Violett
Partir no resultó nada sencillo y me siento con la necesidad de aclarar que no fue debido a mí sino a causa de Zayn, él se había empecinado en no querer dejarme ir o por lo menos, no sola. Afortunadamente, Tricia se hallaba en el lugar y logró convencer a su testarudo hijo de que no podía viajar conmigo. A regañadientes, Zayn aceptó que me fuera, aunque claro, aprovechó para plantarme uno de esos besos que me volvían completamente loca y cerca estuve de mandarlo todo al diablo con tal de quedarme ahí con él, pero recapacité justo a tiempo y me convencí de que no era conveniente hacer algo así.
Al llegar a Venecia la suave brisa chocó de lleno contra mi rostro, transmitiendome un sentimiento de paz con el cual había perdido contacto hace ya bastante tiempo.
La ciudad se encontraba tranquila y aunque eran apenas un poco más de las doce de la noche no existía gran cantidad de transeúntes en las callejuelas y mucho menos en los canales, sin duda, una escena difícil de ver en Londres o en alguna otra gran ciudad.
En el edificio la mayor parte de las luces se encontraban ya apagadas, y por un momento temí que las bombillas existentes en los pasillos que me conducirían hasta mi departamento corrieran con la misma suerte, pero al llegar a las escaleras fue otra mi preocupación: ¿cómo se suponía que subiría seis pisos con una maleta que pesaba practicamente el doble que en un inicio?
Jadeando y contemplando la opción de inscribirme en un gimnasio o de por lo menos ir a correr de vez en cuando fue como logré llegar hasta el piso que me correspondía.
Al abrí mi departamento, fui asaltada por una embriagadora mezcla de olores que de momento no pude reconocer pero sin duda era deliciosa.
Dando tumbos debido a la oscuridad que reinaba en el interior del apartamento, me acerqué hasta el interruptor, llevandome una gran y maravillosa sorpresa cuando las luces fueron encendidas.
La habitación se encontraba atiborrada de flores. La gama abarcaba desde las clásicas rosas hasta especies de flores que incluso yo ignoraban que existían.
No podía dejar de sonreír gracias al panorama que tenía frente a mí. No importaba hacia el lugar que mirara, todo lo que apreciaba eran esas pinceladas de color contrastando a la perfección con la pulcritud de mis paredes. Esto era hermoso.
Embelesada me acerqué hasta el arreglo floral que tuve más próximo, en éste lucían inflorescencias, formadas por capítulos con flores blancas muy pequeñas rodeadas de brácteas rojas que eran las que proporcionan el color de la inflorescencia.
Con cuidado tomé la pequeña tarjeta que descansaba sobre las hortensias. Supuse que ese era el nombre de la flor debido a lo inscrito en el blanquecino trozo de papel, pero no fue sino hasta que vi el reverso de éste mismo que sentí a mi corazón llenarse de alegría y felicidad.
En la parte posterior de la tarjeta se encontraba una dedicatoria con aquella inconfundible caligrafía:
HACE UN PAR DE NOCHES, MIENTRAS HABLÁBAMOS, MENCIONASTE QUE NO TENÍAS UNA FLOR FAVORITA.
AHORA, FRENTE A TI SE ENCUENTRAN 105 ESPECIES DISTINTAS, LAS CUALES HE ENVIADO CON LA FERVIENTE ESPERANZA DE QUE ALGUNA LOGRE SER DE TU APROBACIÓN.
DE HABER FALLADO CON MI COMETIDO, RUEGO ENCARECIDAMENTE QUE ME LO COMUNIQUIES A LA BREVEDAD PARA ASÍ INICIAR CON UNA NUEVA BÚSQUEDA PUES NO PIENSO DESCANSAR HASTA QUE TENGAS TU FLOR.
— TE AMA, ZAYN.
Con la emoción a flor de piel me moví a través de crisantemos, tulipanes, narcisos, gladiolas, begonias y una infinidad de flores más antes de toparme con las rosas.
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My Favorite Neighbor
Fanfiction¿Cuánto tiempo puede resistir el amor a la distancia? O mejor aún, ¿cuánto puede resistir al abandono? Violett está segura que toda una vida. Pero toda su vida da un giro de 180º cuando decide ir al Liceo De Artes De Venecia y conoce a su nuevo veci...