42

119 29 13
                                    

—A ver, Gu Zi, toma esto.

Qi Rong le dio un biberón de comida a su hijo, el cual tenía mezclado el antídoto que el menor no había podido usar antes de su muerte. El pequeño sujetó el biberón con una mano mientras que con la otra sujetaba la túnica de Qi Rong. La calamidad observó los ojos naranjas del bebé y sonrió.

—¿Quién es el bebé más lindo de los tres reinos? —dijo—. Tú lo eres, claro que sí.

Habían pasado unos meses muy extraños. Qi Rong había dejado un montón de clones y pequeños demonios para que se hicieran cargo de sus plegarias mientras él se dedicaba a criar a Gu Zi de tiempo completo. No importaba incluso si llegaba a ser el emperador celestial, se aseguraría de ser un padre presente para su hijo. Por supuesto, Lang QianQiu seguía apareciendo por ahí casi a diario, cuando ya había terminado sus deberes como dios, y Qi Rong se sorprendió pensando que, sin duda, este dios de pacotilla sería el indicado para cuidar de Gu Zi en caso de que él no estuviera. Extrañamente, su presencia ya no le desagradaba tanto, incluso comenzaba a tolerarlo un poco.

Ese poco se desvanecía en cuanto comenzaba a hablar, ya que su voz seguía siendo desagradable para el fantasma.

Mo Xi y Gu Mang seguían en el pueblo, monitoreando el progreso de Gu Zi, tal como habían dicho. De ese modo, el bebé había crecido aceleradamente hasta alcanzar el tamaño que debería tener a los nueve meses a pesar de qué, técnicamente, tendría solo cuatro o cinco. La cultivación funciona de maneras muy extrañas, un pensamiento que se acentuó en la mente de Qi Rong cuando el dios y el fantasma le explicaron cómo funcionaba el método que Gu Zi llevaría a partir de ahora.

—Durante el día, deberá cultivarse del modo tradicional. La energía Yang que proviene del sol foralecera su núcleo espiritual —dijo Mo Xi.
—Durante la noche, deberá cultivar el camino demoníaco. La energía Yin que acompaña a las sombras establecerá su núcleo fantasmal —dijo Gu Mang—. Las bestias cambiantes están más ligadas a la naturaleza, por lo que lo más recomendable es que el niño practique al aire libre.
—Y al atardecer, debe estar en comunión con sus dos tipos de cultivo, para que la transición de uno a otro no sea violenta y le provoque una desviación de Qi —añadió Mo Xi.

Qi Rong y Lang QianQiu tenían expresiones similares de "no entiendo un carajo", lo que le arrancó una leve risa a Gu Mang e hizo que Mo Xi se llevará una mano a la cara con fastidio.

—Alteza Tai Hua, usted va a cultivar con el niño de día —dijo Gu Mang—. Supremo Qing Deng, usted lo hará de noche. Y al atardecer, ambos deben nivelar los niveles de energía de Gu Zi para que se mantenga en equilibrio.
—Ah… —dijo Lang QianQiu, entendiendo finalmente.
—¿Por qué carajos no empezaron diciendo eso? —increpó Qi Rong.

Gu Zi, que en ese momento estaba muy ocupado mordisqueando la túnica de Qi Rong, dio un respingo al escucharlo gritar y dijo alegremente, como si eso fuera la solución a todo el problema:

—¡Papá! ¡Puré!
—Acabas de comer —dijo Qi Rong—. No te voy a dar puré.
—¡Papá! ¡Puré! —repitió Gu Zi, con enojo, jaloneando la túnica que estaba babeando hace poco tiempo.
—¡Qué no! —gritó Qi Rong.

El bebé hizo un puchero y comenzó a llorar. Su mirada vidriosa se dirigió a Lang QianQiu y dijo:

—¡Puré!

Lang QianQiu no supo qué responder, y el llanto del niño se hizo más estridente. Gu Mang se agachó frente al menor y dijo:

—Tú solo quieres que tu padre se vaya a cocinar, ¿verdad?
—¡Puré! —dijo Gu Zi, como si esa fuera la respuesta a todos los problemas del mundo.

Qi Rong se dio cuenta de lo que pasaba y alzó al niño para que estuvieran frente a frente y dijo:

—Niño, este ancestro no está enojado. Ahora cálmate y sigue babeando mi ropa.

Gu Zi hizo un puchero, pero no insistió más en el asunto y siguió mordisqueando la túnica del fantasma. Mo Xi y Gu Mang les dieron unas indicaciones más y se despidieron. 

πππππ

—¿Qué fue ese berrinche del puré?

Qi Rong tenía la vista fija en el techo. A su lado, Gu Zi dormía tranquilamente en su cuna y en el otro extremo de la habitación se encontraba Lang QianQiu, sentado en su cama, mirando a Qi Rong.

—Suelo estar calmado cuando me pongo a cocinar —dijo Qi Rong poniendo un brazo debajo de su cabeza, dispuesto a no mirar al dios—. Cuando le grité a ese par de idiotas, Gu Zi creyó que estaba molesto y quería que cocinara para calmarme.
—¿Y no estabas molesto? —preguntó Lang QianQiu.
—No.

El Supremo cerró los ojos, suspiró hondo y volteó a ver a Lang QianQiu dispuesto a gritarle por preguntarle tonterías. Su boca se entreabrió, pero no pronunció ninguna palabra; sus ojos recorrieron al dios, cuya túnica interior estaba abierta a la altura del pecho, y se quedó anonadado mirando el abdomen musculoso del hombre frente a él. Su mente se movió a toda velocidad, y en medio del caos que eran sus pensamientos una sola idea comenzó a tomar forma.

"Le daría una buena mordida a esos enormes pectorales"

—Me voy a dormir, no me molestes —dijo Qi Rong, dándose media vuelta bruscamente para darle la espalda a Lang QianQiu.

El fantasma se cubrió con la manta hasta la cabeza, totalmente avergonzado. Si no estuviera muerto, estaba seguro de que su rostro estaría rojo como tomate y su corazón latería aceleradamente. ¿Por qué le estaba pasando esto?

❁❁❁❁❁

Se llama gay panic, Qi Rong. JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA

Ahora, una breve encuesta para sondear el mercado (?) Si yo decidiera hacer eso de casi 200 capítulos, ¿lo leerían hasta el final o dirían nel? ¿Cuál sería el límite de capítulos que leerían? ¿Les está gustando este desmadre que estoy haciendo a la buena de diosito Xie Lian? XD

Criando un fénixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora