El ataque de Dinz

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—Ahora que tengo el control del ejército más poderoso del mundo, les demostraré que yo tenía razón, que ahora están indefensos ante un ataque y que sufrirán por no hacerme caso —continua hablando.

Los chicos estaban furiosos, habían entendido que lo que estaban haciendo siempre fue lo incorrecto.

—Todo este tiempo estuvimos viajando sólo para darte todo el poder —le dice Román— Sabia que no debía de confiar en ti.

—No lo miren como algo malo —les dice Dinz— Véanlo como un cambio, un renacimiento.

—¿Y qué vas a hacer con el ejército? —le dice Zogbi.

—Presionar al gobierno —les dice Dinz— Me facilitará las cosas, y después seguirá el mundo, mi intención es utilizar el ejército para borrar este gobierno corrompido y crear uno nuevo y mejor, una nueva nación más perfecta y después extender esa perfección a todo el mundo, un Nuevo Orden Mundial donde yo estaré en lo más alto.

—No puede ser —menciona Oscar— Tenemos que detenerlo.

—Pues si insisten en detenerme, no conseguirán nada —les dice Dinz, éste chasquea los dedos y aparecen varios hooligans y varios de sus hombres, todos rodean a los chicos y estos no luchan debido a la superioridad numérica de los adversarios.

—Ahora que tengo todo el poder, nadie podrá detenerme. Enciérrenlos —ordena Dinz.

Los hombres de Dinz se llevan a los chicos a un sótano donde los encierran, ninguno opone resistencia, todos se ven muy desanimados.

Cuando el gobierno de Estados Unidos se dio cuenta de que había perdido poder sobre su ejército, y con esto, los peligros que eso conlleva, se realizó una junta urgente en el edificio de las Naciones Unidas donde todos los representantes de las naciones del planeta estaban reunidos, pero sólo estaban discutiendo, no sabían la causa del acontecimiento, estaban preocupados ya que temían un ataque nuclear en cualquier momento y en cualquier lugar. Hasta que el presidente de Estados Unidos que estaba en la tribuna pidió silencio, los dirigentes tardaron en guardar silencio hasta que por fin hicieron caso del mandatario Estadounidense:

—Sé que estamos atravesando por un momento de crisis —les decía el presidente— Pero hay que trabajar juntos para salir adelante y resolver el problema, si sólo discutimos y hablamos al mismo tiempo, no llegaremos a ningún lado.

—¿Pero quién nos asegura que nuestras naciones no corren peligro? —se oyó desde el fondo a uno de los gobernantes.

—Los Estados Unidos ya no tienen el control de su propia milicia —menciona el presidente de Francia— No sabemos quién tiene el control, podemos esperar en cualquier momento un ataque a gran escala en cualquier parte del mundo.

—Estamos haciendo todo lo posible por descubrir al responsable de esto —les dice el presidente de Estados Unidos.

—¿Pero quién podrá haber obtenido el control de la armada? —mencionan los presidentes entre ellos.

—¿Por qué no miran atrás? —se oye des desde el fondo, todos voltean y ven a Dinz caminando hacia ellos, Dinz se dirige al estrado y pide sin decirlo, con la mirada, que quiere hablar, el presidente entiende este gesto a la perfección y se retira, Dinz les habla a los dirigentes desde el estrado:

—Nunca me dieron la oportunidad de demostrarles lo terrible que podría ser si alguien tomara control de su ejército, pero ahora se los mostraré.

Dinz entonces saca una computadora portátil y la conecta de tal manera que todos puedan ver lo que hace en ella a través de un proyector que hay en el foro del edificio, Dinz escribe algunos comandos y de todas las bases militares de Estados Unidos salen varios misiles, cañones de largo alcance y bastantes armas voladoras y teledirigidas.

Saga de RománDonde viven las historias. Descúbrelo ahora