Después de aquel trágico enero mi vida no había parado de ser una completa mierda. Había tenido que lidiar con la escuela, los cuchicheos y con los imbéciles que me trataban como una golfa solo por haberme "tirado" al joven maestro de artes... oh, y por si fuera poco también tenía que soportar a Harry y a sus reiteradas disculpas. Él no me creía pero yo ya lo había perdonado desde hacía mucho tiempo atrás.
Aunque todo eso era bastante malo, no se comparaba con lo que tenía en casa. Papá apenas y me dirigía la palabra –y podía vivir con eso, tampoco me apetecía tener una relación cordial con ese hombre-, y mamá vivía atemorizada de que yo me fuera un día de nuestro "dulce hogar" y que jamás regresara –en especial desde aquel primer junio que pasé sin Zayn, aquel en el que cumplí dieciocho años-, pero no tenia de que preocuparse no podía irme, aunque fuera lo único que deseaba hacer. El principal motivo de mi permanencia en aquel lugar que detestaba tanto, era el dinero, o mejor dicho, la falta de éste.
Si algo habían hecho bien mis padres conmigo era inculcarme el hábito del ahorro desde muy pequeña, cuando tuve los 18 años mi cuenta en el banco ya contaba con una cifra nada despreciable, pero eso no me hubiera servido ni para sobrevivir el primer otoño por mi cuenta. Así que tuve que quedarme en el único lugar en el que no me cobrarían alquiler por pasar la noche, pero a pesar de eso trataba de estar el menor tiempo posible en casa.
Había conseguido un empleo. Sí, lo sé, ¿quién sería tan idiota como para contratarme? La respuesta: el desesperado dueño de un restaurante.
De lunes a viernes trabajaba medio turno después de la escuela, los sábados trabajaba todo el día y en mis días de descanso me la pasaba en Hyde Park, pintando a parejas o a cualquier persona que estuviera dispuesta a pagar un par de libras. Había caído bastante bajo, pero todo para librarme de mis padres.
Para cuando terminé la preparatoria, contaba con 19 años ya, y en mi cuenta de banco la cantidad de dinero disponible se había duplicado, y en gran medida a las propinas de los burgueses ingleses.
Desde mi regreso a Londres a la edad de 15 años, no dejé de soñar con asistir al Royal College of Art, por eso fue comprensible la reacción de mis amigos cuando les comuniqué que me marcharía a estudiar al Liceo de Artes de Venecia. Pero todos ellos me apoyaron, incluso el señor Miles y su esposa Maggie se habían puesto de mi lado. Ambos se habían hecho responsables de mi durante el tiempo que permaneciera en la escuela de artes, al parecer no importaba que fuera mayor de edad, por el simple hecho de ser extranjera necesitaba un tutor, y que mejor que aquel hombre que me conocía tan bien.
El verano estaba a punto de terminar y yo me encontraba lista para un nuevo comienzo.
-Voy a extrañarte tanto–Mich me abrazó tan fuerte que el aire se me fue por un par de segundos-. Prométeme que me llamarás todos los días –se alejó de mí y me miró con expresión seria-. Prométeme que no te olvidaras de nosotros...
-Mich, no te pongas dramática. Londres no esta tan lejos de Venecia, sólo nos encontraremos a una hora y media de distancia. Eso es tan poco tiempo que creerás que me mude a Manchester y no a otro país.
-Iremos a visitarte en cuanto podamos –aseguró la castaña.
-Y yo los recibiré con los brazos abiertos –alterné mi mirada entre ella y Niall.
-Violett... -escuché la voz de Liam a mi espalda.
-¡Li!–fui a su encuentro y lo abracé-. Pensé que no vendrías –confesé mientras me apartaba de su lado.
-No puedo creer que te vayas a ir –aun parecía algo aturdido por la noticia-. ¿No hay algo que pueda hacer para que te quedes?
Negué.
Lo único que podría hacerme cambiar de parecer sería que Zayn se presentara aquí, pero eso no iba ocurrir.
