33-. En la bañera

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El molesto sonido me hizo levantarme abruptamente, y sólo para darme cuenta de que me encontraba sobre la cama de Zayn, no tenía claro cómo es que habia regresado aquí, pues después del 4 orgasmo perdí razón de mi misma.

Zayn salió del baño y en cuanto me vio sonrió.

-Buenos días –se acercó a besarme-. ¿Cómo dormiste?

-¿Dormimos?

Quise saber, pues después del cuarto orgasmo, Zayn aun parecía completo y dispuesto a ir por más.

Soltó una carcajada.

-Sí, un par de horas.

Zayn se estiró para apagar el despertador que se encontraba detrás de mí.

-¿Qué hora es?

-Las 6 de la mañana. Aun es temprano, regresa a dormir.

-No puedo, debo ir a mi departamento a bañarme y vestirme para ir a la escuela.

-No vayas...

-Me encantaría no hacerlo, pero tengo dos clases seguidas con Giorgio. Lo conoces, ese hombres es bastante exigente.

-Es un terco, y siempre cree que tiene la razón. No le gusta que nadie le lleve la contraria.

-No sé a quién me recuerda –murmuré con una sonrisa mientras me ponía de pie envuelta en las sabanas.

-Yo no era como él.

-No, claro que no. Tú sólo eras arrogante y prepotente, ¿verdad, señor "mi posgrado en Royal College of Art dice lo contrario"?

-¿Nunca vas a dejarme olvidar eso, verdad? –me tomó de la cintura.

-Claro que no –sonreí-. Eso fue parte de nuestra primera pelea.

-No sabes cuánto daría por qué esa hubiese sido también nuestra última pelea.

Lo besé.

-Ya no pienses en eso. Ahora estamos muy bien.

Zayn sonrió nuevamente.

-Te tengo una sorpresa.

-Tus sorpresas me encantan.

-Lo sé –murmuró con otra sonrisa antes de colocarse a mis espaldas-. A donde vamos no necesitaras esto –me arrebató la sabana, dejándome completamente desnuda.

-Zayn...

Él había colocado sus manos sobre mis ojos.

-Confía en mí, Violett.

Suspiré.

-Está bien, llévame a donde quieras.

Él me hizo caminar un par de metros, y cuando retiró sus manos de mis ojos, casi me voy de espaldas. Él habia cumplido con lo que me prometió en aquel mensaje.

La habitación se encontraba iluminada por el tenue brillo de las velas que había colocado en lugares estratégicos. La bañera se encontraba adornada con pétalos de rosas, y tenía la gran sospecha de que las rosas utilizadas para esto, eran las mismas que me había obsequiado ayer por la noche.

-¿Te gustó?

-Esto es muy lindo –me giré hacia él y lo besé.

Amarré de nuevo mi cabello en un chongo antes de entrar a la bañera con ayuda de Zayn. El agua era tibia, la temperatura justa para relajarme.

Después de que Zayn se deshizo de sus bóxers, se sentó detrás de mí. Podía sentir se miembro contra mi trasero y eso me inquietó un poco, pero sólo hasta que Zayn comenzó a besar la base de mi cuello.

-Pareces algo tensa, y te entiendo, estos últimos meses han sido muy difíciles, especial estas últimas semanas, pero sé cómo arreglarlo.

Un frio líquido hizo contacto con la piel de mis hombros, poco antes de que las manos de Zayn comenzaran a masajearme.

Sus manos eran mágicas, pues después de tan sólo un par de minutos hizo que mi cuerpo se sintiera como si estuviera flotando.

-¿Podrías presionar un poco más del lado derecho?

Zayn me obedeció.

-¿Así?

-Ajá... -por instinto cerré los ojos-. Esto se siente tan bien.

-Y podría sentirse mejor –ronroneó contra mi odio.

-¿Sexo matutino? –me aventuré a preguntar mientras su pene me presionaba el trasero.

-Ese es el mejor, cariño.

Hice un par de movimientos para terminar sentándome a horcajadas sobre Zayn. Coloqué mis brazos alrededor de su cuello y comencé a besarlo. Él me respondía de esa forma tan entusiasta y apasionada que tanto me encantaba. Descendí por su cuello, besando, lamiendo y mordisqueando cada centímetro de su piel antes de volver a sus labios.

Comencé a hacer movimientos circulares sobre su miembro, y cuando lo sentí erecto, decidí ser yo quien tomara el control de esto.

Un gemido lastimero me abandonó cuando lo enterré en mí. Me moví de arriba abajo un par de veces antes de que Zayn comenzara a mover las caderas.

***

Después de otro par de maravillosos orgasmos, recobré mi posición original. Mi espalda se encontraba recargada contra el pecho de Zayn.

-Nunca voy a cansarme de eso –pasó sus brazos sobre mi estomago.

-Eso espero, aunque debemos conseguir una caja de condones. Tienes suerte de que esté en mis días infértiles, de lo contrario no te dejaría acercarte a mi sin un preservativo de por medio.

-¿Por qué? –besó mi oído.

-Porque no quiero quedar embarazada.

-¿Por qué no? Lucirías realmente hermosa con tu pancita abultada –me besó un hombro.

-Soy muy joven, Zayn. Y antes de pensar en hijos quiero terminar mi carrera y ejercer.

-Un bebé no sería inconveniente, yo podría cuidarlo mientras tú estás en la escuela.

Me giré un poco para verlo a la cara.

-¿Por qué estamos teniendo esta charla? Yo no estoy embarazada, y no voy a estarlo, Zayn.

-No me retes, preciosa –sonrió de lado-, si me lo propongo....

-No, Malik, no te equivoques. Si sigues con esa idea de embarazarme puedes irte olvidando del sexo matutino, del vespertino y del nocturno. ¿Entendiste?

-Eso es cruel de tu parte.

Lo besé antes de levantarme de la bañera.

-Ya sabes lo que tienes..., o mejor dicho,... lo que no debes hacer para que yo no deje de tener relaciones contigo.

-Violett, espérame...

Zayn me siguió hasta la ducha.

My Favorite NeighborDonde viven las historias. Descúbrelo ahora