46-. Tenemos que hablar

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Deambulé por un largo tiempo en el departamento intentando encontrar algo que hacer, pero no descubrí absolutamente nada.

No cabía duda, había elegido un muy buen día para estar prácticamente peleada con Sam. ¡Oh! y no olvidemos el haber terminado el cuadro. Había estado tan confiada de que Zayn regresaría mañana que no quería tener nada pendiente a su regreso. Debí haber esperado.

Pero entre todos esos pensamientos me asaltó uno en particular.

Llámame en cuanto termines el cuadro, eso me había dicho Vincent.

Mire el reloj. Aun era algo temprano en Londres, pero aun así llamé, quería librarme de este asuntó de una vez por todas.

El señor Conrad se mostró muy feliz con la noticia e incluso aseguró que mañana mismo vendría por la pintura.


Poco después me planté frente al televisor y comencé a ver lo que sea que se estuviera transmitiendo en él, pero enseguida me aburrió y terminé abandonando mi departamento para dirigirme a cualquier lugar o ese era el plan hasta antes de ver a Colton.


Aquel lindo hombre acababa de salir del ascensor con un aspecto pobre y desaliñado.


Medité mucho lo que estaba a punto de hacer. Quizás esto no me incumbía pero no podía simplemente ignorarlo, no después de todo lo que Colton había hecho por mí.


-¿Cómo estás?


-Deja de actuar como si te importara –su tono fue hostil mientras introducía con gran torpeza la llave en el picaporte.


-No estoy actuando –comencé a acercarme a su lado-, realmente me importas, Colton.


-Ahora no quiero hablar, Violett.


-Pero debemos, tú y yo dejamos una charla pendiente.


Se giró hacia mí y me miró por primera vez desde que nos encontramos hoy.


-¿Qué te hace creer que este es un buen momento para terminar esa conversación?


Su aliento olía a alcohol pero él no parecía ebrio.


-Pues te tengo frente a mí y eso no es algo que ocurre con frecuencia.


Colton exhaló.


-Entra.


Lo obedecí e inmediatamente él se dejó caer en uno de los sofás. Colton no parecía tener intensión alguna de hablar, y yo no estaba dispuesta a esperar más tanto tiempo así que comencé a sondearlo.


-¿Dónde pasaste la noche?


-¿Debo contestar a eso?


-No, pero comenzaba a preocuparme tu desaparición.


Rió con ironía.


-Sí, claro.

Tomé sus manos entre las mías.


-Colton, yo te considero un muy buen ami...

-Ni se te ocurra decirlo –advirtió mientras se apartaba de mi lado intempestivamente-. No necesito escuchar lo que es obvio.

-Te quiero mucho, Colton y lamento que no sea de la forma en la que a ti te gustaría...

Volvió a interrumpirme.

-Ya no quiero hablar sobre esto –se dirigió hacia la puerta y la mantuvo abierta-, así que hazme el favor de dejarme solo.

Al parecer de nuevo había fracasado mi intento de solucionar lo que sea que estuviera mal con nuestra amistad y comenzaba a creer que nunca lograría mi cometido.

Me dirigí hacia la puerta pero me detuve antes de salir. Si Colton no había querido hablar conmigo, estaba bien, pero había una persona a la que sí debía enfrentar.

-Hoy por la mañana Alexandra vino a buscarte.

Colton asintió desganado.

-Lo sé, Donna me lo comunicó cuando me vio llegar.

-Se encuentra realmente preocupada por ti, Colton. Debes hablar con ella y debe ser pronto, no podrás evitarla para siempre y mucho menos después de lo ocurrido –dicho eso, intenté irme, pero Colton me lo impidió tomándome del brazo.

-¿A qué te refieres con eso?

Me giré de nuevo a él.

-Sé que tú y ella... –no terminé la frase, ya era demasiado bochornosa la situación para además aunarle esto. Respiré profundamente-. Por eso mismo debes aclarar todo lo sucedido. Alexandra es una buena mujer, Colton y si ambos se dieran una oportunidad...

-Así que ahora actúas de casamentera para aminorar el sentimiento de culpa, ¿no?

Quizás había algo de verdad en sus palabras, pero no iba a admitirlo en su presencia.

-Solo quiero que seas feliz... –y eso también era cierto.

-Pierdes tu tiempo, un desgraciado como yo nunca podrá ser feliz.

Me acerqué nuevamente a él.

-Colton, no digas eso. Tú eres un hombre maravilloso y cualquier mujer haría hasta lo imposible por hacerte dichoso.

-Cualquiera menos tú –susurró audiblemente.

Lo abracé siendo incapaz de verlo a la cara por más tiempo.

-Me encantaría hacerte feliz de la forma en la que a ti te gustaría que lo hiciera, pero eso es algo que está fuera de mis posibilidades.

-Lo sé, y juro que intento aceptarlo, pero no puedo –se separó un poco de mi-. Creí que Alexandra podría ayudarme a olvidarte, pero mientras le hacía el amor no podía dejar de imaginar que quien se encontraba debajo de mi cuerpo eras tú, gritando mi nombre y no el de aquel imbécil que seguramente está esperándote en su departamento.

Ante sus palabras me fue imposible no tensarme. Intenté apartarme de su lado pero evidentemente Colton era mucho más fuerte que yo y todos mis intentos resultaron en vano.

-Ya debo irme –musité con la esperanza de que él me liberara y así lo hizo, o bueno, eso pareció en un principio.

Siempre había halagado la rapidez con la que Colton actuaba, pero en esta ocasión me desagradaba enormemente la capacidad de reacción que poseía.

Sus labios se habían apoderado de los míos de manera demandante, intenté que me soltara de inmediato pero todo forcejeo resultó inútil, tal parecía que él no estaba dispuesto a dejarme ir.

Sus roces eran rudos y su tacto brusco. La satisfacción que había experimentado en los besos que él me había otorgado con anterioridad no existía en esta ocasión.

Colton me soltó dando un pequeño quejido de dolor, me había encontrado en la necesidad de morder con fuerza sus labios para lograr que él me permitiera apartarme de su cuerpo.

Pero cuando lo vi, ahí, frente a mí, sujetando su labio lacerado una sensación de molestia me recorrió el cuerpo entero, obligándome a estrellar la palma de mi mano contra una de sus mejillas.

-¡No vuelvas a hacerlo!

Le advertí antes de abandonar su departamento de un portazo.

Me sentía conmocionada y molesta, muy molesta. La rabia se había apoderado por completo de mi cuerpo y aun no podía creer que Colton hubiese hecho eso.

¿Besarme? ¡Por Dios! Acababa de decirle que lo nuestro nunca iba a funcionar, ¿qué creía Colton que iba a suceder si me robaba un beso? ¿Quizás que yo abandonaría a Zayn para quedarme con él? Si había sido eso, entonces él realmente necesitaba ayuda, una ayuda que yo no iba a proporcionarle.

Con lo que había ocurrido hoy era evidente que Colton y yo nunca podríamos ser amigos. Él se resistía con todas sus fuerzas a aceptar que a quien yo realmente amaba era a Zayn, así que lo mejor sería cortar nuestra relación por lo sano, si es que eso aun era posible.

Intenté tranquilizarme, debía aparentar calma cuando Zayn llamara porque si tan solo sospechaba que yo ocultaba algo, entonces se armaría el acabóse.

My Favorite NeighborDonde viven las historias. Descúbrelo ahora