Restauración

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Los 6 caballeros bajan a la tierra junto con el mago que ha recuperado el medallón, los 6 caballeros pierden su transformación y vuelven a ser los de siempre, excepto el caballero negro, que ahora ya no lo es.

—Lo logramos —dice Román cansado.

—Lo hicieron —dicen los demás mientras los ven.

La gente se acerca y al comprobar que todo se ha acabado, celebran la victoria.

Las 3 chicas van a abrazar a Román llenándolo de besos.

—Oigan, déjenlo respirar —le dice Oscar.

—No te pongas celoso —le dice Beatriz y abraza al chico.

—Vencimos —dice el rey Uom— Destruimos la oscuridad antigua.

—Pero todo quedó destruido —dice Julián.

—Por eso no hay que preocuparse —dice el mago— Simplemente podemos restaurar los dos mundos con el medallón.

—Pues hagámoslo —dice Oscar.

Repitiendo la misma dinámica, todos ponen sus manos en el medallón y piensan en restaurar sus respectivos mundos y así sucede. Todos los rastros de la batalla de esos días son borrados como si nada hubiera pasado. Todos contemplan felices cómo la ciudad y todo el mundo han vuelto a estar en pie.

—Bien —dice el mago— El trabajo está hecho, y creo que es hora de volver.

—¿Tan pronto? —pregunta Román.

—Tenemos que volver a Miriath —dice el rey Uom— Ahora que todo ha sido restaurado, debemos velar porque así continue.

—De acuerdo —dice Román— Muchas gracias por todo.

—Nosotros somos los que les debemos dar las gracias —dice Ienzo.

—Y yo también —dice Zwartz— Gracias a ustedes descubrí mi destino, y ahora me encargaré personalmente de cumplirlo, de ahora en adelante estaré a servicio del rey Uom y les ayudaré a proteger su reino.

—Eso está bien para mí —dice Miranda.

—Yo estoy cansado para abrir portales —dice Zauberer.

—No importa —dice Zwartz— Yo los llevaré.

—Buena idea —dice la princesa Kyza— Seguramente el portal del desierto ya se cerró.

—Ten —le dice Zwartz a Román mientras le lanza su espada, Román la recibe.

—Quédatela —le dice el caballero— Tú eres digno de esa espada, úsala correctamente.

—Gracias —dice Román.

—Bien —dice Kyza— Fue un gusto conocerlos.

La princesa se acerca a los chicos y todos se dan un abrazo, después de separarse, la princesa se junta con los de Miriath y ellos se despiden, entonces desaparecen.

—Se han ido —dice Oscar.

—Y nosotros también nos iremos —dicen Leticia y los otros chicos de San Andrés— Aunque pensándolo bien, estamos en Los Ángeles, no nos vendría mal quedarnos unos días aquí.

—Yo también debería de volver —dice Oscar— Recuerden que me escapé de mi casa.

—Y quizá yo igual —dice Diana— Pero me voy sabiendo que Román está en buenas manos.

—¿No estás celosa? —le pregunta Leticia.

—No —dice la chica y agrega bromeando—: Además quizá Miranda alguna vez lo comparta.

Saga de RománDonde viven las historias. Descúbrelo ahora