Hora de comer II PARTE

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Su media sonrisa se amplía, se relame los labios recorriendo con la mirada todo mi cuerpo y así me quita con rapidez el otro zapato arrojándolo lejos. Luego se abre paso entre mis piernas y me mira directo a los ojos.

—Como que estás muy tapada —opina encargándose de desabrochar mi pantalón.

—¿No te gusta? —pregunto divertida viendo mi ropa en lo absoluto atrayente y sexy.

—Te prefiero sin nada...

Su mirada y el contacto de sus manos parecen prender en fuego mi cuerpo, pues me caliento tanto que me doy aire con las manos en el intento de disminuir la sofocación bajo el abrigo y la camisa. Por lo que me acomodo sentada quitándome el abrigo y con su ayuda también me deshago de la blusa. Pero antes de que pueda quitarme el sujetador, Tae, me empuja con suavidad. Me quedo tumbada boca arriba y miro que de nuevo se ocupa de mi pantalón. Lo baja con rapidez a través de mis piernas y arroja la prenda en el piso.

Sin más toma un poco de distancia y se queda parado mirando todo mi cuerpo de una manera que me hace sentir follada; me está follando en su mente, está idealizando las posturas, las cosas que pretende hacerme.

—Te falto esto —susurro halando un poco el elástico de mis bragas de encaje.

Se muerde el labio inferior enseguida ensanchando una sonrisa.

—También esto —aviso apretando mi pecho sobre la tela casi transparente del sujetador.

—¿Quieres que te los quite?

Asiento despacio.

—Quítamelo todo...

—Te lo quitaré —afirma complaciente, pero no se mueve y su intensa mirada recorre todo mi cuerpo.

—Papito... —Gimo.

Me apoyo sobre mis antebrazos y elevo un poco mi cabeza mirándolo mejor.

—Papito, ven aquí es tu turno...

Su sonrisa se amplía.

—¿Quieres quitarme la ropa? —pregunta en un tono peligroso.

Asiento despacio y al instante noto que se tensa más pero no se mueve.

—Tócate...

Por un segundo dudo de lo que estoy escuchando, pero la inmovilidad de su cuerpo y su mirada sombría recorriendo todo mi cuerpo me hace saber lo que quiere... No dice nada más, pero introduce las manos en los bolsillos de su pantalón y se queda parado en una postura expectantemente sexy.

—Tocarme así —digo deslizando despacio mi mano hacia la parte baja de mi vientre.

Tae se relame los labios y sigue detenidamente el movimiento de mis manos. Pero en ese momento la puerta se abre y eso me saca de mi deleite. Detengo mi ocupación, alejo mi mano de ese lugar y miro nerviosa que entra como demonio la persona que menos quiero ver ahora...

MIS SIETE SECRETOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora