En donde estaba Román ya no hay nada, ni siquiera la espada quedó.
—No puede ser —dice la novia del chico llorando.
—Ese maldito —dice Zwartz— Ataquémoslo.
Todos los que tienen poderes místicos salen de la nave y atacan a la serpiente malvada pero no le hacen daño alguno y la serpiente los manda a volar a todos. Todos incluso la nave caen al suelo. Desde abajo, todos bajan heridos de la nave y ven a la serpiente oscura.
—Es el final —murmura Keel.
La serpiente oscura, dándose cuenta de que ya no hay rival quien pueda detenerlo, se va y comienza a destruir el mundo, entonces libera un rayo oscuro que cubre al planeta y se extiende por toda la galaxia.
—Que se destruya todo el universo lo más rápido posible —dice la serpiente— Y que la energía oscura ocupe su lugar.
La oscuridad comienza a pudrir todo lo que toca en la Tierra y fuera de ella. A pesar de eso, todavía subsisten pequeños grupos humanos escondidos en cuevas y en otros lados, entre ellos, los padres de Amairany. La oscuridad sigue expandiéndose por todo el espacio interestelar pudriendo todos los planetas y las vida que habita en ellos, con esto también otras galaxias comienzan a desequilibrarse y también liberan energía oscura, comenzando una reacción en cadena que hace que la oscuridad se expanda más rápido.
Román despierta en un campo de flores hermoso, mirando a su alrededor, el chico recuerda este campo como uno que vio en sueños, sólo que esta vez se ve más real.
—¿Dónde estoy? —se pregunta el chico.
Román camina un poco y al hacerlo se siente muy liviano, el chico siente una gran paz interior y se siente a gusto allí.
—¿Verdad que es lindo? —se oye una voz detrás de él.
El chico voltea y descubre con sorpresa a la que le ha hablado:
—Irene —dice Román alegre— Eres más hermosa de lo que recordaba.
—Ahora estoy aquí —dice la mujer— Gracias a ti que me liberaste.
—¿Pero dónde estoy? —se pregunta Román.
—En otro mundo —se oye otra voz femenina detrás del chico.
Román se voltea y ve a una chica idéntica a Amairany, sólo que más brillante.
—¿Amairany? —pregunta el chico.
—No —dice la chica— Me llamo Bice, aunque hubo un hombre hace 700 años que me llamó Beatrice.
—¿Por qué te pareces a Amairany? —pregunta Román.
—Porque soy un ángel —dice la chica— Suelo tomar la forma de la gente que más amas, para darte gusto.
—¿Un ángel? —se pregunta el chico— ¿Significa que estoy...?
Bice asiente con la cabeza afirmativamente.
—¿Pero este lugar que es? —se pregunta el chico.
—Eso depende de tu definición y de las demás personas en el mundo —dice Irene.
—¿Pero este lugar es real? —dice Román— Porque parece un sueño, sólo que demasiado real.
—No es un lugar como tal —dice Bice— No tiene sentido decir que se encuentra en algún lugar en el Multiverso o fuera de él, así como tampoco tiene sentido decir que se encuentra en algún punto en el pasado o en el futuro, y tampoco tendría sentido decir que está formado de materia o energía ordinaria, porque no lo está

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Saga de Román
AdventureRomán, un chico que parece llevar una vida como la de cualquier chico de su edad, pronto descubre que quizá su vida no es tan normal. Fantasmas, terroristas, monstruos, reyes y científicos locos, toda una pléyade de villanos que a su par...