Te casas con uno y también lo haces con sus seis hermanos. Su lema favorito: Lo tuyo es mío y lo mío es tuyo, pero de nadie más... Nadie más puede fijarse en lo que les pertenece.
Prohibida su copia u adaptación.
II PARTE DE LA HISTORIA
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|TN|
En medio de mi asombro volteo a ver hacia todas partes temiendo que alguien de la empresa nos descubra, pero ni siquiera la soledad que nos rodea me tranquiliza debido a que Jimin se detiene frente a nosotros. Está furioso y aunque sus ojos oscuros se clavan en mí por unos segundos luego se enfocan en Félix.
—¿Te irás con él? —pregunta Jimin con frialdad sin dejar de observarlo.
Félix, lo mira también con una intimidante seriedad, no dice nada, pero da un paso hacia él demostrándole que no le teme.
—Y si quiere irse conmigo, ¿Qué? —pregunta Félix con molestia.
«Oh, mierda».
Jimin, se tensa mucho y lo mira como si quisiera desquitarse de la peor manera con él.
—Le pregunte a ella...
—Y te estoy respondiendo yo, porque claramente tienes un problema conmigo —replica con seriedad.
Jimin, libera un bufido, lo mira de pies a cabeza y se acerca más.
—Ni siquiera sé quién eres para empezar, así que no te metas en lo que no te importa —dice con una calma artificial en la encuentro una amenaza.
—Ji...
—Claro que me importa —interrumpe Félix que me mira y luego se enfoca en él—. Es mi amiga.
«Mierda».
Eso parece que despierta los instintos asesinos de Jimin, pues se precipita con más seguridad hacia él y se queda parado a una corta distancia mirándolo como si estuviera pensando en que sitio golpearlo primero.
—¿Tu amiga? —pregunta en voz baja.
—Sí, es mi amiga —afirma Félix con seriedad.
—Me importa una mierda lo que creas que ella es para ti, no te metas en lo que no incumbe —replica en un tono peligroso
—Pues me meto, ¿Y qué? ¿Qué vas a hacer? —pregunta en un tono desafiante.
—No quieres saberlo —afirma furioso y se acerca tanto que lo hace dar un paso atrás.
Jimin, parece que pretende empujarlo o hacerle algo peor, por lo que tomo su mano tratado de frenándolo.
—Vámonos...
Félix, se ríe, lo mira con atención y se acerca de nuevo.
—No te tengo miedo —avisa con simpleza.
—Basta, vámonos —digo con rapidez y tomo el brazo de Jimin para que se aleje, pues él parece que está a punto de cometer una locura.
Lo halo, pero no se mueve y continúa mirando furioso a Félix que permanece quieto a la espera de algo...
