En la azotea de una casa, hay dos chicos que están viendo la panorámica de la ciudad, son Román y su novia Amairany.
—Me da gusto estar a tu lado —le dice la chica.
—Igual a mí —le responde el chico— Pensar que por poco te pierdo.
—Has estado diciendo eso desde hace tiempo —dice Amairany— Ya pasó un mes.
—Lo sé —dice Román— Quizá haya vencido la energía oscura, pero eso no significa que la gente siga siendo malvada.
—Pues eso siempre será así —le dice Amairany— Y será difícil que acabes con ello.
—Ya no tienes tu negocio —dice Román— Pero tengo miedo de que te hagan daño de nuevo.
—No pasará nada —dice la chica— Pero en caso de que algo pase, te prometo que no perderemos comunicación.
—Por cierto —pregunta el chico— ¿Nunca supieron quien les robó el equipo?
—No —responde Amairany— Con todo lo que estaba pasando, nadie se dedicaba a investigarlo, y de hecho no nos llamaba la atención, estábamos felices porque estábamos bien, pero asustados.
—Como sea —dice Román— Me da gusto que estés bien.
—Igual a mí —dice Amairany— Eso es lo más importante ahora.
Los dos chicos se besan y siguen mirando el horizonte.
Días más tarde...
Román decide ir a casa de Brenda, al tocar la puerta abre y sale Oscar a recibirlo, el chico pregunta:
—¿Esta Brenda?.
—No —responde el chico— Creo que salió con sus padres ¿Para que la querías?
—Pues quería usar su internet —dice el chico— Pero en fin, iré a otro negocio.
—Te prestaría mi computadora —le dice Oscar— Pero ya sabes, la descompuse.
—Si —dice Román— Como sea, te veo después.
—Adiós —se despide su primo.
Román camina hacia otro lado y entra a un café internet, más humilde y aburrido que el que tenía su novia. Al entrar pide que le den una máquina y el chico toma la computadora, busca algo de información de su tarea y se entretiene en otras cosas, no se da cuenta de que es el único del local, porque el encargado tuvo que entrar a su casa por algunas cosas.
Cuando Román necesita imprimir, resulta que no hay nadie, pero entonces ve la impresora y se dice a sí mismo:
"Puedo mandar a imprimir yo mismo, no creo que se enojen"
Entonces el chico revisa la impresora pero no tiene hojas, entonces decide buscar en un escritorio, hojas, y buscando en varios cajones no las halla, pero encuentra un sobre amarillo abierto hasta el fondo, tenía una hoja salida con un plano hecho a mano con calles y Román le llamó la atención porque era el plano de los alrededores de la casa de Amairany y de hecho su casa estaba señalada con una cruz.
—¿Qué es esto? —se preguntaba el chico.
Al revisar descubre más cosas, unas facturas para pagarles a unas personas, el costo de una cierta cantidad de equipo de cómputo con todo y fotografías, el chico descubre que las fotos son de los equipos que tenía su novia en su internet.
—Esto es... —dice Román sorprendido.
Cuando ve que el dueño del internet se acerca, rápidamente saca las hojas del sobre y se las mete debajo de su playera, pone el sobre en el cajón y lo cierra y regresa rápidamente a su lugar.
—¿Querías algo? —pregunta el dueño.
—No —dice Román— Me tengo que ir, gracias Gustavo.
El chico paga, sale rápidamente y se aleja a su casa. Una vez en ella, analiza más a detalle las hojas que tiene, el chico descubre que al parecer hubo una especie de alianza entre tres negocios que también son de internet y que habían en la colonia para robar el internet y el equipo de Amairany, vienen los nombres de los 3 negocios, su dirección y la fecha del ataque que coincide con la noche en la que robaron el negocio a su novia.
—Esos tipos —dice Román— Planearon el ataque que sufrió Amairany, y con esto puedo probarlo, el problema será ¿Cómo lo doy a conocer? ¿Cómo se lo digo a Amairany?
El chico piensa un poco y dice:
—Tengo una idea.

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Saga de Román
AdventureRomán, un chico que parece llevar una vida como la de cualquier chico de su edad, pronto descubre que quizá su vida no es tan normal. Fantasmas, terroristas, monstruos, reyes y científicos locos, toda una pléyade de villanos que a su par...