Arribé con algo de anticipación a la escuela, esta era mi primera clase con Matterazzi desde el incidente y no quería propiciar otro encuentro hostil con ella. Hoy no estaba de humor.
Tomé mi asiento habitual en el centro de la habitación y no pasó mucho tiempo antes de que la silla junto a mi fuera ocupada por alguien más, Sam.
-Hola –pero en su saludo no se encontraba su habitual algarabía.
-Hola.
Mantuve la vista clavada en los apuntes de la última clase.
-¿Cómo estás?
-Sam –suspiré-. Dudo mucho que eso sea lo que en verdad quieres saber.
-Debemos hablar sobre lo que ocurrió el otro día.
-Este no es el momento para eso –dije cuando vi entrar a Matterazzi.
-No puedo esperar, lamento haber sido tan inoportuno con mis palabras.
-Sam, está bien, ¿sí? Solo... –mi frase quedo inconclusa tras la interrupción de Matterazzi.
-Señor Claflin ceda su lugar al señor Vitalli.
-Pero... –comenzó a protestar como solía hacerlo siempre.
-Es eso o sale de mi clase –se cruzo de brazos frente a nosotros.
Sam la obedecía a regañadientes y en cuestión de segundos el chico nuevo se tomó su lugar.
-Hola –saludó con esa sonrisa jovial que parecía poseer, dejando a la vista un adorable hoyuelo en la mejilla izquierda.
-Señor Vitalli, absténganse de hablar o también lo cambiare de puesto.
-Sí, señora.
-Señorita –lo corrigió poco antes de girarse al pizarrón.
-Y créele cuando te dice que es señorita –le susurré al chico nuevo con una sonrisa burlona.
La clase transcurrió como cualquier otra y lo único que yo quería era salir de aquí.
-Para la clase de mañana quiero que escriban un ensayo sobre lo importante que resultó la pintura rupestre para el hombre actual.
Hubo unos cuantos quejidos en el fondo del aula y en respuesta la maestra Matterazzi decidió aumentar la tarea.
-Y también quiero que expongan la manera en la cual se descubrió la cueva de Altamira.
-¿Algo más? –cuestionó Sam de manera irónica.
-Sí, la tarea es en binas. Así que comiencen a planear con sus compañeros de escritorio...
Pero afortunadamente el timbre sonó anunciando el final de la segunda clase. Todos salimos despavoridos hacia la clase de Giorgio y de nueva cuenta Sam se situó junto a mí.
-¿Vas a sentarte junto a mí en todas las clases? –susurré mientras el profesor seguía escribiendo en la pizarra.
-Solo hasta que me digas que estamos bien.
-Estamos bien.
-¿Lo dices para que te deje en paz o es verdad?
-Ambas –me limité a contestar.
-¿Desde cuándo son novios?
Pero esa no me pareció la pregunta adecuada, así que respondí con lo que consideré importante.
-Nos hemos amado desde hace mucho tiempo.
Sam sonrió.
-Mírate, eres tan cursi.
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My Favorite Neighbor
Fanfiction¿Cuánto tiempo puede resistir el amor a la distancia? O mejor aún, ¿cuánto puede resistir al abandono? Violett está segura que toda una vida. Pero toda su vida da un giro de 180º cuando decide ir al Liceo De Artes De Venecia y conoce a su nuevo veci...