60-. Louis

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Al llegar al hotel ninguno de los dos se encontraba de humor para llevar a cabo lo que habíamos planeado, así que lo primero que hice al entrar a la habitación fue correr hacia la ducha y tras quince minutos me reuní de nuevo con Zayn en la cama, pero entonces fue su turno de huír hacia la regadera.

Zayn no estaba molesto conmigo pero sabía que debía darle algo de espacio para que se tranquilizara, mientras eso ocurría tomé mi teléfono y comencé a teclear lo más rápido que pude.

HOLA. SOY Violett. ¿TE ACUERDAS DE MÍ?

No esperaba que me respondiera y mucho menos con la prontitud con la que lo hizo. Al parecer no estaba ocupado.

TU NOMBRE ME RESULTA FAMILIAR. ¿ACASO ERES LA PELIRROJA QUE CONOCÍ EN EL BAR LA OTRA NOCHE?

Sopesé la idea de seguirle el juego y responderle con ironía pero al final desheché ese plan.

EXTRAÑO TU TERRIBLE SENTIDO DEL HUMOR, TOMLINSON.

Y YO TU MAL GENIO, JOHNSON. DIME, ¿CÓMO HAS ESTADO?

Suspiré. ¿Por dónde empezar?

BIEN, AUNQUE ALGO AVANDONADA POR TI.

¿DE QUÉ ESTÁS HABLANDO? MANDÉ A MI HOMBRE DE CONFIANZA PARA QUE ESTUVIERA AL PENDIENTE DE TI. POR CIERTO, TU NOVIO ES UN SALVAJE, MIRA QUE GOLPEAR A MI HAZZA DE LA FORMA EN LA QUE LO HIZO.

Terminé ignorándolo por una sola razón: me convenía hacerlo.

ESTOY EN LONDRES. LLEGUÉ ESTA MAÑANA.

Su siguiente mensaje se encontraba repleto de caritas escandalizadas.

¿POR QUÉ NO ME LO DIJISTE ANTES?

TUVE COSAS IMPORTANTES QUE HACER.

En décimas de segundos el celular vibró entre mis manos pero no era debido a un mensaje, ese castaño estaba llamándome. Gemí con frustración. No me creía capaz de soportar lo que se avecinaba pero aún así contesté.

La estridente voz de Louis comenzó a oírse en la línea telefónica, inmediatamente una sonrisa se asomó en mis labios mientras las lágrimas amenazaban con salir una por una. Mi llanto no era originado por ninguno de los reclamos —sin sentido— de Louis, simplemente me encontraba nostálgica y escucharlo me trajo aún más recuerdos.

Louis al parecer se percató de mis silenciosos sollozos pues rápidamente cesó sus quejas y con tono preocupado emitió un:

—¿Te encuentras bien, cariño?

—Sí —apenas y logré pronunciar mientras secaba mis lágrimas—, es sólo que te extraño.

Me sentía tonta pues no podía dejar de llorar. Nunca me había gustado que los demás sintieran lástima por mí, debido a eso trataba de que mis emociones se quedarán únicamente en mis pinturas, pero aquí estaba, desmoronandome frente a Louis.

—Yo también te extraño, Violett, pero si esto se trata de un chantaje para que pierda mañana ante el Arsenal, lamento decirte que desperdicias tu tiempo.

Reí levemente es lo que Louis buscaba con su broma; aligerar el ambiente.

—Sé que ganarás —admití.

—Siempre has sido una mujer sabía —halagó; sin embargo, yo no concordaba con lo dicho, aunque si poníamos las cosas en perspectiva y me comparaba con Louis, entonces sí, mi tasa de aciertos era mayor pero sin duda, Louis había disfrutado más de la vida—. Por lo tanto contaré con tu presencia mañana, ¿verdad?

—No hay nada que me gustaría más que verte...

—Pero... —murmuró con fastidio, ya se imaginaba mi respuesta.

My Favorite NeighborDonde viven las historias. Descúbrelo ahora