El final del viaje

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—Se arrepentirán por haberme desafiado —les dice Dinz a los 7.

—¿Cómo lo harás? —le dice Zogbi— Ya no tienes el control del ejército.

—Ya no lo necesito —les dice Dinz— Ya tengo lo que quería.

De sus ropas saca una especie de control remoto y les dice a los chicos:

—Este control remoto es para una bomba pequeña pero poderosa que está escondida en algún lugar de la ciudad, no sería buena idea que me hicieran enojar más.

Los chicos se asustan al oír esto.

—Eres un monstruo —le grita Miranda.

Dinz no dice nada y ordena que los detengan. Los chicos no ponen resistencia por miedo a la bomba. Agarran a los chicos y separan a James aparte, también le quitan la computadora a Miranda y se la rompen.

—Me salió muy cara esa computadora —menciona la chica.

—Pues te saldrá más caro el haberte metido conmigo —le dice Dinz— Llévenselos.

Sin embargo, del cielo comienzan a caer botellas, piedras y otras cosas que le dan a los captores, los chicos aprovechan para zafarse, observan y se dan cuenta de que hay gente en las azoteas que las está lanzando. Los chicos ven esto un poco felices y logran escapar junto con James.

Poco a poco llegan más personas a detener a los hombres de Dinz y estos se dispersan, Dinz escapa.

Los chicos se reúnen con un poco de la gente que los ayudó.

—¿Por qué nos ayudaron? —pregunta Miranda— Pensamos que nos odiaban.

—Tú lo has dicho —le dicen— Los odiábamos, pero ahora que pudieron detener los ataques, se han vuelto nuestros héroes.

—Y para mí, son los más grandes héroes del mundo —menciona la mamá de Freddy que sale detrás de la gente.

—Mamá —grita Freddy— Pensé que te habían sacado del país.

—Sólo tuve que esconderme para que no me encontraran —menciona la señora Elena.

Madre e hijo se abrazan y todos se ponen felices.

—Sólo quisiera saber una cosa —menciona Román— ¿Dónde está Dinz?

—Yo creo que lo primero sería buscar la bomba —dice Miranda.

—¿Pero cómo vamos a buscarla? —menciona Freddy.

—Por eso estamos aquí —menciona su madre— Para ayudarlos.

La mujer entonces ordena a toda la gente que se separe y busque la bomba, así lo hacen.

—Deberían también de evacuar la ciudad, por si las dudas —menciona Oscar.

—Ya está evacuada —menciona la mamá de Freddy— Les dimos aviso desde hace rato.

Los 6 chicos van hacia la costa y buscan en la playa, en eso Román observa a lo lejos en el mar un barco y reconoce a su tripulante.

—Es Dinz —menciona el chico.

Todos fijan su mirada en el lugar y observan, a pesar de la lejanía, a Dinz, saludándolos.

Los chicos se enojaron, querían ir por él, pero la amenaza de la bomba los detenía.

—No puede ser —les dice Román a los otros— Tiene el control de la bomba, puede hacer desaparecer la ciudad cuando él quiera.

Román observó que Dinz estaba tomando un refresco de lata y después lo tiró al mar

—Y encima, contaminador —menciona Freddy.

Acto seguido, Dinz aprieta el botón de su control y comienza una cuenta regresiva de un minuto para la activación de la bomba, después, el barco de Dinz acelera.

—Creo que activó la bomba —menciona Oscar.

—Estamos perdidos —menciona Freddy y cae hincado al suelo, toda la gente se desanima.

Román cae y golpea el suelo furioso.

—Maldición —menciona el chico frustrado.

Miranda se le acerca y le dice:

—No te enojes, hicimos lo que pudimos.

En eso Román recuerda que Dinz estaba tomando un refresco de lata, se levanta y se pone a recordar algo. El chico se levanta y va corriendo a una tienda cercana, se mete y comienza a buscar en los refrigeradores donde estaban los refrescos, los demás lo miran algo extrañados.

De allí, Román saca una lata algo más grande de lo normal y muy pesada, le quita la envoltura y encuentra un dispositivo que tiene una luz que parpadea, Román corre con ella por toda la costa y los demás lo siguen.

—¿Qué es eso? —le pregunta Freddy.

—Creo que es la bomba —menciona Román.

—Entonces tírala —le gritan los chicos.

—No tiene caso —les dice Román y sigue corriendo hasta detenerse en la orilla de la playa, a lo lejos contempla el barco de Dinz que apenas puede verse por la lejanía.

En eso, en una azotea de un edificio de 2 pisos que estaba junto a la costa aparece James, tiene consigo un control y con él una especie de avión de juguete, pero de 1 metro de envergadura aproximadamente, James prende el avión mientras grita "ahora", y el aparato sale disparado, al mismo tiempo, el chico lanza la lata hacia arriba, el avión pequeño logra "atrapar" la lata y se dirige a toda velocidad hacia el barco de Dinz, éste al darse cuenta de lo que se acercaba quiso huir pero ya era tarde. El minuto se cumplió sobre el barco de Dinz en una explosión que desplazó el agua provocando una ola de unos 10 metros de altura que no causó ningún daño a la ciudad, la aventura de Dinz había terminado.

Saga de RománDonde viven las historias. Descúbrelo ahora