Descubrimientos y retos

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Días más tarde...

Los chicos están reunidos en casa de Román.

—¿Dónde habrá ido Glenz? —se preguntan.

—No lo sé —dice Neez— Aunque siento su energía no puedo saber con exactitud dónde está.

—¿Qué estará planeando? —se pregunta Miranda.

—No sabemos —dice Diana— Todavía tiene el medallón de Neyr.

—Seguramente liberará un ejército oscuro como lo hizo Neyr —dice Julián.

—¿Y creen que sepamos lo que esté planeando si revisamos su despacho? —dice Oscar.

—¿Tú crees? —pregunta Neez.

—Si —dice Oscar— Yo fue el que dijo que Miranda tenía que mover un libro para descubrir su escondite.

—Bien —dice Román— Yo iré a investigar.

—Yo te acompaño —dice Miranda— Conozco la oficina de Lemuel.

Los dos chicos van hacia el edificio corporativo de Lemuel, ahora que se ha descubierto la verdad, Glenz es un prófugo de la justicia y su organización entró en quiebra, ya que todas las organizaciones que antes la apoyaban, le retiraron su patrocinio, además de que la organización está bajo investigación por desvío de fondos, el edificio permanece vacío y resguardado por la policía. Los chicos entran por una puerta trasera y suben por las escaleras hasta el piso de arriba, llegan al despacho de Lemuel y la chica encuentra el librero.

—La policía no ha descubierto el escondite —dice Miranda.

—Nadie lo encontraría —menciona Román.

La chica mueve el libro y el librero se mueve, dejando pasar a los chicos, Miranda y Román observan lo que hay dentro, incluido el pedestal donde estaba el medallón de Neyr. En casa de Román, Neez y los demás están oyendo lo que Román y Miranda dice, además tienen una cámara en miniatura que les muestra todo lo que ellos ven.

El chico entonces se pone frente a una escultura y Neez la ve en la pantalla, al reconocerla, le dice al chico:

—Espera, no te muevas, quiero ver bien esa escultura.

La susodicha escultura era en realidad como un pedazo que hubiera salido de otra más grande.

—Hey —dice Román— ¿No es este el trozo que le faltaba al monumento?

—Es ese —dice Neez— Glenz de alguna manera lo quitó sin que me diera cuenta.

—¿Usted descubrió ese monumento ya sin la parte faltante? —pregunta Román.

—Si —dice el atlante— Pero no sabía que Glenz le había quitado el trozo que faltaba.

—Entonces Glenz sabía algo de esto —dice Miranda— Y no quería que nos enteráramos.

—Tráelo aquí —dice Neez— Si lo descifro, quizá nos dé la respuestas que buscamos.

—De acuerdo —dice Román— Espero que no pese mucho.

El chico la toma y dice:

—No pesa mucho.

Entonces son descubiertos por un policía que les dice:

—Deténganse ahí.

—Lo siento —dice Román— Es por una buena causa.

—Ese es material confiscado— dice el policía.

Saga de RománDonde viven las historias. Descúbrelo ahora