojizo se vio a la distancia. Los líderes de cada secta extendieron los brazos, conjurando un escudo, pero su intento llegó demasiado tarde: aquel destello, que transportaba talismanes hechizados, habían alcanzado al grupo y se habían pegado a sus bolsas Qiankun impidiendo de ese modo que pudieran tomar sus amuletos mágicos. Gran parte de su arsenal para atrapar a cualquier cosa que quisieran contener yacía en esas bolsas de espacio infinito, por lo que su plan había quedado inutilizado.

Una polilla avanzó volando, sin detenerse hasta posarse en la palma de la mano de Gu Zi, compartiendo la información obtenida por medio de zumbidos que el joven entendió. Con una sonrisa, dejó ir al insecto y volteó hacia Luo BingHe, diciendo:

—Los amuletos funcionaron. ¡Ya no tienen sus armas para encarcelar!

Una explosión cimbró el lugar, lo que atrajo su atención de inmediato, temiendo que algo hubiera ido terriblemente mal. Luo BingHe le puso una mano en la cabeza y dijo:

—Acaban de cruzar la primera barrera.

Esa primera barrera, eran Chu WanNing y Murong Chuyi. Ambos luchaban codo a codo contra los justos cultivadores que habían sido envenenados por las elucubraciones de Su SiChuan. La fuerza de ambos combinados era formidable, y la gran mayoría se había quedado varada con ellos, incapaces de avanzar. Después de todo, por más poderosos que fueran, solo eran dos y los invasores eran muchos: por lo que fue sencillo que varios otros pudieran seguir avanzando.

Lo que les esperaba, sin embargo, no era mucho mejor: quienes lograban superar el cerco de Chu WanNing y Murong Chuyi, se encontraban de frente con Mo Xi, Mo Ran y Ye WangXi. Apenas entraron en acción, Mo Xi y Chu WanNing actuaron en sincronía, logrando crear una gran barrera que impidió el paso a una gran cantidad de cultivadores...

... excepto a Moling Su.

Su SiChuan los había usado a todos como cebos, pasando subrepticiamente a través de éstos, logrando salir con los suyos antes de que el cerco mágico se alzara. De ese modo, podría llevarse al fénix sin tener que compartir su poder con nadie más. Su único propósito era alzar de las cenizas a su secta, sacarla del pozo en el que Su She la había hundido con sus acciones, y tener a un maestro fénix sin duda ayudaría a ello. ¡Su reputación se iría hasta el cielo! ¡Nadie volvería a ver a Moling Su por encima del hombro gracias a él!

Pero, para eso, debía primero atrapar al adolescente.

En la tercera barrera, la final, los discípulos de la secta Su se encontraron con los gemelos Su, Shen QingQiu, Luo BingHe, Lan WangJi y Wei WuXian. Hubo un gran intercambio de golpes, movimientos y encantamientos, pero finalmente Su SiChuan pudo sortear ese último obstáculo para llegar al maestro fénix que buscaba.

Y, cuando eso pasó...

❁❁❁❁❁

Chan chan chaaaaan.

Para quienes no hayan leído mis otros dos fics, les repito lo que dije allá: una disculpa por la ausencia repentina, la trabajación estuvo muy intensa y decidí huir de mis responsabilidades como ficker. Además, en el caso específico de esta historia, también me tomé el tiempo de planear los capítulos siguientes porque sigo aferrada a la idea de hacer esto de 200 capítulos... porque ajá.

Disfruten su lectura, pasen por aquí para recoger su bote de helado y sus pelotitas anti estrés C:

Criando un fénixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora