79-. Si este es un castigo, pienso portarme mal todos los días.

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Al llegar a la habitación, Zayn me colocó delicadamente sobre la cama pero yo impedí que se alejara de mí, apeñuscándome aún más a su cuello.

—¿Te han dicho alguna vez que tus labios son muy apetecibles? —ante mi pregunta Zayn soltó una pequeña risita, provocando que lo mirara con gracia—. ¿Qué ocurre?

—Nada —su sonrisa se hizo aún más amplía—, es sólo que tuve un dejá vú.

Deshice el agarre que tenía en su cuello.

—¿Quién te había dicho eso antes? —me reincoporé en la cama frunciendo el ceño. Y más le valía a esa estúpida Ally que no haya sido ella.

—Una hermosa mujer a la que rescate en el Dirty Club hace un par de años.

—No recuerdo haberlo dicho —murmuré con un tono bajo debido a la vergüenza, incluso mis mejillas se había teñido de rojo. Al parecer estaba en lo cierto cuando decía que lo ocurrido aquella noche me perseguría por el resto de mis días.

—Esa noche dijiste muchas cosas e hiciste otras cuantas que espero sí recuerdes —se sentó junto a mí sonriendo con malicia.

—¿Qué cosa querías decirme en privado? —desesperadamente intenté cambiar el rumbo de la conversación. No comprendía porque me avergonzaba tanto lo ocurrido en el Dirty Club, después de todo eso fue lo que propició el inicio de mi relación con Zayn.

—En realidad nada. La habitación comenzaba a llenarse y yo sólo quería estar a solas contigo para poder besarte.

A pesar de sus palabras él no hizo ninguna clase de movimiento. Simplemente se mantuvo en su lugar, mirandome. Si tan sólo supiera lo que esa mirada provocaba en mí.

—¿Y qué esperas? —susurré acercando mis labios a los suyos—. ¿Acaso una invitación de mi parte o...?

Sonreí al sentir sus carnosos labios contra los míos. Después de como había resultado este día, estar aquí junto a Zayn era el paraíso mismo.

—Dicen que los mejores besos son los robados —declaró al apartarce de mí.

Ambos nos recostamos en mi cama y durante varios minutos ninguno dijo nada. Únicamente nos dedicamos a escuchar el latido del corazón del otro y a disfrutar de nuestra compañía.

—¿Cómo te fue en la galería?

—Supongo que bien. No ocurrió gran cosa, sólo conocí a las personas con las que compartiré la exposición.

La voz de Zayn no tenía ningún matiz y sabía que su expresión permanecería inexcrutable pero aún así alcé el rostro para mirarlo.

—¿Y qué tal?

Se encogió de hombros.

—En realidad no tuve tiempo de socializar con ellos —de repente su rostro se iluminó y una sonrisa se abrió paso en sus labios—. ¿Y si mañana me acompañas? —en lugar de permitirme responder, empezó a hablar con mayor apremio—. Te sería de gran utilidad saber como se prepara una exposición de arte y todas esas cosas.

—Me encantaría hacerlo, Zayn, pero no creo que sea correcto. No me gustaría distraerte...

—Violett —sonrió con dulzura, pasando uno de sus largos dedos sobre mi mejilla—, tú me distraes aúnque no estés junto a mí.

—No sé si eso es romantico o perturbador.

Zayn rió a causa de mi comentario, que en lo personal considero que carecía de gracia.

—¡Vamos, amor! Di que sí. Será divertido. Además podrías aprovechar para ver alguno de los cuadros que Grace tiene a la venta.

—¿Intentas sobornarme, Zayn Malik? —arqué una ceja con diversión.

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