Despedida

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De repente Oscar logra ver...

—Hey, viene un camión.

Todos se levantan y ven que es el camión que los había traído al pueblo.

—Vienen por nosotros ¿verdad? —dice Oscar

—Pero ¿Qué día es hoy? —pregunta Román.

—9 de Agosto —le dice Leticia.

—¿Tan rápido se pasó el tiempo? —dice Jennifer.

—No hicimos mucho —dice Julio.

—Claro que no —dice Miguel— Luchamos contra un fantasma, por eso no se dieron cuenta del tiempo transcurrido.

Los chicos se dirigen al hostal, allí encuentran el camión, baja el chofer y les dice:

—Muchachos, ya vámonos.

—¿Nos tenemos que ir? —le dicen los chicos tristes.

—Pues claro —les dice el chofer— No se pueden quedar.

—Pues yo quisiera quedarme —le dice Román.

—Yo también —le dicen los demás.

—Pues no se puede —les dice el chofer— Además, yo creía que no les iba a agradar este pueblo perdido.

—No está tan perdido —le dice Jennifer.

—Si —le dice Sara— Está más brillante que nunca.

—Pues dense prisa —les dice el chofer— Tenemos que llegar a México antes de que anochezca.

Un rato después, los chicos se encuentran alistando sus maletas, a leguas se ve en sus rostros una profunda nostalgia. Luego salen con maletas en mano y algunos van subiendo al camión. Sus compañeros de la escuela y alguno que otro curioso está allí.

—Gracias por todo, señora —le dicen los chicos a la señora Benigna.

—Más gracias les deberíamos de dar a ustedes —le dice el señor Pedro.

Cuando Román, que es el último en subir, va a salir del hostal oye que le hablan, voltea a y ve a Leticia, se ve triste, casi a punto de llorar.

—¿Qué cosa?

Ella le dice casi llorando:

—No quiero que te vayas.

—Yo tampoco quiero irme —le dice Román— Me gustaría quedarme aquí, pero no puedo.

—Yo no puedo hacer nada —le dice ella— Así como nunca pude conquistarte.

—Claro que lo hiciste —le dice Román— Sólo que fue de otra manera.

Se le acerca y le dice a la chica:

—Estoy seguro de que encontrarás a alguien más que te valorará —y le da un beso en la boca. Se terminan besando.

Gracias —le dice ella.

Ambos salen y el chico sube al camión. Los chicos de la escuela, los señores y otros están afuera viéndolos.

Oscar abre una ventana del camión y les dice:

—Me dio gusto conocerlos, gracias por todo.

—Igualmente —le dicen los de abajo.

El camión arranca y va manejando, los chicos de la escuela ven el camión alejarse y los invade la melancolía, entonces comienzan a correr detrás del camión.

Saga de RománDonde viven las historias. Descúbrelo ahora