My Favorite Neighbor

62-. Bradford

Al cabo de una hora aterrizamos en el aeropuerto internacional de Leeds-Bradford; sin embargo, aún nos quedaba un largo camino por recorrer, la casa de los Malik no se encontraba nada cerca, para empezar, ni siquiera nos encontrabamos en Bradford aún, según tenía entendido nos esperaba un nuevo viaje de media hora en auto hasta la ciudad y otra hora para llegar a la zona boscosa en donde se asentaba la mansión de los Malik. Este viaje se estaba convirtiendo en algo tedioso pero supongo que era mejor que conducir durante 5 horas seguidas.

Zayn tomó nuestro equipaje y yo caminé agarrada de su brazo mientras nos dirigimos a la salida en busca de un taxi o cualquier otra forma de transporte que nos llevara a nuestro destino.

—¡Vaya! —exclamó sorprendido.

Inmediatamente enfoqué la mirada hacia donde Zayn lo hacía y con asombró descubría a Yaser en la distancía, la cual, con cada segundo que trancurría se iba acortando más y más.

Sentí la ridícula necesidad de ocultarme detrás de Zayn. Me aterraba la idea de encontrarme frente a los inquisidores ojos de Yaser pero no fui capaz de hacerlo, aquel hombre se había plantado delante de nosotros en cuestión de segundos y al final, creo que fue lo mejor, no podía darme el lujo de mostrarme débil ante él.

—Mi más sentido pésame por la muerte de tu padre —inició—. Él era un hombre cabal e intregro, nos habríamos llevado muy bien de habernos conocido en una situación... diferente —concluyó.

Asentí para dar por terminado el tema, no me apetecía hablar sobre esto y mucho menos con él.

—¿Dónde estacionaste el auto?

Cuestionó Zayn bruscamente a lo que Yaser replicó con ironía:

—Buenos días para ti tambien, hijo.

No aprobaba el comportamiento de Zayn, quizás su relación con Yaser no era la mejor pero debía recordar que era su padre, no podía hablarle de esa forma.

—¿Tricia y Safaa han venido con usted? —mi pregunta se deslizó con facilidad entre el silencio que nos embargaba.

—No —respondió con el tono frío que lo caracterizaba—. Ellas se quedaron en casa, no saben que ustedes han llegado.

—¿No les dijiste que vendríamos? —Zayn frunció el ceño mientras esperaba a que su padre le corroborara la información.

—Quería que fuera una sorpresa —Se excusó.

Aquello logró inquietarme ligeramente, ¿qué ocurría si a Tricia le disgustaba que yo estuviera en su casa? Las cosas no serían muy agradables.

—¿Podríamos irnos ya? —Pregunto y pronto aquel tono de irritación fue sustituido por uno de emoción—. Muero por ver a mamá y a Safaa.

Sin decir más, Yaser nos guió hasta el auto que se hallaba a varios metros de distancia, y mientras Zayn guardaba nuestro equipaje en el maletero, Yaser, amablemente, me abrió la puerta trasera para que subiera.

—Gracias —emití suavemente y ni siquiera estuve segura de si él me había escuchado, pero al verlo sonreír, ligeramente, tuve la respuesta.

Zayn se situó a mi costado, ignorando por completo el lugar que su padre le tenía reservado en la parte delantera. Yaser no pareció sorprenderse por la acción de su hijo y rápidamente puso el auto en marcha.

Todavía no abandonábamos el aeropuerto cuando aquel hombre tan intimidante decidió iniciar con uno de sus acostumbrados interrogatorios.

—Y bien, Violett, dime, ¿cómo te ha tratado la vida?