97-. Durmiendo con el enemigo // parte II //

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Las palabras de Dante se rebobinaban en mi cabeza una y otra vez. No comprendía a lo que se refería, ¿qué era lo que él sabía y que yo ignoraba?

Entre mis cavilaciones escuché el sonido de una puerta cerrándose a mi espalda, separándonos a Zayn y a mí de las personas que habían fungido como nuestras sombras.

En el departamento se sentía un ambiente diferente. Por primera vez en lo que iba del día no me sentí constantemente observada, finalmente tenía algo de privacidad para hablar con Zayn y debía apresurarme pues con rapidez se encaminaba fuera de la estancia.

No grité su nombre pero tenía la certeza de haberlo dicho en un tono lo suficientemente audible para él, sin embargo; Zayn no se detuvo, él simplemente decidió ignorarme y seguir con su veloz andar hasta la cocina.

Pretendí que el incidente no ocurrió y tragándome mi orgullo fui tras él, encontrándolo frente al refrigerador, inclinándose dentro de éste mismo en busca de una botella de agua.

—Sería grato que dejaras de seguirme a todas partes —espetó irguiéndose ante mí. La mirada gélida que me dirigió me caló hasta los huesos.

Un suspiro fue el método perfecto de escape para mi frustración. Tenía conciencia plena de haber jodido todo y ahora era mi deber solucionarlo.

—Pedir perdón no es algo que se me de bien —intenté mirarlo directo a los ojos siendo ésto en vano, Zayn evitaba a toda costa mirar en mi dirección. Su actitud evasiva provocaban un gran malestar en mi pecho. Me era dolorosa la actitud adoptada por Zayn, no me gustaba cuando él me trataba con desdén y pretendía que yo no le importaba—. Disculparme no es algo con lo que yo esté familiarizada o siquiera cómoda pero aquí estoy, Zayn, de pie frente a ti; frente al hombre que más amo, haciendo mi orgullo a un lado, aceptando mis errores y rogando por algo de indulgencia de tu parte —nuevamente traté de llamar su atención para que se diera cuenta del gran esfuerzo que esto implicaba para mí.

Finalmente logré que Zayn fijara sus ojos sobre mí pero nada ocurrió como creí que sería. Zayn pareció no aceptar mis disculpas, en lugar de eso, me dirigió una mirada rebosante de socarronería.

—¿Tu nuevo abogado te aconsejo que hicieras las pases con el enemigo? —interrogó con sorna.

Mi ceño se frunció aún más al escuchar a Zayn llamándose de la misma manera en la que Dante se refirió a él tiempo antes.

—¿Qué mierda es esa de que ahora eres el enemigo? —me tragué el nudo que había en mi garganta. Este no era momento para mostrar debilidad.

—¿Es que acaso tu abogado no te lo ha dicho ya? —y sin esperar una contestación de mi parte abandonó la habitación, dejándome con la palabra en la boca.

Contemplé su espalda mientras lo veía marcharse y eso fue todo lo que me permití hacer durante algunos minutos. No me moví de mi sitio, permanecí en el mismo lugar meneando la cabeza de un lado a otro en desaprobación a lo que mi cerebro rogaba que hiciera.

Era común que me detuviera a pensar en mis acciones, que analizara con cierto recelo las consecuencia que mis actos podían acarrearme, pero desde hace algún tiempo eran mis emociones las que regían mi actuar y ésta parecía ser una de esas veces.

Mi cerebro insistía en la importancia de hablar con Zayn y aclarar la situación pero mi orgullo herido disfrazado de dignidad se negaba a ir tras Zayn con la excusa de poder hacerlo una vez pero no dos.

Al final, La razón terminó imponiéndose sobre cualquiera de las emociones que habitaban en mi cuerpo, y fue así que tragándome mi orgullo me dirigí a la estancia. Ahí Zayn ocupaba el sofá que proporcionaba la peor vista de todas; era aquel asiento en el que tenías que torcerte el cuello para lograr apreciar la televisión, por lo menos una pequeña parte de ella, era ese mismo lugar que propiciaba a que te excluyeran de conversaciones por la gran distancia que éste mantiene con los otros sofás, por supuesto, ambas situaciones eran meras suposiciones, nada de lo que dije para apoyar mi hipótesis me había ocurrido realmente, porque sí algo nos había quedado claro el día de hoy, es que yo no necesitaba estar sentada en ningún sofá para que Zayn me ignorara, eso él lo puede hacer en cualquier instante y en cualquier lugar.

My Favorite NeighborDonde viven las historias. Descúbrelo ahora