25: Te amo

8.9K 560 87
                                    

|TN|

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

|TN|

Apenas nos detenemos junto a la cama, escucho con claridad mis palpitaciones cardiacas resonando en mis oídos y anunciando que mi corazón casi se sale de su caja torácica.

—Voy a follarte... —afirma cerca de mi oído.

—Prefiero que me hagas el amor —digo con deseo y a la vez la intención de librarme de un intenso castigo.

Él no dice nada y eso me indica que tal vez no está de buen humor, como para ponerse romántico y ser delicado.

—A la mierda con esto...

Arroja el preservativo abierto en el piso y sin más me empuja con suavidad sobre el colchón, haciendo que me apoye sobre mis cuatro extremidades en una postura que le cede todo el control. Él no acostumbra a tomarme así, por lo que me pone más nerviosa y trato de prepararme para recibirlo al verlo colocarse a mis espaldas...

—Si fuera por mí te llenaría de hijos para que me ames más y ningún idiota tenga oportunidad alguna contigo —susurra con necesidad.

—No quiero bebes —recuerdo con hastío y recuesto mi cabeza sobre una almohada sintiendo que se desliza sobre mi entrada.

—¿Incluso si fueran tuyos y míos?

—No quiero hijos de nadie... No me gustan los niños —recuerdo con fastidio.

—Pero te encanta irte de fiesta con Jisoo —reclama molesto y se abre paso en mi interior sin piedad con una fuerte embestida.

Pierdo la facultad de hablar al instante y los gemidos y gritos son lo único que llena el silencio de la habitación... No sé cuánto tiempo pasa, pero en medio de la sacudida brutal que recibo apenas puedo aspirar bocanadas de oxígeno para no sufrir un ataque respiratorio.

—No dormí toda la noche pensando en lo que pudo pasarte —dice con su voz entrecortada.

Me sujeta del cabello con fuerza haciendo que voltee a verlo, mientras me embate como un salvaje. Tal vez en otra situación eso me dolería un infiero, pero el placer que me brinda parece mantenerme anestesiada y poseída por la lujuria, pues tan solo aumenta mis ganas de pedirle que siga tomándome así: como un animal.

Sujeta con más fuerza mi cabello y así acorta la distancia entre nuestros rostros, estrellando sus labios contra los míos en un beso feroz y cargado de necesidad.

—Te llame más de cien veces y no respondiste... —recuerda molesto y arremete con más fuerza.

Su respiración agitada se mezcla con la mía, mientras me toma con mayor brusquedad haciéndome gritar bajo el riesgo de romper mis cuerdas vocales. En medio de mi caos puedo escucharlo gruñir contra mi boca. Una vez rompe nuestro beso, aprieta los labios con mucha fuerza y mantiene los ojos cerrados luciendo demasiado concentrado en el placer que le provoca destrozarme por dentro. En esta postura puedo sentir toda su magnitud, dureza, pues él se encarga de hundirse por completo en mi interior.

MIS SIETE SECRETOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora