86-. Patrones de Conducta //Parte II //

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En un parpadeo él se hallaba frente a mí y mi cuerpo entero temblaba a sabiendas de lo que aguardaba por nosotros.

Zayn con impaciencia y algo de brusquedad me desprendió de mi bolso, arrojándolo al mismo sitio desde donde minutos antes reposaba su saco.

Emití un gemido de jubilo al sentir sus cálidos labios sobre los míos, uniéndonos en un beso feroz y demandante, en donde nuestras lenguas no dejaban de frotarse la una contra la otra.

Las prendas comenzaban a amontonarse por la habitación completa conforme los minutos pasaban; sin embargo, el calor en nuestros cuerpos parecía aumentar cada vez que nuestras pieles desnudas se rozaban.

Mis brazos se envolvieron en el cuello de Zayn atrayendolo a mí, después de hacer un pequeño viaje por su pecho desnudo, acariciando sus duros abdominales, subiendo hasta sus amplios hombros para terminar en su nuca, jugueteando con su cabello.

Zayn contorneaba mi figura, sus manos se ceñían vigorosas a mis caderas, acercando nuestros cuerpos, friccionándonos. Podía sentirlo restregándose contra mí vulgarmente, cada vez más ávido, cada vez más fuerte.

Sus manos se movían con desespero por todo mi cuerpo en busca de algo, y cuando por fin pareció encontrar el objeto de su búsqueda en mi espalda, Zayn se apartó de mí. Inconscientemente repasé con la mirada su rostro; sus labios rojos e hinchados, su ceño levemente fruncido.

En cuestión de segundos el panorama ante mí cambió radicalmente. Ya no presenciaba la belleza de Zayn en su mayor expresión, ahora simplemente contemplaba las puertas del closet parcialmente cerradas.

Zayn me había forzado a virar de espaldas a él. Sus manos se movían gentilmente, retirando con suavidad el cabello que caía en cascada sobre mi espalda, colocándolo sobre uno de mis hombros en donde me aseguré de afianzarlo con firmeza previendo un posible escape que entorpecería el trabajo que Zayn hacía en mi nuca.

Sus húmedos besos se conducían a lo largo de mi columna vertebral a medida que Zayn bajaba el cierre de mi vestido. La prenda de color negro no logró caer a mis pies, permaneció abrazada a mi cintura y fue cuando Zayn volvió a girarme intempestivamente.

Y entonces pude verlo, arrodillado frente a mí. Sus ojos sobre los míos, fulgurantes, voraces, revelando sus deseos más íntimos.

Su mirada no se alejó de la mía ni siquiera cuando reanudó su camino de besos, esta vez partiendo desde mi mi ombligo en donde chupó, lamió, succionó y rasgó con su dientes la piel entre éstos.

Zayn no había recorrido demasiado, sus besos y caricias aún se concentraban en mi vientre cuando decidió que mi vestido todavía le era un estorbo para lo que tenía en mente, por ende se encargó de deslizarlo fuera de mi cuerpo con sus habilidosas manos y en cuestión de segundos el trozo de tela yacía sobre el suelo como parte de la decoración.

Gemidos entrecortados escapaban de mi garganta mientras apretaba los ojos con fuerza debido a las sensaciones que su ardiente lengua me provoca al restregarse contra mi sensible piel.

Zayn descendió unos cuantos centímetros hasta llegar a mi zona pélvica, depositando delicados besos sobre el fino encaje de mis bragas. Su atención se desvió hasta el borde de éstas, tomándolas entre sus dientes pero sin dignarse a bajarlas. Zayn simplemente jugaba conmigo, me atormentaba y él lo disfrutaba.

—Zayn —halé de su cabello fuertemente, separándolo momentáneamente de mi piel, en donde yacían varios mordiscos.

—¿Sí, Violett? —con dificultad pude apreciar el tono de inocencia que había empleado con su voz ronca.

My Favorite NeighborDonde viven las historias. Descúbrelo ahora