La llegada a Nueva York

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Esa noche, los chicos durmieron en el pasto, tendidos al aire libre y cerca del auto, no hacia ni frio ni calor, hacia un clima agradable, así que no necesitaron sacar cobijas, el pasto les funcionaba de un gran colchón cómodo donde pudieron dormir a gusto rendidos después de un día de juegos.

Al mismo tiempo, en Nueva York, el subordinado que entregó la información a los chicos, está con Dinz, éste solo indica:

—Sólo es cuestión de recibir el mensaje para comenzar con la operación.

Al día siguiente, Los chicos se levantaron más temprano de lo habitual y desayunaron, mientras lo hacían los chicos, Zogbi les dijo:

—Muchachos, esta vez ya no me voy a detener hasta llegar a Nueva York, hoy mismo entregaremos ese sobre, y hoy mismo todo acabará.

—De acuerdo —le dicen los chicos.

—Hoy, terminaremos con nuestra misión —menciona Oscar.

Un rato después, los chicos suben al auto y éste arranca, avanzando a una velocidad relativamente rápida debido a que Zogbi llenó el tanque de gasolina antes de salir, durante el camino, los chicos observaron algunos aviones de guerra que iban muy rápido.

—Van a Nueva York —menciona Miranda.

—Pensé que nos iban a disparar —menciona Liz.

—Pues qué bueno que no lo hicieron —dice Román.

—¿Para qué irán allá? —se pregunta Freddy.

—No lo sé —menciona Zogbi— Pero lo descubriremos cuando lleguemos allá.

Finalmente, al medio día, después de pasar rápidamente por Nueva Jersey, los chicos pudieron observar a lo lejos y frente a ellos el skyline de la ciudad de Nueva York.

—Ya estamos cerca —menciona Zogbi.

Los chicos ya estaban ansiosos y Zogbi aceleró, en minutos ya había entrado a la ciudad de Nueva York, aunque todavía no entraba al "downtown". Aunque todavía no llegaban al centro de la ciudad, salió mucha gente que les gritaba vivas, eran tantos que Zogbi tuvo que reducir la velocidad para evitar atropellarlos. Al auto se acercaron unos de los hooligans diciendo que se detuvieran, los chicos se detuvieron, uno de los hooligans fue hacia ellos y le dijo a Zogbi:

—Sígueme.

El sujeto se subió junto con los otros a una camioneta, la gente les abrió paso y la camioneta comenzó a conducir, Zogbi fue siguiéndola. A medida que avanzaban por la ciudad, curiosamente la gente disminuía en presencia, finalmente llegaron a otra parte de la ciudad no tan poblada.

—Nunca había venido aquí —menciona Miranda.

—¿Qué quieres decir? —le pregunta Zogbi— Aquí es Nueva York.

—Si —le dice Miranda— Pero nunca había venido a esta parte de la ciudad, ni siquiera sabía que existía.

Los chicos dejaron de sentirse ansiosos para dar paso a un sentimiento de incertidumbre. Llegaron a un callejón donde bajaron todos, uno de los hooligans le pregunto a Zogbi que si tenían con ellos el sobre.

—Aquí está —menciona el chico sacándolo de sus ropas.

Otro de los hooligans toca una puerta cercana, se abre una puerta donde se observan unos ojos, éstos, al observar a los presentes, abre la puerta y todos pasan. La apariencia del edificio contrastaba enormemente con la fachada exterior, tenía una especie de arquitectura futurista, se sentía como si hubieran entrado a un hospital, los chicos caminaban por en medio sorprendidos, los hooligans caminaban a su lado, como escoltándolos. Los hicieron pasar a un salón más grande decorado como el palacio de Versalles, lo cual hizo recordar a Román el sueño que había tenido, los hooligans dejaron a los chicos allí y se retiraron.

Saga de RománDonde viven las historias. Descúbrelo ahora