Oscuridad

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Los chicos están frente al caballero, pero ninguno hace ni dice nada, todos temen que los ataque de un momento a otro.

—Ya no combatiré contra ustedes —les dice Zwartz— Ahora que conozco mi destino, los ayudaré a vencer a Neyr.

—¿Por qué creeríamos en ti? —dice Román— Hace 5 minutos trataste de matarnos.

—Y por eso pido perdón —dice el caballero negro mientras se hinca con su espada en mano.

Los chicos se reúnen y discuten entre sí:

—Yo todavía no confío en él —dice Diana.

—Yo tampoco —dice Miranda.

—¿Pero y si todo eso de que le lavaron el cerebro fuera cierto? —pregunta Julián.

—Creo que tiene sentido —dice Oscar— Por lo que dijo de la profecía.

—¿Y ustedes qué opinan? —les pregunta Román a los de Miriath.

—Yo creo que necesitamos a alguien que nos ayude a entender esta tablilla —dice el rey— Y al parecer sólo él lo sabe.

Román se dirige al caballero, que sigue en la misma posición y le dice:

—Levántate.

El caballero obedece y Román le dice:

—Dinos un buen pretexto para que confiemos en ti.

—Yo sé lo que hará Neyr, se dónde y cuándo liberará al Leviatán.

—¿Dónde está él ahora? —le pregunta Diana.

—Debe de haber regresado a Miriath —dice el caballero— Seguramente ya tiene toda la energía oscura necesaria para liberar al ser.

—Entonces tenemos que ir a Miriath —dice el chico— Pero necesitamos un portal.

—Lamento decirles que ya no tengo energía —dice Zauberer— No puedo aparecer un portal así nada más.

—Eso es porque este mundo y el de Miriath ya tienen demasiada energía oscura —dice Zwartz— Y eso impide que la energía blanca haga su trabajo.

—¿Y entonces cómo llegaremos a Miriath? —se pregunta la princesa.

—Creo que el portal que está en Los Ángeles sigue abierto —dice Miranda.

—Pensé que se había cerrado —dice Ienzo.

—No —dice el mago— Sigue abierto, parece que ha estado demasiado tiempo abierto, y como lo hemos usado continuamente seguirá abierto hasta que alguien lo cierre, aunque eso tarde varios días.

—¿Por qué tarda tanto tiempo en cerrarse? —pregunta Miguel.

—Porque ha permanecido mucho tiempo abierto— les responde el mago.

—Pero tardaremos mucho tiempo en llegar a Los Ángeles —dice Miranda— Tan solo para llegar al aeropuerto para ir por la avioneta nos quitaría mucho tiempo.

—Por eso no se preocupen —dice el caballero— Tengo el poder de teletransportarme.

—¿En serio? —le preguntan.

—Oh, es cierto, tiene razón —dice Oscar— Él se pudo teletransportar a nuestro mundo.

—Es recomendable que vayamos primero al portal en la ciudad —dice Zwartz— Y luego pasemos por él, para evitar un gasto de energía innecesario.

Saga de RománDonde viven las historias. Descúbrelo ahora