21: Perra

9K 553 63
                                    

|TN|

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

|TN|

Me esfuerzo por mirar únicamente a Taehyung, pues cada vez que volteo hacia esa otra persona siento que conecto con el mismísimo invierno. No puedo creer que de ser fuego se convirtió en esto... Antes me hacía arder en el infierno con el simple acto de mirarme, pero de manera increíble en estos momentos me enfría con facilidad.

Su mirada inexpresiva casi asesina mis ganas de complacer a papito, pero no le doy el gusto y me acomodo sentada mirando de manera provocativa a mi espectador.

—Papito... ¿Me pasas la crema corporal? —pregunto en un tono cargado de provocación.

Tae asiente y se acerca a un mueble en el que están algunos de los productos que uso, mientras se dispone a traerme lo que le pedí. De manera involuntaria mi vista recae de nuevo sobre la estatua viviente que nos observa...

«¿De verdad verme así no le provoca nada?».

Unas peligrosas ganas de matar la curiosidad me ayudan a ver la situación como un reto, por lo que sonrío un poco y observo su entrepierna. Por instinto me llevo la punta del dedo índice a la boca chupándolo. Estoy segura de que si no se hubiera comportado como un idiota en estos momentos mi boca le estaría dando mucho placer.

Un brillo indescifrable se asoma en su mirada y parece centrarse en los movimientos de mi dedo, pero dejo de tentarlo de esa manera y miro que papito vuelve con lo que le pedí.

—Quiero cremita por aquí —susurro en un tono inocente y miro mis muslos desnudos.

Papito, aprieta los labios al mirar ese lugar y sin más vierte un poco del producto en cada uno de mis muslos. No roza mi piel ni siquiera con la tapa de la crema, pero observa ese lugar mostrando un formidable deseo por tocar... Eso vuelve a prender en fuego la gasolina que llevo por dentro, pues me hace querer que me desee más. Más y mucho más. Tanto que se vuelva tan loco como yo.

«Papito siempre saca mi lado más depravado».

—Ahora otro poquito por aquí. —Señalo con mi dedo el centro del escote de mis pechos.

Aprieta con más fuerza los labios, no dice nada y acerca la punta de la crema a ese lugar. Lo mira con mucha atención y vierte un poco de crema, provocando al instante que cierre los ojos y aspire con fuerza ese delicioso aroma a canela... Es uno de mis olores preferidos tal vez porque mi nariz siempre lo relaciona con el fuego, el sexo duro; lo que hace una combinación perfecta con la temperatura ardiente de mi cuerpo en este momento.

—Un poco más por aquí —suplico con deseo y deslizo mi mano sobre mi abdomen desnudo.

—¿Quieres más? —pregunta y por alguna razón en su voz detecto un poco de agitación.

—Quiero toda tu cremita sobre mí —aviso sin tapujos y una sonrisa perversa curva mis labios ante su reacción...

Por un segundo mira hacia el techo y libera maldición, mientras su mano aprieta con más fuerza el bote de crema. Cuando se enfoca en mí noto la desesperación y necesidad creciendo en su mirada.

MIS SIETE SECRETOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora