95-. La lista de sospechosos aumenta.

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Violett.

Con un sobresalto vi terminada mi pesadilla. Varios minuto transcurrieron antes de percatarme del aparato que emitía tal estruendo, responsable de mi anticipado despertar.

Con la piel aún erizada por los recuerdos de aquel perturbador sueño me incorporé en la cama, respirando con dificultad. Era consiente, entendía que todo se había tratado de una ensoñación; sin embargo, las sensaciones tan vividas me hacían dudar.

Cuando mis latidos volvieron a la normalidad, debí inclinarme hacia la mesa de noche y tomar con mis temblorosas manos el insistente celular. Vi el identificador de llamadas, y tras leer que se trataba de mamá me preparé para fingir que nada ocurría aquí.

—Hola —saludé. Mis habilidades concernientes a la actuación eran cada vez mejores.

—Hola, amor. ¿Te desperté? —al inicio se escuchaba feliz, como hacía tiempo no lo era, pero en medida que sus palabras avanzaban su tono de voz se volvía taciturno.

—Sí, pero descuida —intenté restarle importancia—, ya tenía que despertar, ignoro porque Zayn no lo hizo antes.

—¡Oh!, ¿Estás con él? —preguntó con una risita similar a la de una colegiala emocionada—. Bueno, no quiero quitarte más tiempo, sólo llamaba para agradecerte las flores. Son hermosas, hija.

La confusión se apoderó de mi rostro obligándome a fruncir el entrecejo.

—¿De qué flores hablas, madre? Yo no he enviado nada.

—Violett, no tienes que fingir —agregó con tono jocoso. Al parecer le divertía el creer que me había atrapado en medio de una mentira—. Sé que fuiste tú.

—Madre, no fui yo —con un salto me levanté prácticamente de la cama—. ¿Quien te las entregó?

—Un empleado de la florería —el buen ánimo se había disipado de ella.

—¿Te dijo algo? —mi respiración se había acelerado de nuevo. Tenía miedo, en mi cabeza se había atascado la idea de que quizás mamá era la siguiente.

—No, sólo lo usual —agregó—. Aunque el ramo tenía una nota. "Este es un día especial. No olvides sonreír" —leyó. Ciertamente aquello no me daba ninguna pista.

—¿Por qué es un día especial? —pregunté encaminándome fuera de la habitación.

—Hoy tu padre y yo cumpliríamos veintiún años de casados —me recordó en un susurro.

Mis pasos cesaron al llegar a la estancia. Cerré los ojos con fuerza, aquella era información privada a la que muy pocos tenían acceso.

—Escucha, quiero que te comuniques con el oficial que llevó el caso de papá. Necesito que te pongan bajo custodia.

—Violett, no lo creo necesario —protestó, mamá no entendía que en este mismo instante ella corría peligro.

Suspiré. Habría preferido no decirle nada de lo ocurrido pero sabía que de otra manera mamá no me obedecería, y yo necesitaba tener la certeza de que ella iba a estar a salvo.

—No quiero que hagas un escándalo de lo que voy a decirte —anticipe—. Yo estoy bien, nada me ocurrió...

—Violett —interrumpió—, exijo que me digas que pasa.

—Ayer alguien interrumpió en mi departamento —eso fue todo lo que tenía planeado decirle, no creía necesario dar más detalles.

—¡Oh, dios! —el horror se hizo presente en la línea—. ¿Te encuentras bien? ¿Te hicieron algo?

My Favorite NeighborDonde viven las historias. Descúbrelo ahora