Te casas con uno y también lo haces con sus seis hermanos. Su lema favorito: Lo tuyo es mío y lo mío es tuyo, pero de nadie más... Nadie más puede fijarse en lo que les pertenece.
Prohibida su copia u adaptación.
II PARTE DE LA HISTORIA
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
|TN|
Avanzo a través de la recepción con rumbo hacia la salida y en el proceso volteo a ver hacia el mostrador descubriendo que no hay nadie, como tampoco en el alrededor; con excepción de los guardias que se encuentran en la puerta. Lo que me hace saber que es tarde por lo que camino más rápido para que todo lo planeado salga bien.
—Tn —llama una voz familiar a mis espaldas.
«Félix».
Al instante dudo en detenerme y camino más rápido en el intento de fingir que no lo escuche.
—Tn —llama más cerca a mis espaldas.
Libero una maldición para a mis adentros, tomo una respiración profunda y me detengo para luego girarme y sonreír.
—Hola...
Se detiene frente a mí y detrás de él miro un guardaespaldas que se queda parado a una distancia prudente.
—Hola, pensé que ya te habías ido —dice sorprendido—. Es un poco tarde...
—Sí es que me quede para adelantar algunas cosas de la coreografía, ¿Qué hay de ti? ¿Se puede saber qué haces tan tarde aquí?
—Estaba ensayando —contesta esbozando una pequeña sonrisa—. Pero ya iba de salida, imagino que tú también...
Mira mi bolso y eso me hace saber que no puedo mentirle.
—Sí, ya me iba.
—Bien, si quieres te llevo.
«Oh ni en mis mejores sueños pasara».
—Gracias, pero quede de verme con mi novio —digo nerviosa intentando recordarle mi situación sentimental.
—Oh...
Muevo la cabeza asintiendo, mientras una insoportable incomodidad infesta el ambiente y al instante distingo una ligera desilusión en su mirada, pero me dedica una dulce sonrisa.
—Entonces espero que tengas una bonita velada...
—Tú también —digo nerviosa.
—Ese chico debe ser muy afortunado —afirma en voz baja.
Los nervios estallan en mi interior y sonrío debido a que es difícil no sentirse demasiado bien al recibir un cumplido semejante de parte de un chico como él.
—Gracias, pienso lo mismo de la chica que sea tu novia, será muy afortunada —confieso.
Un ligero rubor asoma en su rostro y baja la mirada sonriendo tiernamente.