Con cuidado y sin hacer ruido, Zauberer se acerca a Neyr y éste aún no se da cuenta de la presencia del mago... o eso cree. Neyr se da la vuelta y ataca a Zauberer con energía oscura que el mago apenas y logra esquivar.
—¿Qué intentas hacer mago? —le dice Neyr— Tu magia no te servirá de nada ahora.
Mientras tanto, Román, el caballero negro y Ienzo aprovechan y viendo que el Leviatán también está distraído, lo atacan con magia y Román usando la espada, aunque los 3 combinan sus fuerzas, no le hacen daño alguno al dragón.
—Mejor nos alejamos —les dice Román a los otros dos.
Los 3 logran esquivar otra ráfaga de energía oscura que borra otra parte de la ciudad.
—¿Crees que controlo al dragón con algo? —le dice Neyr al mago.
—¿Acaso no usas nada? —se pregunta el mago— ¿Cómo puedes controlar a ese monstro, es demasiado poderoso hasta para ti?
—No lo controlo con nada porque él sabe que debe de obedecerme —dice Neyr.
El dragón pone atención a lo que dice su amo.
—Ese dragón, por muy poderoso que sea, me servirá a mí, porque sabe que lo puedo regresar al mundo oscuro de donde vino.
—¿Eso es lo que crees? —se oye una voz maligna.
—¿Quien dijo eso? —pregunta Ienzo.
—Fue el Leviatán —dice Zwartz.
—¿El dragón puede hablar? —se prwgungta Román.
—Tú solo eres un mortal, débil —le dice el dragón— No me costaría nada acabar contigo.
—Cuida tus palabras inmundo animal —le dice Neyr— Debes de obedecerme, porque yo fui quien te liberó y yo puedo devolverte a tu prisión.
—Mejor cuida tú las tuyas —le dice el dragón —Tu peor defecto es ser muy arrogante, ahora que tengo el máximo poder, no necesito a nadie que me dé órdenes.
Román se da cuenta de lo que el monstruo va a hacer y le grita al mago:
—¡¡¡Muévete!!!
Como el mago tarda en reaccionar, el caballero se teletransporta y logra salvar a Zauberer justo antes de que el dragón dispare su ráfaga de energía, de esta manera el monstruo se deshace de su amo y ahora ya es libre.
—No puedo creerlo —dice el mago— Atacó a Neyr.
—El monstro es energía oscura pura —dice el caballero— No le importa acabar con todo.
—Tenemos que regresar al refugio —dice Ienzo— Ahora que Neyr no está para detenerlo, suponiendo que pudiera, creo que es más peligroso.
Los 4 bajan al suelo y se esconden de nuevo en el subterráneo.
—No puedo creerlo —dice Miranda— ¿Atacó a Neyr?, es realmente un monstruo terrible.
—Ahora si no podremos hacer nada —dice Oscar.
—Aun no —dice Zwartz— Quizá haya una esperanza.
—¿A qué te refieres? —pregunta Ienzo.
—Necesito ver la tablilla de la profecía —pide el caballero.
Le dan la tablilla y el caballero la examina, después les dice:
—La única manera de vencerlo es que de nuevo se presenten los 6 caballeros antiguos que lo vencieron.
—¿Los 6? —dice Román— Pero según sé, sólo hay uno, que es Zwartz.
—Se puede hacer —dice el caballero negro— Con el sólo hecho de que uno de ellos esté presente, usando el poder del medallón puedes invocar los espíritus de los otros 5 y que éstos tomen un cuerpo físico como receptores.
—Bien —dice Zauberer— Parece que tú sabes más de esto que nosotros, entonces hazlo.
—Lo intentaremos —dice Zwartz— Sólo necesito a 5 voluntarios para que sean los receptores de las almas de los otros caballeros.
—Yo —dice Ienzo.
—Y yo también —dice Román.
—Yo también quiero —dice el rey Uom— Uno de mis antepasados fue caballero y quiero seguir la tradición.
—Pues yo también —dice Oscar— ¿A ver que sale?
—No creo que tú seas el indicado —le dice Diana.
—No hay problema —dice el caballero— Cuando el alma tome su cuerpo, usará la sabiduría y experiencia del caballero legendario y se convertirá en él.
—Excelente —dice Oscar.
—Falta uno —dice Zwartz.
—Yo lo haré —dice Julián— No dejaré a mi hermano que luche solo.
—De acuerdo —dice el caballero— Nosotros 6 saldremos y afuera haré la transformación, tengo que hacerlo rápido antes de que el Leviatán se dé cuenta.
—Ok —le dicen.
El rey, Román, Ienzo, Oscar, Julián y Zwartz salen a la superficie.
—Rápido —dice el caballero— Toquen el medallón.
Mientras los demás observan, los 5 tocan el medallón y de éste salen 6 estelas de luz que tocan a cada uno y brillan, es cuando el dragón se da cuenta, los 6 brillan hasta obtener unas armaduras fulgurantes que brillan con la luz del sol, Zwartz obtiene la armadura que tenía en su visión y las de los otros chicos son parecidas pero de diferente color.
—Wow— dicen Miranda, Diana y Leticia sorprendidas.
—Creo que me enamoré de nuevo —dice Diana.
—Y yo igual —dice Leticia.
—Hey, chicas estoy aquí —dice Miranda— Pero es cierto, si no estuviera enamorada, me hubiera enamorado en este momento.
—Se ven geniales —dice Zogbi— ¿Por qué no me ofrecí como voluntario?
—Se parecen a los Caballeros del Zodiaco —dice Samuel.
—No —dice Beatriz— Esto es otra cosa diferente y mucho mejor.
Cada uno de ellos tiene su armadura, tiene una espada y un escudo con ellos.
—Esto es... no tengo palabras para esto —dice Oscar al contemplarse a sí mismo.
—Yo tampoco —dice Julián.
—Cuánto poder —dice Román mientras se contempla.
El chico, con su armadura y su espada, se pone frente a todos y les dice:
—Ahora salvemos el mundo.
Los 6 caballeros legendarios se van hacia el dragón y se ponen frente a él.
—Han vuelto —les dice el Leviatán— Pero esta vez no podrán encerrarme de nuevo.
—No te encerraremos —dice Zwartz —Acabaremos contigo de una vez para evitar que esto suceda de nuevo.
Román se eleva un poco y dice:
—No dejaré que acabes con mi mundo.
El chico levanta su espada y ésta brilla, entonces de ella sale una luz potente que se dirige a la nube negra y la deshace, disipando la nube negra del mundo, con esto, la Tierra deja de destruirse y dejan de suceder los desastres naturales, todos en todo el mundo ven cómo la nube negra desaparece y se ponen felices.
—Podrás limpiar el mundo cuantas veces quieras —dice el dragón— Y yo lo destruiré primero.
—Pues acabaremos contigo —dice Román— Como hace 5 mil años.
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Saga de Román
AdventureRomán, un chico que parece llevar una vida como la de cualquier chico de su edad, pronto descubre que quizá su vida no es tan normal. Fantasmas, terroristas, monstruos, reyes y científicos locos, toda una pléyade de villanos que a su par...