Unas semanas antes...
Después de un agitado día de escuela, los chicos se disponen a regresar a casa. El trabajo ha sido duro, y han dejado bastante tarea.
—No creo que acabe la tarea en dos días —le dice Román a su primo— Sí es bastante.
—Yo si la acabo —le dice el chico.
—No te creo —le responde Román— Te conozco y sé que todavía sigues jugando videojuegos.
—Pues yo me daría prisa —le dice su hermano Julián— Recuerden que en dos semanas salimos de vacaciones —Y se adelanta dejando a los dos chicos solos
—Es cierto, ya falta poco —menciona Oscar— ¿A dónde piensas ir?
—No lo sé —le dice Román— Todavía no pienso a dónde ir, aunque quizá mi mamá ya me pague el viaje a Estados Unidos.
—¿Por qué hasta allá... ah ya me acordé —le dice Oscar— Allá está...
—Si —le dice Román sonrojado— No la he vuelto a hablar desde que chateé con ella, y eso fue a principios del año, no sé si todavía se acuerde de mí.
—A lo mejor ya te olvidó —le dice Oscar.
—El problema es que mi mamá quiere que me vaya a Chicago porque al parecer, ella tiene unos amigos allá —dice Román.
—¿Y cómo vas a encontrar a Miranda estando en Chicago si ella vive en Los Ángeles? —le pregunta Oscar.
—No lo sé —le dice Román— Pero algo se me ocurrirá.
—Bueno —le dice Oscar— Ahí piénsale, nos vemos mañana.
—Nos vemos —le dice su primo, y Oscar se aleja por otro lado.
Los chicos se despidieron y Oscar se quedó pensando en lo que le dijo Román sobre su viaje.
Un poco más tarde Oscar llega a su casa y se encuentra con su madre, preparando la comida.
—Ya siéntate a comer —le ordena su madre
—Ya voy —dice el chico.
Oscar va a su habitación, deja su mochila y vuelva a sentarse a la mesa. Durante la cena Oscar pregunta a su mamá:
—¿Qué posibilidades tendría de que yo pudiera viajar a Estados Unidos? —pregunta el chico creyendo que su pregunta era algo imprudente.
—¿Por qué preguntas eso? —les dice sus padres un poco extrañados.
—Es que Román me dijo que sus papás le van a pagar el viaje a Chicago, ya sabes por lo que hizo en diciembre.
—¿A Chicago? —se pregunta sorprendido el padre de Oscar.
—Pero yo también le ayudé a salvar el país —les dice el chico— ¿No se acuerdan?
—¿Entonces quieres que te paguemos un viaje a Estados Unidos como recompensa? —le dice su mamá.
—¿En serio? —les dice Oscar muy feliz.
—Pero tendrías que irte con tu primo —le dice su papá.
—No importa —menciona Oscar entusiasmado— Yo voy a donde sea.
Oscar sale corriendo feliz a la casa de su primo para darle la buena nueva, apenas entra y encuentra a Román, entonces le dice:
—Román, me dieron permiso de viajar contigo.
—¿A dónde? —pregunta Román extrañado por la manera de llegar del chico.
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Saga de Román
AventuraRomán, un chico que parece llevar una vida como la de cualquier chico de su edad, pronto descubre que quizá su vida no es tan normal. Fantasmas, terroristas, monstruos, reyes y científicos locos, toda una pléyade de villanos que a su par...