Te casas con uno y también lo haces con sus seis hermanos. Su lema favorito: Lo tuyo es mío y lo mío es tuyo, pero de nadie más... Nadie más puede fijarse en lo que les pertenece.
Prohibida su copia u adaptación.
II PARTE DE LA HISTORIA
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|TN|
En el intento de procesar sus palabras de disculpa, lo miro incrédula a la espera de que diga algo más. Pero no lo hace. Ni siquiera vuelve a repetirlo y finge que no dijo nada, pues deja de mirarme y se limita a beber otro trago de vino ocultando esas emociones detrás de una gélida seriedad. No me sorprende que diga algo lindo y luego se comporte así, sé que no está acostumbrado a disculparse usando palabras. Pero creo que la distancia lo obligo y eso únicamente vuelve más sincera su disculpa.
—Te perdono —aviso en voz baja.
Sus labios esbozan una pequeña sonrisa y su mirada se ilumina por una alegría que enseguida intenta disimular, pues observa con rapidez la copa entre su mano y la llena de vino para volver a mostrarse tranquilo.
—¿Entonces me desbloquearas?
«Sí».
—Lo pensaré —miento ocultando mis ganas de reír ante su expresión seria.
—Te aprovechas de que estoy lejos...
—Daddy en eso te equivocas, yo solo me aprovecho cuando estas cerca... —recuerdo con picardía.
—Abusas —corrige.
—Pero te gusta.
La sonrisa en su rostro se amplía.
—Es que me encanta hacerte feliz, soy adicto a darte placer —confiesa bebiendo un largo trago de su copa.
Sonrío en el fondo deseando tenerlo conmigo, pero alejo esas ideas de mi mente cuando miro la hora en el celular y descubro que apenas me queda tiempo para vestirme y comer algo rápido.
—Quiero verte más... Deja de cubrirte —murmura con frustración mirando a mi mano que aún está cubriendo con el sujetador mis pechos.
—Sí continuo con esto no llegare a tiempo al trabajo, pero quizá por la noche te envíe fotos o un video...
La sonrisa perversa en su rostro crece.
—Eso quiere decir que no borraste mi número y que sí me desbloquearas —afirma en un tono triunfal.
No digo nada, pero me dispongo a ponerme el sujetador y dejo a la vista mis pechos. Al instante noto que se acomoda de forma relajada y me mira con mucha atención...
—Te compre mucha ropa... Pero lo cierto es que me gusta más verte sin nada.
Le dirijo una mirada provocativa, mientras coloco despacio mis pechos dentro de las copas del sujetador.
—¿Así? ¿Me traes regalo?
Sonríe ampliamente.
—Esta vez ni Hobi, ni Jimin podrán superarme con los regalos, porque te compre muchas cosas —afirma satisfecho acercando la copa a sus labios para beber más.
