Saga de Román

Destrucción. Parte 1

Del círculo de energía oscura en el cielo va surgiendo un ser oscuro enorme y malvado, los chicos y toda la gente de la ciudad miran esto asustados:

—¿Qué es esa cosa? —pregunta Miranda.

—Es el Leviatán —dice Ienzo— Soy muy valiente pero esta es la primera vez en mi vida que siento miedo.

—Es muy poderoso —dice Zwartz— Ni siquiera yo podría vencerlo.

El ser llega a la superficie de la Tierra, tiene la apariencia de un dragón de 50 metros de altura con 4 alas y completamente oscuro. Su llegada hace temblar toda la ciudad. Mientras tanto, Neyr ríe malvadamente.

—Vamos, haz tu voluntad —dice Neyr— Y si tu voluntad es destruirlos, cúmplela.

El dragón oscuro lanza energía oscura por la boca y destruye todo a su paso sin dejar nada en pie, todos comienzan a huir.

—No podemos atacarlo —dice Román —Tenemos que escondernos y después veremos qué hacer.

—¿A dónde vamos? —pregunta Leticia.

—Al subterráneo —dice Miranda— Es lo único que se me ocurre.

Todos corren y entran por la entrada del tren subterráneo, allí junto con mucha gente que también se esconde, permanecen los chicos y los de Miriath. Afuera, la energía oscura, en forma de nube que ha cubierto el mundo, poco a poco comienza a destruirlo.

—Entonces —pregunta Román— ¿Ese es el ser oscuro que liberaron hace 5 mil años?

—Si —dice el rey— Pero es peor de lo que pensé.

—Y para rematar —dice Diana— Se le ocurrió liberarlo en nuestro mundo.

—Y lo peor —dice Miranda— En mi ciudad.

—No podemos enfrentarnos a algo como eso —menciona Oscar.

En eso comienza un pequeño temblor, Julián se pregunta:

—¿Por qué tiembla tanto?

—Es por la energía oscura —dice Zwartz— Es tan oscura que provoca un desequilibrio en el mundo, está empezando a destruirse por la energía oscura.

—No puede ser —dice Zogbi.

—¿Oyen eso? —pregunta Oscar.

—Suena como aviones supersónicos —dice Julián.

—Son aviones del ejército —dice Miranda.

—Pero ellos no podrán vencerlo —dice Román.

—Es inútil —dice la chica— Se sacrificarán por nada.

Afuera, Neyr contempla cómo el ejército llega con aviones y tanques.

—Patético —dice Neyr y le ordena al dragón que acabe con ellos.

El Leviatán lanza una ráfaga potente de energía oscura borrando la mitad de la ciudad del mapa, y a todos sus habitantes con ellos. Mientras, abajo, Román y los demás oyen cómo todo se destruye.

—¿Me pregunto si mis papás estarán bien? —dice Román— Los acabábamos de salvar y ahora...

En muchos lugares del mundo ven cómo la nube negra destruye todo, incluso en San Andrés, los señores del hostal contemplan todo, aun cuando muchos de los pobladores huyen a esconderse, los dos miran al cielo porque tienen la esperanza de que los chicos salven el mundo.