Lemuel y los Caballeros Oscuros

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Al día siguiente...

Román viaja en el metro, y cuando éste se detiene, el chico jala la palanca de emergencia y cuando todo está negro, el chico abre la puerta y se baja. Román camina por las vías del tren cuidando de no tocar las partes que conducen la electricidad, así hasta llegar a la puerta subterránea que ya estaba abierta. El chico camina por los pasillos y frente a él se encuentra la cámara donde lo había llevado la primera vez Neez, él entra y allí está el atlante, sentado sobre el monumento que ha estado descifrando.

—Hola —dice el chico.

—Hola —le dice el atlante.

—¿Para qué me mandó llamar? —pregunta el chico.

—Hay algo que debí haberte dicho antes —le dice Neez— en relacion a Lemuel.

—¿Habla del millonario? —pregunta Román.

—Si —le dice Neez— Lemuel no había estado en activo desde hace algunos años, porque como sabes, tiene una organización caritativa, pero lo que hizo al aparecer en televisión y desprestigiarte, quiere decir que quizá hay algo más, por eso te llamé.

—Dígame lo que tenga que decirme —le dice Román.

—Siéntate —le dice Neez.

El chico voltea detrás de él y observa un bloque de piedra que usa como asiento.

—Primero que nada —dice Neez— Lemuel no es su nombre, ese es un nombre que se inventó cuando comenzó a ser una figura pública, su verdadero nombre es Glenz.

—¿Por qué se cambiaría el nombre? —pregunta Román.

—Porque es atlante —contesta rotundamente Neez.

—¿Atlante? —pregunta el chico sorprendido.

—Te había mencionado que hubo muchos atlantes que salieron de la ciudad —le dice Neez.

—Entiendo —dice Román.

—Ahora bien —dice Neez— Glenz y yo somos hermanos.

—¿Hermanos? —dice Román aún más sorprendido— ¿Qué más tiene que decir?

—Los dos salimos juntos de la Atlántida hace 300 años —le comenta Neez— tenemos casi la misma edad, ambos teníamos sed de aventuras como te había dicho, anduvimos mucho tiempo vagando por el mundo, entonces pasaron los años y entonces nos unimos a una legión de magos y hechiceros.

¿Una legión? —pregunta Román.

—Para que entiendas te explicaré esto —le dice Neez— Mi hermano y yo pertenecíamos a un grupo de hechiceros que trabaja en la sombras, nadie nos conoce, ni sabe a qué nos dedicamos, ni siquiera los Iluminatis saben de nuestra existencia.

—¿Iluminatis? —pregunta Román extrañado.

—Esa es otra historia —le dice Neez— A lo que nosotros nos dedicábamos era a detener ataques de monstruos, magos, hechiceros y gente oscura en general que atacara el mundo, verás, sabes que la gente decía que el mundo se iba a acabar el 31 de Diciembre de 1999, o el 2 de Febrero de 2002, o el 6 de Junio de 2006 o el 9 de Septiembre de 2009.

—Si —dice Román— Lo recuerdo.

—No pasó nada y la gente creyó que esas profecías eran falsas y cosas así —le explica Neez— pero la realidad era que esos días, el mundo estuvo en real peligro, porque fue en esos días cuando fuerzas oscuras muy poderosos se liberaron para acabar con el mundo, pero nuestra legión, nosotros los detuvimos, y lo hicimos tan bien que nadie jamás supo lo que pasó.

Saga de RománDonde viven las historias. Descúbrelo ahora