La profecía

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Los chicos estaban por llegar al campamento y en eso oyen un estruendo muy fuerte.

—¿Qué fue eso? —se preguntan mientras voltean para todos lados.

—No sé por qué creo que vino del restaurante —se pregunta Oscar.

—Vamos todos —menciona el chico.

Los chicos salen corriendo, en el camino se encuentran con el guía Rodrigo, éste viene corriendo muy cansado.

—¿Qué sucedió? —le preguntan.

—Atacaron el restaurante —les dice el guía.

—¿Cómo? —se preguntan sorprendidos.

Los chicos reanudan su carrera y llegan al restaurante, observan cómo una parte del restaurante se vino abajo y sale humo de allí, entonces llegan y ven a los dos hermanos en el suelo, están heridos, pero bien.

—¿Qué sucedió? —les preguntan.

—Vinieron unos hombres con vestimenta indígena —les dice Mariana.

—Se llevaron el rubí —les dice José.

—¿Y porque destruyeron el restaurante?

—Porque creímos que podríamos detenerlos, pero ellos hicieron brillar el rubí y lograron destruir el edificio, por eso estamos heridos.

—¿Entonces el rubí es mágico? —pregunta Román.

—Eso parece —le dicen los hermanos.

—Entonces quizá la piedra azul también sea mágica —le dice Oscar a Román.

El chico saca la piedra de su bolsa pero no pasa nada.

—El emperador ha vuelto —menciona Mariana— Pero no sabemos cómo.

Los chicos bajan la mirada y Román habla:

—Nosotros lo liberamos.

—¿Ustedes? —preguntan los hermanos.

—Pero fue un accidente —dice Oscar.

—Sólo queríamos el rubí azul —menciona Areli.

—Ahora que está libre, quizá quiera de nueva cuenta conquistar el mundo —dice José mientras se incorpora.

—¿Ustedes lo creen?— les dice Julián

—Bueno muchachos —les dice Román a sus amigos— Ustedes dirán, querían una aventura, pues ya la tienen —y dirigiéndose a los hermanos les pregunta:

—¿Y cómo los detenemos?

—Espero que con la piedra azul —le dicen ellos.

—¿Pero cómo la usamos? —menciona Diana.

—Creo que habrá que ir a las ruinas —dice Mariana.

Los 7 chicos de la noche anterior, van junto con los hermanos camino a las ruinas, en donde estaban los ingenieros ya no ven a nadie.

—No están los trabajadores —se pregunta Julián.

—Los lacayos del emperador debieron haberlos espantado —les dice José.

De lejos ven el cerro alto, ahora convertido en una pirámide que comienza a recuperar su gloria pasada.

—La están reconstruyendo —dice Oscar.

—¿Pero cómo lo hicieron tan rápido? —se pregunta Diana.

—Debe de ser por el rubí —dice Mariana— Quizá por eso tenían su tecnología tan avanzada.

Los 9 avanzan rápidamente por el sendero muy inclinado, ahora convertido en escaleras y llegan a la entrada a donde ya no hay un pasillo, ahora hay un vestíbulo muy grande, los chicos entran y ven todo más adornado y brillante.

—Esto no estaba ayer —dicen los chicos.

—Todo es obra del rubí —les dice José.

Más adelante los dos hermanos encuentran la misma losa que estaba a la entrada de la cámara del emperador

—Esa piedra estaba a la entrada de donde encontramos al emperador —dice Román.

—Es la estela donde viene la profecía —les dice Mariana— Mi padre me trajo aquí cuando era más chica y me leyó lo que dice.

—¿Y qué dice? —le pregunta Román.

—Dice: "El día más oscuro será el más brillante / él terminara el trabajo importante / si su sombra no es suficiente".

—¿Qué significa eso? —le pregunta Oscar.

—Significa que el emperador sólo podrá ser vencido por el príncipe, o por quien posea la piedra azul, porque las energías de ambas piedras son contrarias, una de ellas, la roja canaliza la energía negativa y la azul, canaliza la energía positiva.

—¿Están diciendo que sólo Román podrá vencerlo? —dice Mariela.

—¿Yo? —se pregunta el chico.

—No lo sé —les dice José— Sólo el elegido puede manejar esa piedra, el que el la haya encontrado no quiere decir que sea el elegido.

—Se supone que el elegido es la reencarnación del príncipe que va a volver para detener al emperador en caso de que volviera —continúa su hermana.

—¿Y cómo vamos a saber quién es el elegido? —se pregunta Diana.

—Él está entre ustedes —se oye una voz que viene de detrás del vestíbulo.

Todos voltean y ven al emperador, ya arreglado, llevando en un collar la piedra roja y se sorprenden, pero ninguno dice nada.

El emperador se acerca a los chicos y les dice:

—¿Han venido a desafiarme?.

—Claro que no —dice Oscar tratando de ser amable— Solo paseábamos por aquí y estábamos viendo su casa.

—Si —le dice Areli tratando de seguirle el juego— Es hermosa.

El emperador no les cree, cuando los chicos se mueven, observa que Román tiene la piedra azul.

—El elegido tiene la piedra pero parece que todavía no sabe usarla —dice el emperador.

—¿Yo? —de nuevo se pregunta Román.

—Tú, muchacho, eres el elegido, puedo verlo, pero no sabes usar el rubí azul, para mí no representas ningún obstáculo —y en eso vienen más lacayos del emperador hacia los chicos.

—No podemos pelear con ellos —menciona Diana— No tenemos armas.

—Será mejor rendirnos —les dice Román— Después veremos qué hacer.

Los soldados del emperador los toman prisioneros, a Román le quitan la piedra azul, mientras el emperador les dice:

—Si no me he deshecho de ustedes es porque quiero que vean el espectáculo que viene en 8 días.

—¿Qué va a pasar en 8 días? —le pregunta Román.

—El Sol será ocultado por la luna —le dice el emperador— Y me dará el poder para gobernar no sólo este lugar, sino todo el mundo.

Los chicos se sorprenden al oír esto, el emperador ordena que se los lleven y salen de allí.

Saga de RománDonde viven las historias. Descúbrelo ahora