Un año y medio había transcurrido desde que él se había marchado sin siquiera decir a donde, y era más que probable que a estas alturas él ya me hubiera olvidado.
-¿Y si Za...? –se quedó callado- ... ¿Y si él vuelve?
Si algo había notado en las esporádicas visitas que le hacía a Liam, era que él nunca mencionaba a Zayn en mi presencia y yo trataba de hacer lo mismo.
No importaba lo desesperada que estuviera por saber de él, mi orgullo no me permitía preguntarle nada a Liam. Después de todo, si Zayn quisiera que yo tuviera noticias suyas, entonces se abría comunicado conmigo ¿no?, por lo menos una vez durante todo este tiempo, pero no lo había hecho. Y quizás se debía a que ya había rehecho su vida con alguien más.
-Pasajeros del vuelo 13-6 con destino a Venecia, Italia favor de abordar por la puerta 12.
-El tiempo se acabó, Liam –lo abracé una vez más-. Espero volver a verte pronto.
-Ahí me tendrás en la primera oportunidad que tenga.
Abracé una vez más a Mich y a Niall antes de acercarme a aquella puerta. No quise mirar atrás, Mich había comenzado a llorar a cantaros, y yo extrañaba la estridente voz de Louis diciéndole que no fuera tan llorona. Pero entendía que él no viniera a despedirme, para empezar ni siquiera se encontraba en el país.
Después de haber hecho una temporada maravillosa –según los expertos del deporte-, con el Manchester United Football Club Reserves, los directivos del primer equipo decidieron que era el momento de que él se les uniera, de hecho en este momento debí encontrarse en Los Ángeles, donde el Manchester United estaba haciendo su entrenamiento de pre temporada.
-¡Violett! –apreté los ojos. Él no se suponía que debía estar aquí-. Violett, no puedes irte –me tomó del brazo fuertemente-, no sin antes escucharme...
-Harry, perderé el avión si no me doy prisa.
Miré a Niall, se suponía que nadie sabía que yo me iría. Pero éste me dio a entender con un encogimiento de hombros que él tampoco sabía quién se lo había contado a Harry.
-¿Y si te quedas? –pidió encarecidamente. Que Harry actuara de esta forma hacia que me doliera el corazón-. ¿Sería tan malo quedarte? –preguntó una vez más y yo tuve que bajar la mirada para no comenzar a llorar.
Los primeros meses que pasaron después de que Zayn desaparecieran habían sido terribles y yo me había esforzado por odiar a Harry con toda mi alma, pero cuando la furia y la rabia se desvanecieron y dejaron solamente decepción y tristeza, entonces entendí que no podía guardarle rencor. Mi desgracia no se debía a él, en eso habían influido muchas cosas; primero haberme enamorado de Zayn, luego no haber hecho las cosas bien con Harry y por ultimo haber tenido esperanzas en algo que no tenía esperanzas.
-Harry, ya no soy feliz en este lugar –traté de sincerarme con él.
-¿Y lo vas a hacer allá a dónde vas? Estarás sola en una ciudad desconocida.
-Pero estaré haciendo lo que más me gusta, Hazza.
-Pero...
Lo tomé de las mejillas y le di un pequeño beso.
-Te quiero, Harry. Siempre lo he hecho, y lamento haberte lastimado.
-Yo lamento ser el causante de que sufras.
-No es tu culpa.
Lo abracé rápidamente deseando que por fin me permitiera marcharme, y así lo hizo.
Al cruzar esa puerta ya no había marcha atrás. Terminaría uno de los capítulos más dolorosos de mi vida y me encontraría lista para comenzar de nuevo.
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My Favorite Neighbor
Fanfiction¿Cuánto tiempo puede resistir el amor a la distancia? O mejor aún, ¿cuánto puede resistir al abandono? Violett está segura que toda una vida. Pero toda su vida da un giro de 180º cuando decide ir al Liceo De Artes De Venecia y conoce a su nuevo veci...