My Favorite Neighbor

27-. Whisky

Zayn's POV

Lucía apenas y había esperado a que Violett se marchara para comenzar a gritar como loca.

Pero supongo que tenía motivos, primero la había dejado sin ninguna explicación y luego encontraba a Violett en mi departamento.

-Deja de gritar –le supliqué. Sus berridos estaban a punto de hacer que mi cabeza explotara.
Y sorprendentemente ella me hizo caso.

-Bien. Explícame que hacia Violett aquí y porque la estabas invitando a la ducha –cruzó sus brazos sobre sus pechos.

-No tengo por qué explicarte nada. Tú y yo terminamos.

Me giré hacia la cocina para buscar una pastilla, pero al no encontrar nada tome una botella de whisky y le di un muy buen trago.

Escuché el sonido de sus molestos tacones chocando contra el mármol de mi piso.

-Tú no puedes terminar una relación de un año sin ninguna explicación, Zayn.

-¡Oh! ¿Quieres una explicación? Dime qué te parece esta. No te amo, nunca lo he hecho y nunca lo voy a hacer. Sólo salí contigo para que tu padre me ayudara a volver al éxito...

Ella me abofeteó y no me quejé. Me lo merecía...

-Te voy a arruinar, Zayn. Haré que todos en el medio te traten como a un leproso. Te arrastrarás de rodillas hasta mí pidiendo perdón.

No pude evitar reír.

-Nunca voy a hacer eso.

-Tú amas la pintura. Te gusta tener la atención de todos; que todos te idolatren, ya veremos si no regresas a mis brazos cuando ya no tengas nada de eso.

-Que poco me conoces. Es cierto que todas esas cosas me gustan, pero lo único que verdaderamente amo es a Violett, y mientras ella esté conmigo todo estará bien.

Ella rió.

-Eres ridículo comportándote como un adolescente. Las niñitas como Violett se aburren muy fácilmente, Zayn, no pasara mucho tiempo antes de que ella te abandone –se acerco aún más a mi-. Y entonces no tendrás nada, ni siquiera a mí.

Me besó.

-Nos vemos pronto, Zayn.

Se marchó contoneando sus caderas.

Le di otro trago a la botella antes de correr a la ducha, necesitaba ir con Violett, nada iba a arruinar nuestra felicidad.

***

Estuve tocando la puerta de Violett alrededor de unos 10 minutos. Rápidamente mis alarmas se encendieron, quizás algo le había ocurrido.

No -mi mente trató de tranquilizarme-. Quizás solo tuvo que salir por algo.

Con ese pensamiento rondando por mi cabeza busque a interrogar a la ancianita que permanecía siempre en la recepción.

-Buenos días.

-Buenos días –sonrió ella.

Me sentía extrañamente nervioso y quizás se debía a que esta era la tercera vez que hablaba con esta mujer desde que me mudé aquí.

Algunas veces escuché a los vecinos murmurar sobre el vampiro que vivía en el último piso. En Italia eran demasiado fanáticos de esos seres, hace un par de años aquí en Venecia fue descubierta la tumba de lo que se presume fue una vampiresa. Así que si a estas creencias le sumábamos mi más reciente estilo de vida adquirido –no salir mucho de mi departamento debido a mi fobia-, no podía culparlos por aquella comparación. Pero en lugar de enfadarme, eso me hacía reír.

-Eh... quería preguntar por Violett. ¿No sabe si ella salió?

Su sonrisa se hizo aun más grande.

-La ragazza. Ella salió con el bambino.

-¿Bambino? –Fruncí el ceño-. ¿Cuál bambino?

-Colton Haynes, el doctor.

Asentí.

-¿No sabe a dónde fueron?

-No –sonrió-. Pero son una pareja realmente linda, ¿no lo cree?

-Gracias por la información.

Me marché a mi departamento hecho una furia. No podía creer que Violett me hubiera hecho esto. No entendía que demonios, Violett tenía que hacer con ese idiota. Se suponía que ya no se le iba a acercar, que ella sería únicamente mía. Y ahora resulta que se va con él y a quién sabe dónde.

Estrellé mi teléfono contra el suelo, el estúpido sonido que emitía estaba haciendo que mi jaqueca se hiciera aun más grande.

-Voy a cobrarme esta, Violett.

Amenacé antes de terminarme la primera botella de whisky.