—¿Es cierto eso? —pregunta Román.
—No lo sé —dice Julián— Por allá dicen, pero que de todas maneras nadie resultó herido porque no había nadie.
—¿Entonces ya no iremos a la escuela? —dice Oscar con una sonrisa de oreja a oreja.
—Si lo que dices es cierto —dice Román— Entonces ya no, pero deberíamos de ir a ver.
Román, Oscar, Diana, Julián, Brenda y Miranda van hacia la escuela, entonces ven que donde antes se asentaba su escuela, ahora sólo hay un montón de escombros.
—Es cierto —dice Oscar feliz— Sí se cayó la escuela.
—¿Y te parece genial? —le pregunta Diana.
—Pues sí —dice el chico— No había hecho la tarea de historia.
—Yo tampoco la había hecho —le dice Román sonriendo un poco— Pero no por tus mismas razones.
—¿Tú, Román? —le dice Diana— ¿No hiciste tarea?
—Te desconozco primo —le dice Brenda.
—Últimamente he tenido muchas cosas en la cabeza —dice el chico.
—¿Cómo a Amairany? —le pregunta Miranda.
—¿Quién es Amairany? —pregunta Oscar.
—Una amiga de Román —dice Miranda— Pero pronto no lo será.
—Ah —dice Oscar— Fue por ella que terminaron ¿no?
—No exactamente —dice Román.
—Yo sí entiendo —dice Diana— Por eso nos volvimos muy amigas —dice la chica mientras abraza a Miranda, la chica le corresponde su abrazo.
Entonces llegan unos policías junto con gente de protección civil que les dicen a los chicos y a la demás gente reunida allí:
—Les pedimos de la manera más atenta que despejen esta área por su seguridad.
Mientras tanto, personal de protección civil está poniendo las cintas que indican "Precaución" alrededor de los escombros, los chicos entonces se retiran.
De camino a casa Román dice:
—Esto está mal, creo que últimamente ha temblado mucho y ha sido por lo del Dark Shoot.
—¿Tú crees? —le pregunta Miranda.
—Creo que si —dice Román— A partir de mañana, bueno, de al rato, voy a tratar de encontrar una solución para detener la energía oscura.
—¿Y dónde vas a buscar? —le pregunta Oscar.
—Quizá en internet —dice Román— Es la única cosa que se me ocurre.
—Pues si quieres usa mi computadora —le dice Brenda— Ya sabes que tiene internet.
—No te molestes —le dice Miranda— Yo creo que lo dice porque así tendrá un pretexto para ver a Amairany.
—Oye —le dice Román— Ya habíamos hablado de eso.
—Lo sé —le dice Miranda— Pero me gusta decirlo.
—No lo dije por ella —dice Román— De hecho no recordaba que tenía su negocio de internet... y hablando de eso, luego los veo.
El chico se separa del grupo y Brenda pregunta:
—¿A dónde va?
—Quizá a ver si Amairany está bien —responde Miranda.
Román, efectivamente llega a la casa de la chica a donde también tiene su local de internet, ya terminado, la casa estructuralmente se ve bien, entonces Román ve a su amiga y a sus padres afuera junto con otra gente.
—Amairany —dice Román al ver a la chica— ¿Están bien? —le dice mientras va hacia ella.
—Estoy bien —responde la chica— No te preocupes, ¿Y ustedes están bien?
—Claro —dice el chico.
Los dos chicos se quedan mirándose el uno al otro sonriendo, hasta que cuando la chica se da cuenta de lo que está pasando, le dice a Román:
—Mira —dice la chica— Te presento a mis padres.
—Mucho gusto —se presenta Román.
—Él fue el chico que me salvó la vida —dice Amairany a sus padres.
—¿Fue él? —pregunta su mamá.
—Te agradecemos mucho por lo que hiciste por nuestra hija —le dice su padre.
—No fue nada —les contesta Román.
—Claro que si —le dice la madre— Salvaste a nuestra hija.
Román se siente un poco avergonzado, entonces dice algo tímidamente:
—Bueno, me tengo que ir.
—Qué bueno que estés bien —le dice la chica con una sonrisa hermosa— Te veo después.
—Gracias —le dice Román algo apenado y se va de ahí.
Román se siente bien en su interior.
Más tarde...
Cuando amanece, Román decide ir al negocio de Amairany, sólo que cuando va llegando y ve de lejos el local abierto, titubea un poco, pero después se arma de valor y entra al negocio, la chica está atendiendo.
—Hola Román —dice la chica como si de repente recuperara la alegría, levantándose para saludar al chico.
—Hola Amairany —le responde Román— ¿Cómo estás?
—Bien —le dice el chico— ¿Y tú?
—También —dice la chica— Éste es el negocio del que te hablé, ¿Qué te parece?
Román da un vistazo al local, puede ver que el negocio de la chica está equipado con tecnología de punta, su equipo de cómputo, módems y todo es de última generación. Además está pintado y organizado de tal manera que a pesar de ocupar un espacio pequeño, da la sensación de que el lugar es más grande.
—Es increíble —menciona Román— ¿Cómo conseguiste toda esta tecnología?
—Fue después del huracán —responde Amairany— A mucha gente que perdió sus casas y sus pertenecías les dieron, de parte del gobierno ayuda para salir adelante y rehacer su vida, con el dinero que nos dieron a nosotros nos venimos aquí, compramos una casa y pusimos este negocio.
—Se siente muy bien —dice Román— Es como si te diera gusto estar aquí.
—Lo sé —dice la chica— Nos quedó hermoso.
—Aunque quizá sea porque tú estás aquí —le dice Román.
La chica se sonroja, Román también y entonces se miran por unos segundos, después Román dice:
—¿Puedo usar una de tus computadoras?
—Claro —dice la chica— Elige la que quieras.
—Gracias —le dice Román y elige una computadora, se sienta y abre el explorador de internet.
El chico entonces piensa un poco y escribe en el buscador: "energía oscura"
Román observa las opciones desplegadas y una por una va buscando, pero ninguna opción convence al chico.
—Esto no me dice nada —dice Román para sí mismo— Quizá Roger sepa... —murmura Román y después agrega—: No, es imposible, él sabe más de Miranda que de otra cosa... tiene que haber una manera de encontrar algo, unas palabras... Ya se —dice Román y escribe en el buscador: "Dark Shoot"
De las opciones desplegadas, Román entra a otras y de nuevo, va descartando una por una y finalmente elige una que escogió, sólo porque tiene la palabra: "Atlántida" incluida.
—Los atlantes saben del Dark Shoot mejor que nadie —dice el chico en voz baja— Quizá aquí encuentre algo.
El chico entonces entra a la página, es un blog de pseudociencias y lee un poco de lo que dice el autor del mismo:
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Saga de Román
AventuraRomán, un chico que parece llevar una vida como la de cualquier chico de su edad, pronto descubre que quizá su vida no es tan normal. Fantasmas, terroristas, monstruos, reyes y científicos locos, toda una pléyade de villanos que a su par...