Las vacaciones de fin de año habían alcanzado su punto culmen cuando Román y su hermano se encontraban en casa de Oscar, aprovechando el tiempo de asueto, los hermanos pasaban tiempo en casa de su primo para jugar, o en ciertas ocasiones, para hablar.
—¿Y entonces? —le pregunta Oscar a su primo— ¿No vas a volver con Diana?
—Preferiría hablar de otra cosa —dice Román algo incómodo con el tema.
—No sabía que Román tenia novia —le dice Carlos, el hermano menor de Oscar —Siempre creo que nunca conseguiría una con lo tímido que es.
—Pues la tuvo —le dijo Oscar.
—Chicos, enserio —dijo Román— No quiero hablar de esto, estamos de vacaciones, hay que hablar de otra cosa.
—¿Cómo de qué? —preguntó Memo, el otro hermano de Oscar y recordando, rápidamente dice—: Oh, espera, ¿es cierto lo que nos dijo Oscar?
—¿Qué cosa? —preguntó el chico.
—Que vas a viajar a Los Ángeles —le dice el chico.
—Pues sí— le dijo Román— Pero no por ahora, hasta que se restablezca todo, ya sabes, por lo que pasó el mes pasado, quizá hasta abril.
—¿Y por qué insistes tanto en ir hacia allá? —le pregunta Carlos.
—Pues... —pero el chico no dice nada.
—Es porque quiere ver a esa chica actriz —interviene Oscar.
—¿Cuál? —pregunta Memo.
—La que sale en el programa ese que pasa a las 7 de la noche —menciona Oscar— Pero Román está enamorado de ella.
—No es cierto —dice Román apenado —Sólo me gusta... bueno, es muy linda.
—Pero nunca te va a hacer caso —le dice Carlos.
—Dejaste a Diana por ella —le reclama Oscar.
—Y quizá ni siquiera logres conocerla o hablar con ella —continua Memo.
—Tengo su correo —les dice Román.
—Pero debe ser falso —le dice Memo.
—Tengo como 5 direcciones de email en mi correo —les explica— Y por lo menos 2 yo creo que son los verdaderos, o al menos, los más probables, los otros deben de ser de fans.
—Exacto —le dice Oscar— Pero todos.
—No creo —le dice Román— Y si quieren se los demuestro.
—¿Dónde? —le dice uno de los niños— No podemos salir porque mis papás salieron a trabajar.
—No seas tonto —le dice Román— Brenda tiene su computadora.
—Pero está bien lenta —le dice Memo.
—¿Y qué? —le replica Román— Sólo vamos a ver los correos y ya, no carga tanto con eso.
Se dirigen a la casa de su otra prima y al entrar ven a la susodicha con sus otras dos primas, llamadas Liz y Gaby y también primas de Román.
—Muévete —le dice Oscar a Brenda, de una manera ruda.
—Ahorita me muevo —le replica la chica— Estoy chateando con mi novio.
—Manda a la goma a tu novio, que nada más anda contigo por lástima —le dice Memo.
—¿Y tú como sabes eso? —le pregunta Gaby a Memo.
—Todo mundo lo sabe Gaby —le responde Carlos.
Brenda se quita, no sin antes cerrar cesión y se sienta Román.
—¿Para eso me quitaste? —le reclama Brenda a Oscar— Tú no ibas a chatear.
—Sólo quiero demostrarles algo a ellos —le dice Román— Ahorita te devuelvo la computadora.
El chico inicia sesión y observan.
—Tengo aquí 5 correos de Miranda —les explica Román— 3 de ellos son de fans y uno de esos 3 es de alguien que conoce muy bien a Miranda, porque sabe siempre donde está, es de un tal Roger, es algo así como el presidente de su club de fans no oficial.
—¿Y los otros? —le pregunta Oscar.
—No estoy seguro —le responde— Los dos provienen de páginas de redes sociales, una de las paginas se ve que es falsa, la otra parece una página oficial y tiene algunas cosas que las otras no tienen.
—¿Cómo qué? —le pregunta Liz.
—Fotos muy personales de Miranda, bueno, también hay la posibilidad de que la misma Miranda nombre algo así como encargados que tienen estas páginas, Miranda no los administra, pero los conoce, o puede que ella tenga dos, una para fans y otra privada.
De repente el icono de la dirección de correo indica que está disponible.
—No puede ser —dice el chico— Se conectó.
—Deberías hacerle la plática —le dice Liz.
—No sé —dice Román— Tengo miedo de que se desconecte.
—¿Y si se desconecta? —dice Oscar— Entonces puede ser verdadera, o quién sabe.
—De hecho —dice el chico— Es la primera vez que la veo conectada.
—Voy a hacerle la plática e investigar si de veras es la verdadera, y para hacerlo más interesante, voy a hacerlo como un detective que sale en un programa que recientemente vi y que me gustó mucho.
—¿Qué programa? —pregunta Carlos.
—Es sobre un detective que resuelve casos difíciles usando sólo sus razonamientos y deducciones —les dice Román— Es muy inteligente, aunque sus métodos para atrapar a los criminales son un poco peculiares.
—¿Pero qué intentarás lograr con eso? —pregunta Oscar
—Descubrir si la persona que se acaba de conectar, es la verdadera Miranda —les dice Román— Y para esto usaré el método que usa este detective, únicamente usando preguntas y respuestas mediante las cuales podremos saber que tanta probabilidad hay de que sea verdadera o falsa.
Román entonces se sienta en la silla, pero lo hace en posición de cuclillas.
—¿Por qué te sientas así? —le pregunta Gaby.
—Así lo hace el detective —le responde Román— Según él, en esta posición su cerebro trabaja mejor.
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Saga de Román
AdventureRomán, un chico que parece llevar una vida como la de cualquier chico de su edad, pronto descubre que quizá su vida no es tan normal. Fantasmas, terroristas, monstruos, reyes y científicos locos, toda una pléyade de villanos que a su par...