Al día siguiente, los 3 se levantaron temprano, sólo Freddy, Román y Oscar que eran los que iban a viajar, los otros seguían dormidos. La mamá de Freddy también se había levantado para prepararles el desayuno. Los 3 chicos se sentaron a la mesa y desayunaron. Eran alrededor de las 7 de la mañana.
—Dense prisa —les decía la mamá de Freddy a los 3 chicos— O si no perderán su vuelo.
Los chicos dieron prisa en desayunar y luego cada uno se alistó, sobretodo Román que quería verse bien para una ocasión tan especial para él.
Un rato después, los 3 chicos se despidieron de la señora Elena y salieron rumbo al aeropuerto de Chicago, teniendo el mismo sistema que cuando estaban en el aeropuerto de la Ciudad de México, por ello tardaron bastante tiempo en subir al avión, pero cuando lo hicieron quedaron aún más sorprendidos porque el avión era más grande, tan grande como la emoción de Román que aumentó cuando el avión comenzó a despegar.
A diferencia de la primera vez que llegaron a Chicago, a Román no se le hizo largo el viaje a Los Ángeles, tal vez porque sin darse cuenta se quedó dormido o porque el avión fue muy rápido, pero en unas pocas horas, ya estaban en la ciudad de Miranda. Finalmente, el avión aterrizó en el aeropuerto de Los Ángeles, Román ya había reconocido la ciudad desde hace mucho, porque la había visto bastantes veces en revistas y películas de ciencia ficción donde generalmente es destruida. Los chicos salieron del aeropuerto y tomaron un taxi.
—¿A dónde nos dirigimos? —le pregunta Román a Freddy.
—Primero vamos a comer a un restaurante —les dice Freddy— Luego voy a buscar un hotel para hospedarnos y después, les daré algo de tiempo libre para que hagan lo que quieran, mañana veremos qué hacer.
—OK —le dijeron los chicos.
Los chicos bajaron frente a un restaurante de comida mexicana, en una zona de la ciudad donde hay varios negocios mexicanos.
—Creo que les gustará comer aquí —les dice Freddy.
—Claro —les dicen los chicos.
Los chicos entran al restaurante y piden de la variedad de comida mexicana que tienen, unas quesadillas, sopes y comida típica mexicana, cuando los chicos la saborearon ya no se sentían en un restaurante de Estados Unidos, sino en casa, pareciera que estaban en casa y sus madres hubieran preparado la comida, esto los hizo sentir un poco de nostalgia.
Terminando de comer, los chicos tomaron otro taxi, esta vez, Freddy le dio indicaciones al chofer para que fueran a un hotel que Freddy ya conocía bien.
—¿Cuántas veces has vendió a Los Ángeles? —le pregunta Román.
—Como 5 veces más o menos —le responde Freddy— Por eso sé adónde podemos hospedarnos.
Los chicos llegan al hotel, era muy grande y tenía una fachada llamativa, los chicos entraron y sintieron como si hubieran cambiado de mundo. Freddy fue a donde al recepcionista para registrase y los chicos seguían admirando el interior del hotel, incluso observaron una alberca a un costado de las oficinas del hotel. Después los chicos pasaron a su habitación, ubicada en el noveno piso del edificio y se asomaron, vieron la ciudad de Los Ángeles en todo su esplendor y quedaron maravillados. Entonces a Román le llegó un pensamiento fugaz:
"Aquí estoy, por fin, el momento ha llegado, me tardé mucho tiempo pero al fin lo logré, aquí voy... Miranda"
Los chicos observaban la ciudad, cuando Freddy les dijo:
ESTÁS LEYENDO
Saga de Román
PertualanganRomán, un chico que parece llevar una vida como la de cualquier chico de su edad, pronto descubre que quizá su vida no es tan normal. Fantasmas, terroristas, monstruos, reyes y científicos locos, toda una pléyade de villanos que a su par...