Bajo la mesa

2 1 0
                                    


Días después...

Miranda sube al despacho de su jefe, pero al tocar la puerta descubre que no hay nadie, entonces la chica dice a través de su micrófono:

—No está.

—Sigue buscando —le dice Neez.

La chica busca en el escritorio varios papeles, de nuevo busca en el cajón donde encontró el sobre, busca más abajo y encuentra otros papeles, rápidamente los revisa descartando los que no le sirven hasta que encuentra uno que le llama la atención, una carpeta que dice: "confidencial"

—Creo que encontré algo —dice Miranda.

—¿Qué cosa? —pregunta Neez.

—Hay un sobre que dice confidencial —le dice la chica.

—Eso no dice mucho —dice Román.

—Ya veremos —dice la chica.

Miranda abre el sobre y ve unas direcciones de archivos de computadora. Llama la atención una de las direcciones que es demasiado larga.

—Sólo tiene unas direcciones de algo que debe de tener en su... eso es —dice Miranda.

La chica rápidamente se levanta y usando la hoja que tiene las direcciones, busca en la computadora de Lemuel, la chica inserta primero la dirección más larga y encuentra unas carpetas donde hay escaneos de documentos y acuerdos firmados por Lemuel.

La chica revisa cada hoja y dice:

—Ya lo descubrí.

—¿Qué encontraste? —pregunta Julián.

—Hay aquí muchos documentos que acreditan la compra y venta de algunos bienes de la ciudad a cambio de dinero, hay también acuerdos con otras paraestatales para privatizar algunos terrenos de la ciudad y monumentos históricos —dice Miranda.

—De ahí está sacando el dinero —dice Román— Está vendiendo monumentos históricos y parques para pagar el resto de la construcción del refugio.

—Sabía que planeaba algo malo —dice Julián.

—Y no es todo —dice Miranda mientras sigue revisando— El dinero que usa para comprar esos parques y monumentos no viene de su bolsillo o de la empresa, parece ser que no todo el dinero que dona a la caridad les llega a los necesitados.

—Está desviando parte de los donativos de regreso a su organización para conseguir el dinero —dice Román.

—Qué complejo —dice Oscar— Yo no sé nada de finanzas ni economía.

—Guarda los archivos en la USB que te dimos —le dice Neez a la chica.

—De acuerdo —dice Miranda.

La chica conecta una USB que tenía como collar, escondida y la conecta a la computadora, rápidamente pasa los archivos y los saca, justo cuando desconecta la memoria de la computadora, Lemuel viene entrando, al verla le dice:

—Llegaste temprano.

—Lo se señor —dice Miranda.

—¿Qué hacías en mi escritorio? —le pregunta el viejo que camina hacia ella con su bastón en mano.

—Acomodaba su escritorio —dice Miranda mientras cierra las ventanas de la computadora.

—Eres tan atenta —dice Lemuel— Hacen falta muchas mujeres como tú.

—Gracias señor, es todo un placer servirle —le dice Miranda.

En la noche, la chica está en casa de Román y les muestra a todos, en una laptop, los documentos que consiguió.

Saga de RománDonde viven las historias. Descúbrelo ahora