Los chicos aparecen de nueva cuenta en un bosque, pero cae la tarde, por las especies vegetales, notan que ya se han movido de continente.
—¿Dónde estamos ahora? —se pregunta Oscar.
—No lo sé —dice Román.
Los chicos caminan un poco y ven a lo lejos un edificio con arquitectura oriental.
—China, Corea, Japón —dice Román— No sé exactamente.
—¿Qué son esos de allí que están a las entrada del palacio? —Menciona Julián.
—Déjenme ver... —dice el chico y al fin dice— Son samuráis.
—Estamos en Japón —dice Román y la fecha es... —mientras se levanta la manga y todos ven el numero: "14-05-1645"
—14 de Mayo de 1645 —dicen a coro de nuevo los 4 chicos.
De repente son descubiertos por un samurái que iba a caballo, que les dice:
—¿Quiénes son ustedes?
—Ehm... —dice Oscar— Somos viajeros.
—¿Son extranjeros?
Cuando Julián iba a decir que si, Román lo interrumpió diciendo:
—No, somos nativos de aquí.
—Acompáñenme —les dijo el samurái.
Los 4 chicos siguen al hombre, Oscar le pregunta a Román:
—¿Por qué me interrumpiste?
—No deben de saber que somos extranjeros, por lo que se, en esta época Japón estaba cerrado al mundo, estaba prohibido que los japoneses salieran o que entraran extranjeros y si lo hacían, los condenaban a muerte.
—Wow —dice Oscar— Me salvaste la vida.
—No —les dice Román— Nos salvamos los 4.
Los llevaron a un palacio más grande situado en el centro de una población algo grande y un poco rural.
—¿A dónde nos llevan? —pregunta Oscar.
—Al palacio imperial de Edo —dice el samurái.
—¿Edo? —pregunta Oscar.
—Es el antiguo nombre de Tokio —dice Román.
Los chicos llegan al palacio donde hay varios guerreros samuráis custodiando el palacio, los hacen entrar y pasan por un pasillo hasta entrar a una gran sala donde hay un trono hecho de almohadas donde está sentado el emperador.
—Shogun —le dice el samurái— Encontramos a estos individuos en las proximidades de la ciudad.
—¿Quiénes son? —les dice el shogun.
—Somos viajeros —le dice Oscar.
—¿Son extranjeros? —pregunta el emperador.
Julián, recordando lo que dijo Román dice:
—No, su majestad, nacimos en esta nación.
—Esas ropas nunca las había visto —les dice el emperador porque Román y Oscar todavía conservan los uniformes nazis.
—Son... ehmmm trajes de gala especiales —les dice Oscar.
—¿No serán trajes de otras naciones? —dice el emperador— Si es así, serán condenados a muerte.
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Saga de Román
ПриключенияRomán, un chico que parece llevar una vida como la de cualquier chico de su edad, pronto descubre que quizá su vida no es tan normal. Fantasmas, terroristas, monstruos, reyes y científicos locos, toda una pléyade de villanos que a su par...