Te casas con uno y también lo haces con sus seis hermanos. Su lema favorito: Lo tuyo es mío y lo mío es tuyo, pero de nadie más... Nadie más puede fijarse en lo que les pertenece.
Prohibida su copia u adaptación.
II PARTE DE LA HISTORIA
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Abro los ojos despacio y en medio de la oscuridad mis manos buscan sobre la cama ese cálido cuerpo que debería estar acurrucado conmigo, como pasa siempre después de que lo hacemos... Pero esta vez no lo encuentro por ninguna parte, por lo que abandono la posibilidad de seguir durmiendo y me acomodo sentada. Miro la oscuridad nocturna por las ventanas y luego recorro con la mirada toda la habitación sin encontrarlo por ninguna parte.
—Oso —llamo en una protesta.
Nadie responde y en ese momento me percato de la claridad del pasillo que entra por la puerta entreabierta, por lo que me bajo despacio de la cama y levanto una sábana del piso para cubrir con ella mi cuerpo.
«Espero que ordenara comida».
Mi estómago ruge con fuerza, el esfuerzo físico y los últimos tres climax que experimente me han dejado con mucho apetito, por lo que salgo de la habitación esperando que la llegada de la comida sea la razón por la que me dejo sola en la cama. De lo contrario deberá tener una buena excusa para haberlo hecho...
—¡Solo decía! —habla con fuerza Jungkook desde la sala deteniendo mi andar.
—Shhh... Bajen la voz ella puede venir —advierte Jimin.
Al instante esto frena mi intención de unirme a su charla, me quedo parada en la entrada que lleva a la sala y me oculto detrás de la pared asomando un poco mi rostro para verlos sentados allí. En el sitio se encuentran tan solo Nam, quien a pesar de su aspecto soñoliento luce un poco molesto mirando a Jungkook y mi esposo dominante Park Jimin que se encuentran sentados frente a él.
—Entonces, ¿Qué haremos? —pregunta Jungkook y en su voz percibo un ápice de preocupación, angustia.
—No entiendo porque insistes tanto con eso, ¿Qué pasa? ¿Hay algo que no sabemos? —pregunta Nam mirándolo con desconfianza.
Jimin también lo mira con curiosidad y eso parece poner un poco nervioso a Jungkook.
—Solo lo digo porque creo que en algún momento ella podría querer entrenar con grupos famosos y...
—Sí ella quiere trabajar con grupos reconocidos serán solo los de nuestra confianza —afirma Nam con calma.
Por instinto mis manos se cierran en puños y el enojo despierta en mi interior.
—Lo mismo le dije, en su mayoría podrían ser grupos de chicas —concuerda Jimin que mira a Jungkook y le da palmaditas en el hombro—. No hay de qué preocuparse...
—¿Y-Y si no quiere? —inquiere mi esposo nervioso.
El silencio se abre paso entre ellos y se miran entre sí por unos segundos.
—La vamos a convencer como sea, ya lo hemos hecho antes con otras cosas —afirma Nam adoptando una postura fuerte y severa.
—Claro, todo está bajo control —dice Jimin tranquilizador mirando a Jungkook.