Batalla por Miriath. Parte 1

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En el desierto, Román y Diana siguen su camino, han caminado por varias horas bajo un sol agobiante, ambos chicos están cansados.

—Espera un momento Román —le dice Diana al chico exhausta— Hay que descansar un poco.

—¿Pero dónde? —le dice Román— No hay sombra en ningún lado, si nos quedamos aquí nos vamos a quemar.

—Allí —le señala la chica.

Román voltea y ve un palacio muy bonito, como sacado de cuentos de hadas.

—Eso no estaba allí hace 5 minutos —le dice Román.

—No importa —dice la chica— Hay que ir, quizá tengan agua y comida.

—No —le dice Román— Espera.

Los chicos ponen más atención y comprueban que en realidad todo es un espejismo y que en realidad, el supuesto palacio es un castillo en ruinas más pequeño.

—Era solo un espejismo —dice Román.

—Y que importa —dice Diana— Nos protegerá del sol, vamos.

Con pocas fuerzas, los dos chicos van hacia el castillo. Al llegar ven todo en ruinas y sólo están de pie los muros y una parte del techo.

—No creo que haya nadie aquí —dice Román.

—Oye —le dice Diana— Allá hay algo.

El chico observa cómo por la luz del sol que entra por el techo, se ilumina un objeto que está a lo lejos y que no distinguen bien, al acercarse, los chicos comprueban que es una espada.

—Qué bonita espada —dice Diana.

—No estaría mal si la tomo —dice Román— De todas maneras aquí no hay nadie.

—Pues tómala —le dice la chica.

Cuando Román toca la empuñadura de la espada, comienza a desaparecer, al darse cuenta Diana se aferra al chico y también ella comienza a desaparecer.

—¿Que está pasando? —pregunta Román.

—No lo sé—dice la chica— Mejor devuelve la espada.

Román deja la espada como estaba antes pero no sirve, poco a poco se vuelven trasparentes, entonces Román dice:

—Si de todas maneras vamos a desaparecer, que sea con espada en mano —y la toma de nuevo.

La chica se aferra al chico y los dos desaparecen completamente.

En Miriath...

Amanece en el reino...

Los soldados, comandados por el caballero negro se acercan a toda velocidad, son avistados por un vigía del rey y rápidamente se acerca a avisarles a los reyes, una vez enterados, los reyes dan la orden de prepararse, los chicos se levantan y rápidamente toman sus armas.

—¿Cuántos son? —pregunta el rey Uom.

—Son la mitad de los que ayer atacaron —le responden.

—¿La mitad? —se pregunta el rey— ¿Por qué Neyr enviaría sólo la mitad de sus hombres?

Los chicos y los guerreros de Miriath se aprestan y se ponen en el frente, entonces es cuando llegan los soldados comandados por Zwartz, al verlo, los chicos tiemblan un poco pero no saben por qué.

—¿Quién es él? —pregunta Oscar.

—No lo sé —dice el rey Uom— Nunca lo había visto.

Saga de RománDonde viven las historias. Descúbrelo ahora