Fiesta

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Para Marisela Díaz Cruz, que fue la que me hizo comenzar con esto, sin saber cómo iba a acabar.

Para Diana Castillo (Dianis), Miranda Taylor Cosgrove y Araceli Enríquez Téllez

Cada una, a su manera logró conquistarme, y cada una es especial, a su manera en esta historia

Sólo alguien como yo podría hacer algo como esto para alguien como ustedes

Si con esto no logro llamar su atención entonces me doy por vencido

Pero a pesar de todo... gracias por ser mis musas.

7: 40 de la tarde. Era la hora de salida, una vez concluidas las clases, los alumnos se apresuraban a salir de la escuela con dirección a sus hogares.

—Si —les dijo Román a sus amigas— Una de mis primas va a cumplir 15 años y le vamos a hacer una fiesta.

—¿Cuándo es —preguntó Mariela.

—El próximo sábado —les contestó el chico.

—¿Y porque quieres que vayamos? —le preguntó Areli que no estaba tan convencida a diferencia de su hermana.

—Porque yo voy a ser chambelán —les dijo Román, las chicas notaron que cuando dijo "chambelán" sonreía en demasía.

—Pues ya veremos —dijeron a coro las hermanas— Veremos si nuestros padres nos dejan.

—Está bien —les dice Román y se despide de ambas.

El chico se dirigió a su casa y al llegar, su madre sirvió de cenar, y durante ésta, la madre le pregunta a su hijo:

—¿Ya invitaste a tus amigas?

—Si —le dijo Román con algo de pena, se sentía incómodo por la pregunta de su madre.

—¿No son las que me habías dicho que te gustaban? —le pregunta su madre un poco en tono de burla.

—No sé —dice el chico poniéndose colorado.

En ese momento, llegó el hermano de Román, Julián. A pesar de asistir a la misma escuela que el chico, llegó un poco más tarde y también se sentó a comer, su madre le hizo la misa pregunta que a su hermano y Julián contestó:

—Invité a Ricardo y a Darina.

Román pensaba que su hermano había hecho lo mismo que él, al invitar a alguien que le gustaba aunque en realidad no sabía si era cierto.

Poco después llegó la madre de la quinceañera y tía de los dos.

—Les vengo a dejar los boletos para entrar al salón —dijo ella— Recuerden que sin ellos no van a poder entrar al salón.

—Si —le dijo Román— Yo necesito 3

—Y yo también —le dijo Julián.

La tía les entregó los boletos a los chicos y uno a cada uno de sus padres. Después se retiró.

Al día siguiente, el chico se levantó y se fue a la escuela, en el camino se encontró a las chicas que había invitado, Román les preguntó:

—¿Las dejaron ir?

—Si —le dijeron ambas.

—Pero no sabemos cómo llegar —le dijo Mariela.

—Es fácil —les explicó Román, el chico entonces procedió a explicarles el camino para llegar al salón donde se celebraría el evento.

—Pues a ver si no nos perdemos —le dice Areli en tono de burla.

—No hay pierde —les dijo Román.

Después de la salida de la escuela, los 3 fueron platicando sobre las cosas del vals, los pasos de baile, los trajes y otras cosas, el chico se fue a su casa y al llegar encontró a la familia de su primo Oscar.

—¿Acaban de llegar? —pregunta Román.

—Si —le dice Oscar— ¿No nos estás viendo?

—Era retórica —le dijo Román.

Los adultos se fueron a casa de la anfitriona a arreglar unos asuntos previos a la fiesta, el hermano de Román y Oscar se quedaron en casa de aquel a jugar, posteriormente y después de que los hermanos pequeños de Oscar se fueron a un parque cercano a jugar, sólo quedaron en casa Román, Julián y Oscar, éste le dijo a Julián.

—Vamos a jugar en tu computadora.

Pero su primo replicó:

—No, ya no tengo juegos buenos, además ya casi no los juego.

—¿Por qué ya no juegas? —le preguntó su primo.

—Porque ya bajé de calificación —le contestó Julián

—Mejor vemos la televisión —sugirió Román.

Sin embargo, no pasó nada interesante hasta el día siguiente, día de la fiesta.

Al otro día, los chicos se levantaron temprano, todos se bañaron y se alistaron.

En ese momento tocaron el timbre, llegaron Darina y Ricardo, Julián les presentó sus amigos a Román y a Oscar porque no los conocían, 10 minutos después, Areli y Mariela también llegaron. Y Román las presentó a su hermano y su primo.

Al mediodía, todos fueron a casa de la tía de Román y madre de la quinceañera, llamada Delia, después todos fueron a misa y saliendo, ya se iban al salón, Román les dio los boletos a sus amigas diciéndoles:

—No los vayan a perder, porque sólo con esto van a poder entrar.

—Si —dijeron las hermanas.

Todos los invitados llegaron al salón y se fueron sentando poco a poco en las mesas, como Román era chambelán, se sentó junto con Delia y los otros chambelanes en la mesa principal donde lo podían ver todos. Entonces sirvieron de comer.

En un momento Oscar le mencionó a Román:

—Tu amiga, la que se llama Mariela me recordó a una novia que tuve.

—¿Quién? —le preguntó Román.

—Una chica que conocí hace unos años, se llamaba Luz, se parece bastante a ella.

A las 8 de la noche dio comienzo el vals y realmente los chambelanes se lucieron frente a todos, y más la quinceañera, luego, todos se pusieron a bailar hasta las 10 de la noche, cuando terminó la fiesta, casi todos los invitados, excepto los que vivían lejos se fueron a sus casas, excepto la familia que se fue a casa de Román y también Areli y Mariela que no podían ya irse porque ya era muy tarde.

Todos se acomodaron para dormir hasta que sólo quedaron 4 chicos sin sitio para dormir: Román, Oscar, Areli y Mariela. Los adultos discutían para ver dónde iban a dormir los chicos.

—¿Dónde van a dormir los chicos? —preguntó uno de ellos.

—No lo sé —dijo la madre de Román— Es que aquí ya no caben.

—Mejor que duerman en tu casa —le dijo el papá de Román a la madre de Delia.

—Pero van a estar solas —dijo el padre de Oscar y hermano del papá de Román.

—Pero van a estar con ellos dos— dijo la madre de Oscar señalando a su hijo y a Román.

Finalmente los 4 se terminaron yendo a la casa de la mamá de Delia, una casa desocupada, porque la mamá de Delia tiene dos casas, en una viven y la otra la rentan, ellos fueron a dormir a la rentada, que estaba vacía en ese momento. Eran ya las 10 de la noche.


Saga de RománDonde viven las historias. Descúbrelo ahora